Los Wolves, en el infierno; Ricky: "Jugamos sin coraz¨®n ni deseo"

?Era este el a?o de los Timberwolves? En el Oeste se mov¨ªan placas tect¨®nicas con aires de cambio de guardia. Towns y Wiggins ya se conoc¨ªan, llegaba Kris Dunn y llegaba, sobre todo, Tom Thibodeau. Era para muchos la temporada en la que los Wolves iban a dejar de ser un equipo de un par de semanas de League Pass¡­ y nada m¨¢s. Incluso estaba sobre la mesa el primer viaje a playoffs desde el Pleistoceno (2004). Desde all¨ª, hace unos cuatro meses, a este 10 de diciembre: los Wolves han perdido siete de sus ¨²ltimos ocho partidos y est¨¢n 6-17. Est¨¢n, si hay que traducir los n¨²meros a un adjetivo, perdidos. Por encima de todo, perdidos. Son, adem¨¢s, las mismas victorias que los Nets y solo una m¨¢s que los Sixers y los Mavericks. Es un desastre absoluto.

En el mismo momento de la triste temporada pasada, los Wolves estaban 9-14, tres victorias por encima de su situaci¨®n actual. No es no avanzar, es retroceder desde pr¨¢cticamente la nada. El rating defensivo horrible de esa campa?a pasada (110,1) era mejor que el actual (111), ambas cifras entre las tres peores de sus respectivas temporadas. ?Para eso lleg¨® Thibodeau? Para eso, a priori: para que los Wolves defendieran y para generar una cultura ganadora que empuje a tanto talento joven. Desde ah¨ª se ha llegado a la situaci¨®n actual. Que es esta:

Thibodeau: ¡°No me voy a apartar, voy a seguir intent¨¢ndolo, revis¨¢ndolo todo, reevaluando. Algo no est¨¢ ah¨ª, no est¨¢ funcionando. Algo tiene que cambiar. ?Si estoy preocupado? Siempre lo estoy. S¨ª, estoy muy preocupado¡±.

LaVine: ¡°No es culpa del entrenador, somos nosotros. Nosotros somos los que salimos a la pista. El hace todo lo que puede, nosotros no cumplimos¡±.

Ricky Rubio: ¡°Podemos aceptar que se fallen tiros o se cometan errores. Pero jugar sin coraz¨®n y sin deseo es espantoso. Ahora mismo, sencillamente vamos mal¡±.

Thibodeau lanza su mensaje: analizar y encontrar lo que pudre el sistema, cambiar. Hace semanas que se rumia su inter¨¦s por meter en el vestuario veteranos que aporten, como m¨ªnimo, mensaje: cultura. Lo normal es que haya salidas y jugadores como Ricky Rubio o Zach laVine pueden hacer las maletas cualquier d¨ªa. En realidad todos menos, en principio, Andrew Wiggins y Karl-Anthony Towns. Las piedras fundacionales que tambi¨¦n tienen sus debates, sobre todo el primero, con el que no sabemos hasta d¨®nde tendremos que reevaluar nuestras expectativas. La cuesti¨®n es que los Timberwolves vuelven a ser un desastre. Y cada temporada resulta m¨¢s frustrante que la anterior.

Solo una victoria en ocho partidos, y fue casi un milagro en Charlotte a base de triples in extremis. Un triunfo entre un mill¨®n para un equipo como este, que no ha sido capaz de capitalizarlo en absoluto: a continuaci¨®n, tres derrotas por una media de 18,3 puntos. Y su siguiente partido es contra los Warriors. En el de ayer, los Pistons les arrasaron (90-117) porque son un bloque funcional, concentrado y competitivo: sus ant¨ªpodas. La fragilidad de los de Thibodeau qued¨® en evidencia entre el final del tercer cuarto y el inicio del ¨²ltimo, un parcial de 3-20 que sentenci¨® el partido: de 65-69 a 68-89. En ese momento, con unos cuantos minutos por jugar, los abucheos eran ya generalizados en el Target Center. Mucho antes, las miradas apuntaban a ninguna parte en el banquillo. La peor se?al. Peor que malas caras: caras sin vida.

Todos los titulares de los Wolves anotaron al menos 10 puntos, un suelo que marc¨® un Ricky que anot¨® un par de tiros complicados y firm¨® un 4/5 total. Su estad¨ªstica (10 puntos, 3 rebotes, 6 asistencias) hubiera sido m¨¢s que discreta en otras temporadas pero es buena en la actual. As¨ª est¨¢n las cosas tambi¨¦n para ¨¦l. Ni Wiggins (16 puntos en 16 tiros y nada m¨¢s: 2 rebotes, ninguna asistencia) ni Towns (14 puntos, 12 rebotes, 1 asistencia por 5 p¨¦rdidas) aportaron soluciones individuales. Ni LaVine (14 puntos) una explosi¨®n anotadora. Nada.

As¨ª que los Pistons ganaron y siguen corrigiendo su mal inicio de curso a domicilio. Es un equipo al alza, con Reggie Jackson de vuelta y que deber¨ªa estar si no sucede nada extra?o en playoffs. La cuesti¨®n es c¨®mo y desde d¨®nde. Andre Drummond demoli¨® a los Wolves con 22 puntos y 22 rebotes (su tercer 20+20 de la temporada) y dirigi¨® lo que acab¨® siendo un paliza a un rival que se qued¨® en unos tristes 3/16 en triples y 13/20 en tiros libres. Y que ahora mismo est¨¢ en una espiral de absoluta destrucci¨®n. Lo siguiente, si no aparecen soluciones, ser¨¢n demasiadas semanas de intrascendencia. En Minneapolis se saben el cuento de memoria.