Shved y Bogdanovic luchar¨¢n por un sitio en la gran final

He aqu¨ª una semifinal inesperada. Rusia ha resucitado de los infiernos y, despu¨¦s de a?os de olvido (su ¨²ltimo logro fue el bronce de Londres en 2012), ha alcanzado la semifinal a lomos de Alexei Shved, que apareci¨® a tiempo en los cuartos contra Grecia para coger el tim¨®n y llevar a su pa¨ªs a semifinales con la inestimable colaboraci¨®n de Timofey Mozgov. A las ¨®rdenes de Bazarevich persigue una final diez a?os despu¨¦s. Entonces, la canasta de Holden hel¨® los corazones espa?oles en el Palacio de Deportes de Madrid. Lo de Serbia, mientras, es muy meritorio y empieza a elevar a Djordjevic a niveles de ?seleccionador gur¨². Sin estrellas como Teodosic, Nedovic, Simonovic, Jokic, Bjelica, Raduljica y Kalinic, ha sabido ir cogiendo forma durante el torneo hasta parecer un equipo realmente amenazante que termin¨® como l¨ªder de un grupo duro con Letonia, Rusia y Turqu¨ªa y que ha eliminado silbando a Hungr¨ªa y Italia.

El favoritismo parece volcarse hacia Serbia, que adem¨¢s de ser finalista ol¨ªmpica y mundial tiene grandes capaces de detener a Mozgov, la otra gran v¨ªa de producci¨®n de puntos cuando falla Shved. Marjanovic, Kuzmic y hasta el agitador Stimac podr¨ªan asfixiarlo. Su rotaci¨®n, adem¨¢s, parece m¨¢s fiable. Gira en torno a su gran estrella, Bogdan Bogdanovic (19,7 puntos por partido) pero tiene un gran escudero en Stefan Jovic, estupendo jugador que se ha escapado al radar de los grandes y ha terminado en el Bayern siguiendo el rastro de Djordjevic, gu¨ªa espiritual. Es el mejor asistente de Serbia.

Las estad¨ªsticas de las selecciones son parejas. Rusia firma un 52,1 por ciento en tiros de dos y Serbia, un 54,3. Los de Bazarevich tienen un 32,6% en triples y los de Djordjevic, un 32,5. S¨®lo hay una m¨ªnima ventaja en el rebote para los balc¨¢nicos, que no llegan a una final desde 2009 y completar¨ªan un ciclo fant¨¢stico a la espera de recuperar a sus cracks en China 2019.