El Garden devora a los Sixers: exhibici¨®n de los Celtics y 1-0

En Boston se paran los relojes en primavera. Durante 48 minutos, en cuanto el bal¨®n va al aire, son playoffs y es el Garden. Una m¨ªstica de ruido y eco de batallas pasadas que exige much¨ªsimo m¨¢s de lo que los muy felices Sixers, el Proceso y el hype, llegaron dispuestos a exponer en el primer partido de su semifinal del Este. La buena noticia para ellos es que solo fue eso: un partido, un 1-0 rotundo (117-101) que es tambi¨¦n un despertador sonando en la mesilla. Con Bill Russell a pie de pista y Danny Ainge (el extra?o arquitecto) desga?it¨¢ndose con los ¨¢rbitros, salir a jugar al Garden con la camiseta de los Sixers exige una conexi¨®n at¨¢vica con un pasado que va de Wilt Chamberlain al Dr J y Andrew Toney, el estrangulador de Boston. En el parqu¨¦ hab¨ªa dos camisetas que llevan m¨¢s de seis d¨¦cadas cruzando golpes en playoffs. Que disputan su eliminatoria n¨²mero 20 (12-7 por ahora para los Celtics) con ya 101 partidos (55-46) y 545 totales (313-232). Hay esencias que conviene respetar, pabellones a los que hay que salir con botas de combate y entrenadores que requieren del 100% de tu atenci¨®n. Todo eso son los Celtics, el Garden y Brad Stevens.

Los Celtics aplastaron a los Sixers sin Jaylen Brown (baja de ¨²ltima hora), su fuente m¨¢s fiable de puntos ante los Bucks. Y con Marcus Smart quej¨¢ndose visiblemente de su pulgar maltrecho. No est¨¢n, ya se sabe, Kyrie Irving ni Gordon Hayward (es imposible saber c¨®mo de temible puede ser este equipo en exactamente doce meses¡­ si todo va bien) y hab¨ªan pasado poco m¨¢s de 48 horas del s¨¦ptimo partido ante los Bucks mientras que los Sixers no jugaban desde el pasado martes. Ese es otro debate recurrente en playoffs: ¨®xido contra falta de ox¨ªgeno. Muchas veces sucede esto: el que lleva m¨¢s tiempo descansando y recibiendo elogios de la prensa tarda demasiado, si es que lo hace, en subirse a la ola de adrenalina y pasi¨®n que arrastra al primer partido de una serie en el que viene de ganar el s¨¦ptimo en la anterior. Los Sixers fallaron 15 de sus primeros 20 tiros y terminaron con un 5/26 en triples que arroja un total menor del de Terry Rozier en solitario (7/9). No todo pueden ser highlights para el Proceso y esta eliminatoria va a ser una lecci¨®n de tiza chirriante y encerado polvoriento. Si avanzan (siguen siendo favoritos¡­ supongo) lo har¨¢n siendo un equipo mejor.

Y si avanzan, lo har¨¢n quit¨¢ndole la comida del plato a los Celtics, que no van a regalarles ni las migajas. Nadie en su sano juicio puede esperar eso, se acumulen las bajas que se acumulen, de uno de los equipos m¨¢s obstinados, molestos y duros de coraza que uno recuerda. Con un esp¨ªritu con el que es imposible no empatizar y, no hay que olvidarlo, mucho talento y una ausencia casi psicop¨¢tica de miedo. Rozier anot¨® 10 puntos en el primer cuarto para templar a su equipo y un triple cada vez que hizo falta despu¨¦s. Acab¨® en 29 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias y lleva desde el 25 de marzo sin perder una bola en un ¨²ltimo cuarto. Al Horford jug¨® un partido magistral (26+7+4 con un 10/12 en tiros) y abri¨® la brecha que nunca se cerr¨®: 8 puntos y una asistencia en el 10-0 que convirti¨® un 33-33 en un 43-33 (adem¨¢s de un triple clave para sellar la ¨²ltima reacci¨®n visitante: 100-88). Y Jayson Tatum aprovech¨® los puntos d¨¦biles de la defensa de los Sixers para vivir en la l¨ªnea de tiros libres: 11/12, 28 puntos, m¨¢s que ning¨²n rookie de los Celtics en playoffs desde Larry Bird en 1980. De hecho, Rozier, Horford y Tatum son los tres primeros jugadores de los Celtics que pasan de 25 puntos en un partido sin pr¨®rroga desde Bird, McHale y Parish. Un tr¨ªo bien conocido en Philadelphia y que estaba en el Garden cuando nacieron los gritos de beat L.A., en el s¨¦ptimo partido de la final del Este de 1982.

Los Sixers deber¨¢n mirar aquellos libros de historia pero tambi¨¦n un buen mont¨®n de v¨ªdeos de este partido. Lo normal es que vayan a m¨¢s y que lancen mejor. Tambi¨¦n que los Celtics no metan tiros en un porcentaje tan alto. Quiz¨¢ este partido llev¨® lo mejor y lo peor de los dos equipos a sus extremos, pero esa es la especialidad de Brad Stevens, el Gregg Popovich de esta era¡­ si no siguiera en plena vigencia Gregg Popovich. Stevens, que se va a pasar lustros ganando batallas de pizarra en playoffs, genera superioridades y las explota sin rubor hasta que el rival ajusta. Y entonces, genera otras. Brett Brown puso a Redick con Tatum para permitir que Simmons se liberara de Smart y ejerciera de hombre libre en defensa. No funcion¨® por las penetraciones del alero, que se exhibi¨® en un partido con mensaje: el n¨²mero 3 del ¨²ltimo draft, un pick que fue de los Sixers a Boston, fue esta noche mejor que Ben Simmons (n¨²mero 1 de 2016) ante los ojos de Markelle Fultz (1 en 2017), que no entr¨® en pista. La mu?eca de Horford sac¨® a Embiid de la zona lo justo para que el ataque de los Celtics pudiera moverse y cortar por debajo del aro, Covington ni vio a Rozier y cada desajuste (y hubo muchos) acababa en un buen tiro de los verdes.

La defensa de los Sixers, una de las mejores de la NBA en el segundo tramo de la temporada, hizo aguas. El ataque no tuvo nunca fluidez y se bas¨® en las acciones de Embiid (31+13+5), que seg¨²n avanz¨® el partido se alej¨® de la l¨ªnea de tres y apret¨® a Baynes en la zona, donde jug¨® casi siempre en uno contra uno porque los Celtics evitaron doblarle para no dejar liberados a los tiradores: Redick, Belinelli, Ilyasova¡­ Sin espacios y sin tiros r¨¢pidos en transici¨®n, baj¨® el pist¨®n de los Sixers y tambi¨¦n el de Simmons, que nunca estuvo tan c¨®modo como suele aunque acab¨® en 18+7+6 (pero 7 p¨¦rdidas y 6/11 en tiros libres). Escuch¨® c¨¢nticos de ¡°not a rookie¡± y de ¡°fuck the Process¡±. Una muy calurosa bienvenida al Garden y a una de las rivalidades m¨¢s antiguas y descarnadas del deporte estadounidense. A ¨¦l y a su equipo les toca estar a la altura y explotar lo que s¨ª tienen ante un rival diezmado: m¨¢s recursos. Porque si no lo hacen, el resto ser¨¢ la m¨ªstica del Garden y el cartab¨®n de Brad Stevens. O lo que es lo mismo: problemas. Muchos problemas.