Nace una estrella: Mitchell se corona imitando a Vince Carter

Fue un gran concurso de mates. Quiz¨¢ no tan espl¨¦ndido como el de 2016, probablemente el mejor de siempre (perd¨®n, Michael y Dominique) pero desde luego superior al de hace un a?o en Nueva Orleans y sin duda altamente divertido, notablemente espectacular. Un precioso broche para una noche que fue a m¨¢s a partir del intercambio de r¨¢fagas de Booker y Klay Thompson en el concurso de triples.

Gan¨® Donovan Mitchell, que ahora mismo convierte en oro todo lo que toca. El chico de Louisville que se llevaron los Jazz con el n¨²mero 13 del draft (un robo may¨²sculo) aspira al Rookie del A?o, carrera en la que le recorta terreno a bocados a Ben Simmons, va para jugador franquicia de los buenos de verdad y tiene un carisma arrollador: ha nacido una estrella en Salt Lake City, justo cuando parec¨ªa que ven¨ªan tiempos duros para la franquicia. ?Gordon¡­ who?

Donovan Mitchell: una mu?eca rota nos regal¨® su carrera NBA

Victor Oladipo fue el cuarto en discordia, con un primer intento muy dif¨ªcil que no concret¨® y un segundo solo correcto que al menos adorn¨® con la m¨¢scara de Black Panther (y con Chadwick Boseman en primera fila, que para algo esto es Hollywood). El otro descartado antes de la final fue Dennis Smith Jr. Y fue una pena porque el rookie de los Mavericks se reh¨ªzo despu¨¦s de un primer mate discreto y en el segundo se llev¨® un 50 (la puntuaci¨®n perfecta) con el mate de la noche y me atrever¨ªa a decir que uno de los buenos de verdad de siempre: muy dif¨ªcil, muy est¨¦tico, un 360 grados con cambio de manos por debajo de las piernas que nos dej¨® con ganas de m¨¢s. Los finalistas merecieron serlo pero Smith Jr. No mereci¨® quedarse fuera. Eran todos los que estuvieron pero no estuvieron todos los que eran¡­

As¨ª que el duelo qued¨® entre Mitchell y un Larry Nance Jr. que jugaba en casa porque hasta hace d¨ªas era miembro de los Lakers (ha sido traspasado a los Cavs) y contaba con el factor emocional de tener a su lado a su padre, el campe¨®n del primer concurso de mates de la NBA, en 1984. En su primer intento imit¨® el m¨¢s recordado de su progenitor (el 'rock the cradle de tantos p¨®sters) vestido con la camiseta de los Suns de aquel. Despu¨¦s asegur¨® el puesto en la final con un molinillo plet¨®rico partiendo desde detr¨¢s del tablero. Pura potencia, dej¨® para la final otro tomahawk, este asistido por su padre, y un mate tremendo pero de los que necesitan varias repeticiones a c¨¢mara lenta: bola al tablero, otra vez al tablero despu¨¦s de cogerla ya en el aire y adentro. Un 50.

Con el p¨²blico en pie (buena se?al) Mitchell necesitaba 46 puntos para ganar y se llev¨® 48 vestido de Vincer Carter. No fue su mejor mate: antes enlaz¨® dos cincuentas con un salto tremendo por encima de su hermana peque?a y, sobre todo, un estallido tect¨®nico de violencia despu¨¦s de lanzar la bola al tablero y cogerla muy abajo con una sola mano. Hasta Larry Nance resopl¨® ante la onda expansiva. Mitchell cerr¨® un concurso en el que tambi¨¦n se visti¨® de la leyenda de los Jazz Darrell Griffith (pantalones muy cortos incluidos) y que hab¨ªa abierto con el mejor mate de la primera ronda, 48 puntos despu¨¦s de sacar un segundo tablero y lanzarse un alley oop en el m¨¢s cercano para machacar en el otro.

Realmente fue un buen concurso. Hubo show y parafernalia pero en la medida exacta y como complemento y no sustitutivo de unos mates que combinaron mucho f¨ªsico y mucha est¨¦tica. Excepcional el de Dennis Smith (realmente excepcional), poderosos los de Nance e incontestables los de un chico que tiene tanta estrella que era imposible que no arrasara en su paso por Hollywood. Donovan Mitchell: ha nacido un crack.