Encuentro con los Llorente: "Si el entrenador no me pone yo voy a muerte con eso"
AS junta en el Fernando Mart¨ªn de Fuenlabrada a Jos¨¦ Luis y Sergio Llorente. All¨ª se retir¨® Joe, leyenda del baloncesto espa?ol, y all¨ª juega ahora su hijo.

Pabell¨®n Fernando Mart¨ªn de Fuenlabrada. En marzo de 1997 all¨ª puso el punto y final a su carrera Jos¨¦ Luis Llorente, leyenda del baloncesto espa?ol. 20 a?os despu¨¦s Sergio sigue la estela de su progenitor, testigo de la primera experiencia del equipo del sur de Madrid en la ACB, como integrante del Montakit Fuenlabrada en su 20? temporada en la Liga Endesa. Motivo m¨¢s que suficiente para que AS re¨²na a la primera pareja padre-jugador de la historia del club. Una agradable conversaci¨®n que repasa el pasado, presente y futuro del mundo de la canasta.?
"Soy un desastre con los recuerdos", aclara quien fuera subcampe¨®n ol¨ªmpico en Los ?ngeles 1984 cuando se le pregunta por sus sensaciones a la hora de pisar el parqu¨¦ que le vio despedirse como profesional.?"Tengo m¨¢s presente la etapa de Andorra. De ir al pabell¨®n con la equipaci¨®n del equipo. ?Tambi¨¦n ten¨ªa la del Fuenla! Pero aqu¨ª ven¨ªamos menos", se arranca Sergio, nacido en Madrid en 1990, antes de ser cortado por Joe: "Como en Andorra viv¨ªamos al lado del pabell¨®n estabais todo el d¨ªa all¨ª". De peque?o Sergio practicaba f¨²tbol, tenis, esqu¨ª, jugaba al golf... pero se decant¨® por el baloncesto porque sus amigos se inclinaron por el bal¨®n rugoso de color naranja. "Imagino que la figura paterna tambi¨¦n ejerci¨® su influencia. Al menos siempre lo suele hacer. Desde que eran ni?os (tiene otro hijo menor que Sergio, Juan) toda la familia ha intentado educarles con los valores del deporte: esfuerzo, sacrificio...", prosigue el padre.?
En plena boom de los entrenadores mentales (coaches), el base del Fuenla tiene en casa al mejor posible. "Lo bueno que tiene un padre que sabe por lo que est¨¢s pasando es que no te habla cuando no quieres. Cuando sales jodido de un partido a veces lo mejor es hablar al d¨ªa siguiente. Ese espacio te ayuda mucho¡±, explica. "?l es ya profesional y sabe lo que tiene que hacer. Yo simplemente estoy para ayudarle y aconsejarle cuando me lo pide", asiente Jos¨¦ Luis. Heredar un apellido tan ilustre en el mundo del baloncesto no es f¨¢cil. ¡°Va con el trabajo. Hay que admitir la cr¨ªtica y convivir con ella. Sergio est¨¢ ya muy acostumbrado", expone el padre. Su sucesor tambi¨¦n se sit¨²a por encima de la pol¨¦mica. "Las suspicacias siempre van a estar ah¨ª. Yo soy Llorente pero tambi¨¦n soy Sergio y no solo el hijo de Joe. Me ha costado mucho llegar hasta aqu¨ª", reivindica.

El camino de Sergio hasta llegar a la Liga Endesa no ha sido de color de rosas. El curso anterior disput¨® 11 partidos con el Bilbao Basket, pero antes tuvo que atravesar una aut¨¦ntica etapa rompepiernas durante ocho temporadas por las divisiones secundarias de nuestro baloncesto. "Como yo, en la LEB Oro hay 60-70 jugadores que trabajan para una oportunidad que nunca llega", denuncia. Su padre, expresidente de la Asociaci¨®n de Baloncestistas Profesionales (ABP), recoge el guante: "Antes los jugadores buenos, salvo lesi¨®n, llegaban siempre. Hoy no es as¨ª". Sergio lamenta que el ¨¦xito de la carrera de un jugador dependa tanto del factor suerte. "Por muy bien aconsejado que est¨¦s, cuando tiene 18-19 a?os no tienes ni idea de lo que m¨¢s te conviene ni sabes lo que quieres. Simplemente tratas de buscar el sitio en el que hacer tu mejor temporada o desarrollar tu nivel de juego. El problema es que no se sigue a los jugadores de la LEB. No vale con mirar las estad¨ªsticas, sino conocer su juego, saber si pueden encajar o no en un determinado equipo. Yo tuve la suerte de que hice una gran pretemporada en Bilbao y me ficharon. Pero si no la hubiese hecho todo el trabajo que llevaba durante cinco a?os no hubiese valido para nada", desarrolla.
Poder conversar con alguien que fue jugador y otro que lo es hoy otorga unos excelentes padrinos para bucear en el desarrollo del deporte de la canasta. "El mundo en general ha cambiado mucho. Lo normal. Lo extraordinario ser¨ªa que todo se hubiese mantenido como estaba hace 30 a?os", reflexiona quien visti¨® en 112 ocasiones la camiseta de la Selecci¨®n. "Cuando yo empec¨¦ la liga a¨²n era semiprofesional. El juego tambi¨¦n ha cambiado mucho, igual que la comunicaci¨®n", prosigue.
Este periodista tiene la sensaci¨®n de que el jugador actual se encuentra mucho m¨¢s aislado que los de antes y as¨ª se lo transmite a ambos. El di¨¢logo deriva hacia la relaci¨®n prensa-jugador. ¡°Es cierto que se ha perdido un trato m¨¢s directo con los medios. Viajaban a menudo con nosotros. Coincid¨ªamos mucho m¨¢s porque jugadores y periodistas nos qued¨¢bamos mucho m¨¢s tiempo en nuestros clubes o empresas. Si te comportabas de una forma normal y racional era l¨®gico que surgiera una cierta relaci¨®n", argumenta Joe. "Est¨¢n los periodistas de toda la vida y los j¨®venes que aparecen una temporada y a la siguiente cubren otra cosa. Ahora os mov¨¦is muchos m¨¢s de campo¡±, observa Sergio. "Tambi¨¦n el periodismo en s¨ª ha cambiado. Antes era mucho m¨¢s de contacto, de calle, de investigaci¨®n y ahora se est¨¢ convirtiendo casi en un periodismo de redes sociales. Es un poco lamentable porque a la esencia de las cosas se llega a trav¨¦s de la reflexi¨®n y de la experimentaci¨®n. Un mensaje de un club puede valer para llamar la atenci¨®n, pero para nada m¨¢s", tercia el mayor de los Llorente.
Tardaba en salir a luz un asunto de rabiosa actualidad como es la reaparici¨®n de las Ventanas de selecciones en mitad de la temporada de clubes. Jos¨¦ Luis no puede evitar re¨ªrse cuando se le nombran antes de ponerse serio de verdad. "Son un detalle m¨¢s de un problema mucho m¨¢s grave: la falta de entendimiento entre los dirigentes del baloncesto. Este asunto deriva de la falta de acuerdo entre la FIBA y la Euroliga, un problema que viene de hace tiempo. Con el nuevo siglo el baloncesto se dividi¨® profundamente entre las federaciones internacionales y la Euroliga por un lado y luego entre las ligas nacionales y la propia Euroliga por otro. La NBA tambi¨¦n forma parte del problema. Siempre estamos dispuestos a acordar cuando les viene bien y en cambio ellos nunca aceptan. Tiene que llegar el momento en el que esto termine. Aqu¨ª la NBA ha entrado, se ha llevado a todos los jugadores y ahora hasta hemos cambiado una norma", dice. Ah¨ª toma la palabra su hijo. "Mandaron un v¨ªdeo a los entrenadores. Nos dijeron que en carrera ten¨ªamos el paso cero pero que en parado entend¨ªan que segu¨ªa como antes. Aunque hay veces en las que ni incluso nosotros sabemos cu¨¢ndo son pasos. Se ha tomado esta decisi¨®n en pos del espect¨¢culo", admite. "Las horas invertidas para ense?ar a un ni?o determinados movimientos ya no valen para nada. Algunas situaciones siguen sin aclararse. Es un poco chapuza", cierra Jos¨¦ Luis.

"Pese a su importancia social, el baloncesto ha perdido peso", destaca. "La falta de identificaci¨®n es una de las graves equivocaciones cometidas". Sergio conoce bien el asunto: "Hay menos jugadores espa?oles. Cuando t¨² vas a ver a tu equipo siempre hay alguno que te gusta m¨¢s. Cuando este se va obliga a regenerar la conexi¨®n con la grada". ?Dificulta este trasiego las relaciones de amistad en el vestuario?? "Seguro", responde el del Fuenla. Jos¨¦ Luis se muestra m¨¢s reflexivo: "Siempre hab¨ªa un grupo que proced¨ªa de la cantera o llevaba mucho tiempo junto. El ambiente estaba muy predeterminado. Hac¨ªamos por integrar a los dem¨¢s y esto ha derivado en amistades para toda la vida. Hoy en d¨ªa es mucho m¨¢s complicado. En el Andorra, por ejemplo, cada jugador es de una nacionalidad distinta esta temporada. Aunque no es tanto una cuesti¨®n de la procedencia, sino de la itinerancia de los jugadores. Eso dificulta las realidades profundas¡±.
A pesar de ello, Sergio celebra la gran atm¨®sfera que se vive en su nuevo equipo. "N¨¦stor (el argentino Che Garc¨ªa) es un entrenador al que le gusta hablar con los jugadores y que tengamos las cosas claras. Es muy cercano, se preocupa por nosotros. A¨²n nos estamos conociendo, pero las sensaciones son muy positivas. Ya hemos organizado varios asados y cuando acaba el entrenamiento todos nos chocamos la mano. Es algo que no hab¨ªa hecho en ning¨²n equipo", explica. "Es un t¨¦cnico old school (vieja escuela), en el buen sentido¡±, detalla Joe.
Con un balance de 6 victorias y solo 2 derrotas el equipo madrile?o es la gran sensaci¨®n de la temporada. Aunque, de momento, Llorente ¨²nicamente ha contado con 5 minutos en un solo encuentro. ¡°Hago mi parte: entrenar, ser profesional y ayudar en todo lo que puedo. Hasta les transmito a los entrenadores errores que localizo cuando estoy fuera. Y f¨ªsicamente me mantengo al nivel de los que s¨ª juegan o incluso mejor. Si no est¨¢s preparado, cuando llega la oportunidad el tren pasa y se va. Es complicado, pero he conseguido llevar bien esta situaci¨®n. Aunque reconozco que si esto me pasa hace un par de a?os no hubiera podido", enumera. No se viene abajo, sino todo lo contrario. Exhibe una fortaleza mental ejemplar: ¡°No me gusta que me regalen nada, pero tampoco que me quiten. Yo pondr¨¦ todo lo que hay en m¨ª para que el entrenador elija.? Si por el bien del equipo no tengo que jugar, como hasta ahora, debo entenderlo porque para eso formo parte de un equipo. No siempre es f¨¢cil encontrar un jugador as¨ª. A veces pienso: ¡®Joder, deber¨ªa jugar¡¯. Pero si el entrenador no quiere ponerme yo voy a muerte con eso¡±.
Antes de acabar, Jos¨¦ Luis anima a Sergio a hacer visibles sus problemas a la hora de compatibilizar estudios y deporte: "Dilo, est¨¢ bien que se sepa". "Empec¨¦ una ingenier¨ªa, per siempre me negaban los cambios de ex¨¢menes o pr¨¢cticas. Result¨® imposible. Me cambi¨¦ a una universidad privada y ahora tengo un doble grado en Publicidad y Organizaci¨®n de Eventos. All¨ª s¨ª que me dieron todas las facilidades. ?Qu¨¦ les cuesta a las universidades?", se pregunta. Joe retoma el pulso: "Se esfuerzan muy poco. Ahora que deber¨ªa ser todo un poco m¨¢s el¨¢stico sigue habiendo poca empat¨ªa por parte de los centros hacia personas que, adem¨¢s, son ejemplo para sus compa?eros y los propios lugares de estudio. En otros pa¨ªses s¨ª es un motivo de distinci¨®n y orgullo que sus estudiantes sean tambi¨¦n grandes deportistas".
Para poner el punto final a la charla resulta obligado pedirle a Jos¨¦ Luis que proyecte el final de carrera que le gustar¨ªa que su hijo tenga dentro de diez o doce a?os. "No imagino nada, pero s¨ª me gustar¨ªa que se hiciese un hueco en el Fuenlabrada y tuviese minutos para demostrar la clase y calidad que tiene y el trabajo que est¨¢ haciendo", concluye. La saga Llorente contin¨²a viva.? ?
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