TEAM LEBRON 148 - TEAM CURRY 145
LeBron tambi¨¦n es el rey de la nueva era: MVP y gran victoria
?xito del nuevo formato del All Star Game: m¨¢s competitividad y un final muy igualado que sac¨® brill¨® a un buen fin de semana para la NBA. LeBron, el mejor con diferencia.
Estos ya no son los All Star Game de anta?o y no lo ser¨¢n por mucho que queramos derribar la realidad a cabezazos. La paradoja es que los debates sobre c¨®mo arreglarlo/mejorarlo/corregirlo lo mantienen extraordinariamente vivo. Es probable que tratemos de rejuvenecer el All Star para intentar rejuvenecernos a nosotros mismos. Y es imposible. Son otros tiempos, es otro mundo. Los primeros partidos de las estrellas que llegaban a Espa?a parec¨ªan hacerlo a trav¨¦s de una se?al imposiblemente lejana. Todo parec¨ªa inalcanzable porque, adem¨¢s, a algunos de aquellos jugadores apenas les ve¨ªamos jugar esa noche. Le¨ªamos sobre ellos en las revistas, recopil¨¢bamos informaci¨®n, imagin¨¢bamos¡ Recuerdo que a m¨ª me pas¨® con Tom Chambers, imagino que en 1989. Ahora podemos ver todos los partidos todas las noches, estamos h¨ªper conectados y ultra saturados de informaci¨®n: datos, im¨¢genes, opiniones, sonidos. El All Star Game no puede significar lo mismo para los que hemos vivido todo el proceso, mucho menos para los m¨¢s j¨®venes que solo han vivido en este mundo. El instant¨¢neo.
Lo que quiero decir es que quiz¨¢ al All Star Weekend, y no solo por nostalgia, no le podemos pedir que signifique lo que significaba. O lo que cre¨ªamos que significaba. Pero sigue siendo un gran espect¨¢culo. Sobre el terreno, puedo jurarlo. Es pura diversi¨®n que extiende su onda expansiva por los alrededores del pabell¨®n, esta vez el lujoso Staples Center de Los ?ngeles, al lado de Hollywood y en una de las ciudades del mundo en las que m¨¢s profundo es el significado de la palabra baloncesto, del playground al viejo Forum. La NBA presume de buena salud y musculatura en perfecto estado de revista, vende su producto y exporta unos sue?os que siguen si¨¦ndolo aunque los tengamos m¨¢s a mano. Desde dentro se respira una sana sensaci¨®n de indulgencia. Es febrero pero brilla un sol radiante en L.A. Y la NBA est¨¢ en, probablemente, el mejor momento de su historia. Tambi¨¦n en la pista: si se re¨²ne a los participantes en el Rising Stars Challenge y a los que jugaron el All Star Game se obtiene un volumen de talento que quiz¨¢ nunca haya tenido la liga en t¨¦rminos de profundidad y diversidad. Tan cerca de Hollywood que parece una pel¨ªcula de super h¨¦roes. As¨ª tiene que ser.
A partir de ah¨ª, es obvio que el concurso de mates pas¨® a?os oscuros y que en los ¨²ltimos ha repuntado, a la cabeza ese LaVine-Gordon de 2016 que es el Jordan-Wilkins de esta generaci¨®n y posiblemente m¨¢s que eso. Y era obvio que el All Star Game hab¨ªa confundido camarader¨ªa y espect¨¢culo con una laxitud t¨®xica. Hasta tal punto que Chris Paul, que est¨¢ al frente de la asociaci¨®n de jugadores, llam¨® a Adam Silver con el 192-182 del a?o pasado en Nueva Orleans todav¨ªa caliente y le dijo que hab¨ªa que hacer algo. Ese algo, en parte soluci¨®n y en parte aperitivo de un borrado de fronteras que acabar¨¢ afectando a los playoffs, meti¨® al All Star en una nueva era: en su 67? edici¨®n desapareci¨® el duelo Este-Oeste y se pas¨® al partido de capitanes y sus equipos elegidos casi a pares o nones. Un concepto que evolucionar¨¢ en pr¨®ximos a?os, seguro, y que puso al frente a LeBron James y Stephen Curry. La rivalidad que explica la actual era de baloncesto. Pero sigue siendo la NBA y sigue siendo el All Star Game. Y por si hab¨ªa dudas, en primera fila estaban sentados juntos Bill Russell, Kareem Abdul Jabbar y Jerry West. Viendo jugar a sus descendientes, los que nacieron de su sangre. En los cimientos de todo lo que significa y ha conseguido la NBA est¨¢n ellos.
Tambi¨¦n aumentaron los premios por ganar (100.000 por cabeza, 25.000 para los perdedores) y todo (formato, premios, reuniones previas) ayudaron a que, efectivamente, el All Star recuperara una sensaci¨®n de partido (amistoso, pero partido) que se hab¨ªa esfumado en el camino de Toronto a Nueva Orleans. Hasta tal punto se hab¨ªa convertido esta en una cuesti¨®n capital que, el mundo al rev¨¦s, se celebraba que las anotaciones fueran por debajo de la media del ¨²ltimo lustro: 42-31 (para el Team Stephen) en el primer cuarto por el 48-53 para el Este de hace un a?o: 28 puntos menos. De hecho, hicieron falta m¨¢s de 30 minutos para que, hacia el final del tercer cuarto, un equipo (el Team Stephen otra vez) llegara a 100 puntos. Y el Team LeBron gan¨® con 148 puntos (148-145), el m¨ªnimo de un vencedor desde 2013.
Los dos bandos, sobre todo el de un LeBron especialmente interesado (en estarlo y que se supiera que lo estaba) pusieron una m¨ªnima (y creciente) atenci¨®n en defensa, atacaron con conceptos reconocibles, recuperaron con buen ritmo para defender, hicieron algunas faltas de brazo fuerte¡ Por supuesto hubo una lluvia de triples (estamos en 2018) y hubo una buena colecci¨®n de highlights. Pero fue mucho m¨¢s aseado, m¨¢s reconocible: mejor. Sazonado con una excelente parafernalia en cada par¨®n y con una gran actuaci¨®n en el descanso (Pharrell Williams y N.E.R.D. con ayuda de Migos) que arregl¨® una presentaci¨®n con demasiada sobreproducci¨®n hollywoodiense, un empacho muy indigesto de Kevin Hart y una (fallida) interpretaci¨®n del himno por parte de Fergie que, por decirlo de la forma m¨¢s suave posible, no mejor¨® la maravillosa revoluci¨®n rhythm and blues de Marvin Gaye, en 1983 y en el viejo Forum.
Westbrook y Durant intercambiaron charla amistosa antes del partido, Anthony Davis jug¨® en el primer cuarto con la camiseta de DeMarcus Cousins (su compa?ero en los Pelicans, lesionado de gravedad), LeBron volvi¨® a compartir quinteto con Kyrie y hasta tuvimos el ansiado final igualado (144-144 en el ¨²ltimo minuto) en el que se coreaban tanto como los triples y las asistencias vertiginosas las faltas para parar contragolpes o una revisi¨®n en v¨ªdeo de los ¨¢rbitros. As¨ª estaba la cosa. El Team Stephen mand¨® siempre pero se esfum¨® al final porque funcionaron mejor Lillard, DeRozan y Embiid que los te¨®ricos l¨ªderes, Curry y Harden especialmente (9/33 entre los dos). Jimmy Butler, que habr¨ªa estado en su salsa en esas ¨²ltimas posesiones con pinta de fuego real, ni jug¨® por... ?Descanso??una mala noche?
El Team LeBron, mucho m¨¢s implicado por lenguaje corporal, remont¨® en los ¨²ltimos minutos con una defensa seria y un quinteto que conviene releer varias veces: Paul Geore, Kevin Durant, Kyrie Irving, Russell Westbrook¡ y LeBron James, el padrino de esta generaci¨®n de jugadores, un rey cada vez m¨¢s c¨®modo en su trono y un justo MVP, el tercero en un All Star y el primero desde 2008: 8 asistencias, 10 rebotes y 29 puntos, con la cuenta de m¨¢ximo anotador hist¨®rico del evento ya en 343. Los minutos finales ribetearon el ¨¦xito finalmente rotundo del nuevo formato y cerraron con muy buen sabor de boca un muy buen fin de semana de NBA en Los ?ngeles. Salud de hierro y lluvia de estrellas. Espera Charlotte 2019 con las cosas en su sitio y LeBron James al tim¨®n. Todo ir¨¢ bien.