Los Thunder, sin qu¨ªmica: el peor equipo en los minutos decisivos
Los Thunder no han ganado a un rival del Oeste (0-6), suman cuatro derrotas seguidas y en sus cuatro triunfos, triple-doble de Westbrook.
El a?o pasado los Thunder estaban 6-5 despu¨¦s de los once primeros partidos de una temporada que fue un electroshock, todo en carne viva. De las turbulencias en el adi¨®s de Kevin Durant a la cabalgada mesi¨¢nica a hombros de los triples-dobles de Russell Westbrook. Despu¨¦s, Sam Presti se sac¨® de su chistera a Paul George y Carmelo Anthony. Y en once partidos de ese nuevo proyecto aparentemente ganador, los Thunder est¨¢n 4-7 despu¨¦s de encadenar cuatro derrotas. Han perdido los seis partidos que han jugado contra rivales del Oeste y su victoria de m¨¢s lustre tiene como v¨ªctima a los Bucks. Las otras llegaron contra Knicks, Pacers y Bulls.
M¨¢s a¨²n: Russell Westbrook ha firmado ya cuatro triples-dobles¡ que coinciden con las cuatro victorias del equipo. Eso no deber¨ªa estar sucediendo porque esta temporada no deber¨ªa ser como la pasada. Desde luego es muy pronto, la transformaci¨®n ha sido tan grande que el nuevo roster necesita tiempo. El nuevo big three es tan particular que la qu¨ªmica no ha llegado en el cort¨ªsimo plazo. No es momento de ataques de p¨¢nico pero conviene recordar que los Thunder viven exigidos por el final de los contratos de George y Carmelo y, sobre todo, por la decisi¨®n que el primero pueda tomar con respecto a su futuro. Todos en OKC temen la alargada sombra de los Lakers. Pero, y si (por ejemplo) la cosa sigue sin ir demasiado bien, ?qu¨¦ pasar¨ªa si llaman a la puerta los Cavaliers con el pick de los Nets?
George hasta ahora es el m¨¢s visiblemente inc¨®modo en un estilo de ataque con ratos muy feos y tres estrellas acostumbradas a amasar posesi¨®n y generarse sus tiros. Ning¨²n equipo da menos pases que los Thunder, ninguno ejecuta m¨¢s aclarados. Quiz¨¢ porque Billy Donovan no ha demostrado hasta ahora ser un imaginativo con los sistemas ofensivos, quiz¨¢ porque mientras no aparezcan otras soluciones los jugadores tienden a refugiarse en sus zonas de confort. Pero el caso es que esa forma de jugar se vuelve previsible. Las defensas rivales se adaptan y aplican correcciones que funcionan en el tramo final de los partidos.
Ante Denver Nuggets volvi¨® a suceder. Y de esta forma, no hay equipo peor a la hora de resolver choques igualados en la NBA. De las siete derrotas, y quitando la primera (por paliza ante los Jazz), seis han llegado en lo que se conoce como clutch time: cuando se llega a los ¨²ltimos cinco minutos en diferencias no mayores de cinco puntos. En realidad cinco, pero hay una que se puede incluir porque (ante los Blazers), la diferencia en ese minuto 43 era de seis. En los cinco que puramente se pueden considerar clutch time, los Thunder (datos de Ben Golliver) solo han anotado tres canastas totales tras asistencia, tienen un -42 total y un rating defensivo absolutamente intolerable (162,1).
Paul George solo tir¨® una vez en el ¨²ltimo cuarto contra los Nuggets, aunque lo jug¨® entero. Si se suman los partidos anteriores contra Blazers y Kings, es un 3/10 en esos ¨²ltimos cuartos. En 23 minutos de clutch time ha lanzado ocho veces a canasta: una cada tres minutos. Sus n¨²meros han ca¨ªdo en picado y el equipo no arranca con ¨¦l como elemento muchas veces extra?o entre los tiros desde la media distancia de Carmelo y las acciones demasiado forzadas de Westbrook, que regresa una y otra vez a unos ejercicios heroicos al estilo 2016-17 que no deber¨ªan ser necesarios. El big three tiene un diferencial de rating en los minutos en los que los tres han estado a la vez en pista durante los once partidos de -0,7. Un dato terror¨ªfico. Hay quintetos que Donovan todav¨ªa no ha probado ni un segundo (las tres estrellas, Patterson y Adams, en ejemplo escarbado por John Schumann) y la defensa se viene absolutamente abajo en esos finales igualados porque Roberson tiene que estar sentado muchas veces por su ineficacia en ataque (o eso decide Donovan, al menos: hasta siete compa?eros han jugado m¨¢s que ¨¦l en clutch time) y porque Adams no tiene esta vez ning¨²n otro protector del aro cerca. Ese rol lo tuvieron en su d¨ªa Durant e Ibaka. Ahora el ala-p¨ªvot titular es Carmelo y en cuanto Adams tiene que dejar los alrededores de la canasta, el equipo queda absolutamente expuesto¡ Westbrook y Felton pueden facilitar el juego de ataque, pero son un backcourt muy d¨¦bil en defensa.
Insisto: no es momento de tomarse nada a la tremenda, pero no se puede negar que las sensaciones del equipo alimentan las dudas de la idoneidad de reunir a Westbrook, George y Carmelo a las ¨®rdenes de un Donovan que tiende a la simplificaci¨®n (aclarados, jugadas b¨¢sicas de pick and roll) en ataques con poca circulaci¨®n. Es el mismo Donovan, para los tremendistas, que s¨ª supo encontrar acomodo como falso ala-p¨ªvot a Roberson en aquella ya m¨ªtica final del Oeste de 2016 contra los Warriors (de 1-3 a 4-3 para los de la Bah¨ªa).
Y, claro, por detr¨¢s de lo deportivo asoma la realidad financiera de un equipo creado para tratar de reventar esta temporada. El mismo Adrian Wojnarowski reconoc¨ªa esta semana que dif¨ªcilmente podr¨ªa continuar la pr¨®xima este experimento del big three que ha puesto el exceso en el payroll en una multa de unos 25 millones de d¨®lares que, castigo al repetidor, ser¨ªan m¨¢s la pr¨®xima campa?a. Resultar¨ªa insostenible, m¨¢s para un due?o como Clay Bennett en un mercado como el de OKC. Pero eso es mirar muy lejos. Por ahora, la clave est¨¢ en que el equipo eche a andar, las estrellas se entiendan, Donovan facilite la cosas y los secundarios aparezcan. Seguramente suceder¨¢, la cuesti¨®n es cu¨¢ndo y, sobre todo por ahora, cu¨¢nto.