"Kobe nos salv¨® de la derrota contra Espa?a en Pek¨ªn 2008"

Tras unos a?os de patinazos sonados con una imagen m¨¢s que cuestionable (Mundial 2002, Atenas 2004¡­) la selecci¨®n estadounidense inici¨® el camino de la redenci¨®n (del Dream Team al Redeem Team) con Jerry Colangelo en los despachos, Mike Krzyzewski en el banquillo y una estructura reforzada para hacer un verdadero equipo donde solo estaba quedando un pu?ado de estrellas que no llegaban a tomarse en serio los campeonatos FIBA. El costalazo en el Mundial 2006 (derrota ante Grecia en semifinales) fue el ¨²ltimo: desde entonces el Team USA acumula casi una d¨¦cada sin perder, ha recuperado la cultura de selecci¨®n y vuelve a gobernar el panorama internacional con pu?o de hierro. Si en los Mundiales de 2010 y 2014 domin¨® con equipos llenos brillantes pero llenos de ausencias notables, en los Juegos de Pek¨ªn y R¨ªo sum¨® sendos oros con plantillas que solo palidec¨ªan ante el recuerdo de aquel equipo hist¨®rico de Barcelona 92. Ese doblete ol¨ªmpico hubiera sido muy c¨®modo de no ser por un rival tremendo que le hizo sudar en las dos finales: Espa?a.

La Selecci¨®n, en la plenitud de los j¨²niors de oro, jug¨® dos partidos inolvidables por el oro que quedar¨¢n, pese a las derrota, entre los grandes hitos de una de las mejores generaciones de toda la historia del baloncesto FIBA. De Londres (107-100 final para los norteamericanos) se recuerda el inicio m¨¢gico de Navarro y la aparici¨®n colosal de Pau Gasol tras el descanso, y un partido en el que Estados Unidos nunca se escap¨® aunque siempre pareci¨® con el control del juego. Control inestable, pero control. Pek¨ªn en cambio fue (pese al m¨¢s holgado 118-107 final) un duelo todav¨ªa m¨¢s salvaje y hermoso, uno de los mejores partidos de la historia del baloncesto de selecciones y un trago verdaderamente duro para Estados Unidos en la primera gran cita en esa ruta de la redenci¨®n. Espa?a exigi¨® hasta el extremo a un equipo con Jason Kidd, LeBron James, Deron Williams, Dwyane Wade, Dwight Howard, Chris Bosh, Chris Paul, Carmelo Anthony¡­ y Kobe Bryant. De hecho, tuvo que aparecer la mejor versi¨®n de este ¨²ltimo cuando el cuarto final era una pura guerra de nervios. Basta recordar c¨®mo se celebraba cada acci¨®n en el banquillo de los NBA: realmente sintieron? peligro.

Wade acab¨® con 27 pero fue Kobe el que dirigi¨® las operaciones finales: sum¨® 20 y lider¨® a su equipo en asistencias (6). Y apareci¨® en todos los momentos decisivos: con un incre¨ªble 91-89 ya en el ¨²ltimo parcial enlaz¨® un canast¨®n y dos asistencias para el 98-89. Despu¨¦s anot¨® dos triples letales, uno desde la esquina con 98-92 y otro mucho m¨¢s dif¨ªcil a falta de tres minutos, 104-99 en el marcador y con falta incluida de Rudy. A falta de 1:11 mat¨® el partido con una penetraci¨®n que puso el 113-105. En total, la Mamba Negra sum¨® 13 puntos y 2 asistencias en el ¨²ltimo cuarto.

Y Krzyzewski no ha tenido ahora problemas en recordar que Kobe salv¨® en aquel ya legendario choque de Pek¨ªn ese camino de gloria que ya dura casi una d¨¦cada para el Team USA. Coach K lo dej¨® claro en una entrevista para la p¨¢gina web de los Lakers: ¡°En Londres 2012 tambi¨¦n era parte integral del equipo, un jugador clave. Pero si hubi¨¦ramos perdido en Pek¨ªn, no estar¨ªa aqu¨ª sentado ahora hablando como seleccionador. Eso lo tengo claro. Gan¨¢bamos solo de dos a falta de nueve minutos, hab¨ªa much¨ªsima presi¨®n¡­ pero apareci¨® la Mamba. Era el macho dominante en un equipo con LeBron, Carmelo y todos los dem¨¢s¡­ fue clave para que los de su generaci¨®n se unieran a los de la siguiente, y despu¨¦s en Londres para la integraci¨®n de Durant, Westbrook¡­ los nuevos que llegaban. Tres generaciones de jugadores mezclaron a la perfecci¨®n y Kobe fue ejemplar en ese proceso, marc¨® el camino a todos. Es inteligente, entiende el baloncesto a la perfecci¨®n¡­ le adoro¡±.