Ricky, con sus peores n¨²meros: ?tiene futuro en Minnesota?
El espa?ol est¨¢ por debajo de sus n¨²meros en pr¨¢cticamente todos los apartados estad¨ªsticos. Tambi¨¦n, esta vez, en n¨²meros colectivos.


En su muy mala temporada pasada (29-53), los Timberwolves ganaron 9 de sus primeros 23 partidos (9-14). En toda la temporada, su rating defensivo, el segundo peor de la NBA, fue de 110,1. Despu¨¦s de otros 23 partidos en el a?o I de Tom Thibodeau, los Wolves est¨¢n 6-17 (tres derrotas m¨¢s) y su rating en defensa (tercero por la cola) es de 111. N¨²meros peores en victorias y, sorprendente con lo que se esperaba de Thibs, eficacia defensiva. El ataque tambi¨¦n es sensiblemente inferior (105,8 de rating por 106,5 la temporada pasada). As¨ª que el a?o del salto de calidad (un simple paso en firme o una zancada hasta la frontera con los playoffs en funci¨®n de a qui¨¦n se preguntara) es por ahora una decepci¨®n descomunal, una de las mayores del primer cuarto de temporada en la NBA.
Los Wolves no juegan playoffs desde 2004. No han conseguido armar un proyecto con fundamento en m¨¢s de una d¨¦cada, no con Kevin Love como estandarte. ?Tampoco con Karl-Anthony Towns y con Andrew Wiggins? Esa es ahora mismo la gran pregunta en Minneapolis. Esa y qu¨¦ mover¨¢ en el mercado un equipo que quiere moverse. Las piezas no encajan, Thibodeau pide veteranos que cambien el aire del vestuario y casi cualquiera que no sea Wiggins, Towns y seguramente Kris Dunn tiene colgado el cartel de ¡®se traspasa¡¯. Tambi¨¦n Ricky Rubio, para el que al menos vivir en medio de la rumorolog¨ªa (que entrar¨¢ en calor despu¨¦s de Navidad y a medida que se acerque el cierre de mercado) es cualquier cosa menos una novedad.
Ricky Rubio tiene 26 a?os en los quiz¨¢ haya que contar alguno m¨¢s para situar el verdadero lugar en el que se encuentra su carrera. Por las lesiones que le han acompa?ado y porque, lo uno va junto a lo otro, estaba jugando partidos de ACB con 14 a?os (en 2005) y dirigiendo a Espa?a en una final ol¨ªmpica con 17 (Pek¨ªn 2008). O ganando la Euroliga con 19 (2010). Y jugando en la NBA desde el 26 de diciembre de 2011. La carrera de Ricky, es evidente, est¨¢ al alcance de pocos. Eso es un hecho. Que pens¨¢bamos que pod¨ªa ser mucho m¨¢s de lo que est¨¢ siendo (tanto promet¨ªa) tambi¨¦n. Y que llegado a este punto una separaci¨®n de los Wolves empieza a parecer una opci¨®n interesante para ambas partes. Unos tienen que repensar con qu¨¦ y c¨®mo rodean a Towns y Wiggins, el otro empieza a tener aspecto de jugador en tr¨¢nsito, que empieza a tener un pie fuera y que como m¨ªnimo deber¨ªa estudiar la parte edificante que siempre implica un cambio de aires. A nivel contractual, tiene dos temporadas m¨¢s cuando termine esta, en ellas percibir¨¢ unos 29 millones. Mucho ante su actual rendimiento. No tanto en las actuales reglas del mercado y para un Ricky simplemente correcto/revitalizado.
Porque en el actual Ricky hay piezas que se est¨¢n perdiendo. Sensaciones, gestos¡ y n¨²meros. Con menos magia (cualitativamente) y menos producci¨®n (cuantitativamente). Y en los peores n¨²meros de su carrera en pr¨¢cticamente todos los apartados estad¨ªsticos. Estas son sus medias de esta temporada comparadas con la peor cifra en una campa?a completa (segunda dato) y la media de su carrera NBA (tercero):
Puntos: 6,6; 9,5 y 9,9
Rebotes: 3,8; 4 y 4,3
Asistencias: 6,4; 7,3 y 8,2
Robos: 1,4; 1,7 y 2,2
Porcentaje de tiro: 36,7%, 35,6 y 36,8
Porcentaje de tres: 25%, 25,55 y 31,3
Tiros libres: 78,7%, 79,9 y 81,3.
Las cifras son demoledoras, tanto que un titular que ya era un cl¨¢sico, el ¡°Ricky Rubio flirtea con el triple-doble¡¡±, ya es excepci¨®n. El partido tipo del base espa?ol en la presente temporada es uno en el que se mueve en menos de 7 puntos y asistencias por partido, con casi dos p¨¦rdidas y dos canastas en 5,4 intentos (poco m¨¢s de medio triple: 0,6/2,2). Las sensaciones, con un Ricky m¨¢s funcionarial en la direcci¨®n, tambi¨¦n difuminan lo que en anteriores temporadas era un hecho incontestable: los Wolves eran mejores con Ricky Rubio en pista. ?Ahora? Extrayendo los datos de Basketball Reference, el rating ofensivo es 105,7 con ¨¦l en el campo, 111,8 sin ¨¦l (6,1 peor con Ricky). El defensivo es 114,8 con ¨¦l y 107,9 sin ¨¦l (6,9 peor en sus minutos). En total, -13,1 en diferencia de ratings si Ricky est¨¢ en la cancha. Su influencia en el equipo, para bien o para mal, s¨ª sigue intacta: -8,7 en diferencia de puntos para ¨¦l en las derrotas de los Wolves, +10 en las victorias.
Cuando los Knicks visitaron Minnesota, se hizo viral el v¨ªdeo de Brandon Jennings regalando un par de metros a Ricky, ret¨¢ndole a tirar. Ese ha sido, desde luego, uno de sus grandes males (y lo ser¨ªa m¨¢s si su equipo compitiera en las m¨¢s altas instancias y los rivales se esforzaran realmente por sacar a la luz sus defectos). Ricky no es capaz de meter tiros con regularidad (y se puede dar fe de que tanto ¨¦l como su equipo han puesto medios de todo tipo) y generar as¨ª una amenaza que saque brillo a sus incuestionables virtudes como distribuidor. De las 36 canastas (36/98, 10/40 en triples) que ha metido Ricky en los 18 partidos que ha jugado, 26 han sido en suspensiones con un mal 34% (26/76). Y diez han sido en bandejas con un muy pobre 47% (10/21) para acciones de alto porcentaje. Sus problemas como finalizador cerca del aro son un lastre seguramente mayor que los que tiene con el lanzamiento de media y larga distancia.
En la zona pero no debajo del aro (donde tiene ese 10/21), Ricky solo ha metido dos de siete tiros (28,6%). En triples, de la esquina derecha tiene un notable 57% con, eso s¨ª, solo siete lanzamientos (4/7). Mucho peor le va desde la izquierda (2/7, 14%) y desde la zona frontal (5/26, 19%).
Un doble-doble en lo que va de temporada, solo dos partidos con al menos diez asistencias y cinco con al menos diez puntos. Y en un equipo que est¨¢ siendo uno de los grandes desastres de la temporada y que, con una victoria en ocho partidos, est¨¢ ya (otra vez) en el fondo de la NBA. Con solo una victoria m¨¢s que Sixers y Mavericks. Y eso en una temporada de la que se esperaba que fuera, como m¨ªnimo, un comienzo, se est¨¢ convirtiendo ya en frustraci¨®n, nervios¡. y seguramente cambios en el horizonte. Veremos si esta vez, y despu¨¦s de tantos y tantos rumores, tambi¨¦n afectan a Ricky Rubio.