Paliza para la historia de los Spurs a unos Thunder perdidos

El 27 de mayo de 1985, los Celtics ganaron 148-114 a los Lakers en el primer partido de aquellas m¨ªticas Finales. Aquella paliza, lo nunca visto en la rivalidad que redefini¨® la NBA, recibi¨® el nombre de Memorial Day Massacre porque coincidi¨® con la festividad que recuerda a los ca¨ªdos en combate. En ese partido, Kareem Abdul-Jabbar anot¨® 12 puntos y cogi¨® 3 rebotes. Los Lakers, que ven¨ªan de perder la Final anterior ante los propios Celtics, ganaron el segundo encuentro y el anillo, 2-4. Por primera vez un equipo visitante sal¨ªa campe¨®n del Garden y Kareem, tras su horrible inicio, fue MVP tras promediar en los cuatro triunfos de su equipo 30,2 puntos, 11,3 rebotes y 6,5 asistencias.

Ese es el precedente para los Thunder, as¨ª de brutal fue la paliza que les propinaron los Spurs en el primer partido de una semifinal del Oeste de alt¨ªsimos vuelos. A priori. Aquella, hace 31 a?os, ha sido la ¨²nica vez en la que un equipo ha remontado una eliminatoria tras perder el primer partido por m¨¢s de 30 puntos. Pero aunque sin duda hay algo de aquellos Celtics en estos Spurs, como m¨ªnimo en cuanto a gen¨¦tica ganadora, ahora mismo cuesta creer que haya algo de aquellos Lakers en estos Thunder. Ya se sabe: el axioma dice que nunca hay que sacar de quicio lo que sucede en el primer partido de una eliminatoria a siete. Pero cuesta mucho. Todo lo que sab¨ªamos que funcionaba en los Spurs, result¨® de una perfecci¨®n casi inefable. Todo lo que barrunt¨¢bamos que no iba bien en los Thunder, apareci¨® con una crudeza indecorosa. Es probable que, como dijo Popovich (ejem) unos tuvieran un d¨ªa especialmente bueno y otros lo tuvieran especialmente malo. De hecho, fue as¨ª. Pero no hay que caer en la trampa del genio de East Chicago: fue mucho m¨¢s que eso. Tanto que cuesta creer que la diferencia entre ambas formas de jugar se pueda salvar durante cuatro (no uno, dos...) de sus pr¨®ximos seis enfrentamientos. Tanto que esta es una de esas derrotas que pueden dejar a Kevin Durant m¨¢s fuera que dentro de Oklahoma. S¨ª, fue para tanto.

Una monta?a de n¨²meros para la historia

El partido (124-92 final), la serie, comenz¨® con un tremendo mate de Kawhi Leonard tras dejar atr¨¢s a Kevin Durant. Y se hab¨ªa acabado (el partido, no la serie¡­ esperemos) al final del primer cuarto: 43-20. Los Spurs hab¨ªa anotado 18 de sus 22 tiros (con un sobrecogedor 10/11 inicial), un 81,8% que les pon¨ªa por tercera vez en la era Popovich por encima del 80% en un solo parcial de playoffs (y son 1.001 cuartos...). Al descanso la ventaja (que alcanz¨® los 43 puntos: 109-66) estaba en 33 (73-40). Era la m¨¢xima anotaci¨®n tras dos cuartos de los Spurs desde marzo de 2010. Y por entonces Kawhi (20 puntos con un 8/10 en tiro) y LaMarcus Aldridge (25 con un 12/16) sumaban cinco puntos m¨¢s (45-40) que todos los Thunder. Esa diferencia, dos contra todos, era por fin positiva para los Thunder al final del tercer cuarto: 63-66, de milagro. En total, 105-66 con los Spurs rondando el 70% de acierto y los Thunder por debajo del 40. Se acercaba de forma inevitable la primera ventaja de m¨¢s de 40 puntos en alg¨²n momento de un partido de playoffs para los Spurs en toda la era Popovich. Y era, otro dato tremendo, la primera vez que los texanos pasaban de 100 antes de terminar el tercer cuarto de un choque de playoffs desde¡­ 1983. Y la primera vez (otra vez en eliminatorias) en que un equipo de Pops ten¨ªa dos jugadores en al menos 20 puntos al descanso.

?M¨¢s? M¨¢s: fue la sexta ocasi¨®n (como siempre: en playoffs) desde que existe el reloj de posesi¨®n en la que hab¨ªa una ventaja de al menos 33 puntos al descanso. Y la primera desde 2006 cuando la alcanzaron ante los Kings¡­ los Spurs, claro. Sobre ese descanso, el rating ofensivo de los locales era 146,3. El de los visitantes, 80,2. En todo el partido, los Thunder solo lanzaron una vez despu¨¦s de dar al menos cinco pases; los Spurs, ocho. En tiros sin un solo pase previo, 20-9 para los de Billy Donovan. Dos formas de jugar al baloncesto. Esta vez, una buena y una mala. Una hermosa y una horrenda. Una en aluvi¨®n, la otra en retirada.

Kawhi y Aldridge devoran las entra?as de los Thunder

Kawhi Leonard y LaMarcus Aldridge anotaron 63 puntos con un 28/36 en tiros. Kevin Durant y Russell Westbrook, 30 con un 11/34. Al partido, obviamente, le sobre casi todo el segundo tiempo, destrozado tras una primera parte antol¨®gica de los Spurs, una de las siete maravillas de la era Popovich. Y eso es mucho decir. Una exhibici¨®n que record¨® a algunos de los mejores momentos de esa ya legendaria demostraci¨®n de baloncesto que fueron las Finales 2014. Un mensaje de autoridad (?definitivo?) a los Thunder y un aviso a los Warriors: m¨¢s vale que Stephen Curry llegue al 100% si es que nos vemos en la final. Tras esa primera ronda en el balneario que fue la ejecuci¨®n sumar¨ªsima de los Grizzlies, ning¨²n jugador pas¨® de 30 minutos en pista y LaMarcus hizo la mejor anotaci¨®n hist¨®rica (otra vez, desde que existe el reloj de posesi¨®n) en menos ese tiempo en pista: 38 puntos, 18/26 en tiros en 29:32. Leonard termin¨® con 25 (10/13), 5 rebotes y 5 asistencias¡­ en 21:34. Tony Parker anot¨® 2 puntos pero reparti¨® 12 asistencias (sin p¨¦rdidas) y sus compa?eros hicieron en el primer tiempo un 8/8 tras pases que ven¨ªan de sus manos: 7 de esos 8 tiros fueron completamente liberados. Danny Green defedi¨® a Westbrook y se permiti¨® un 5/6 en triples (18 puntos) y (al contrario de lo que hacen los Warriors) los Thunder no son capaces de evitar que Tim Duncan pase el tiempo que necesita en cancha para ser determinante en defensa. El ataque de los Spurs fue un prodigio, la defensa una obra de ingenier¨ªa casi alien¨ªgena. La paliza, un esc¨¢ndalo. Su baloncesto, pura perfecci¨®n. En el planeta Popovich, un d¨ªa muy bueno de unos y uno muy malos de otros es esto¡­

?Y los Thunder? Se les supone ahora pensando mucho, que no es lo que se le da mejor a un equipo que vive demasiado de su instinto, tanto o m¨¢s con Billy Donovan que con Scott Brooks. El duelo de banquillos tambi¨¦n fue un abuso. Al nuevo (no novato) se le ocurri¨® poner de salida a Steven Adams con Aldridge (con el resultado ya expuesto) y a Ibaka con Duncan. No funcion¨®. La defensa, porosa, no tuvo ni energ¨ªa ni paciencia ni fundamentos. Ah¨ª naufrag¨® Ibaka de forma espectacular (a pesar de sus transparentes 19 puntos) y ah¨ª se le vieron carencias a Durant y sobre todo a Westbrook, un asunto en el base que ya resulta preocupante y que en la ¨²ltima temporada y media ha quedado ensombrecido por sus inhumanas r¨¢fagas de triple-dobles. Sin soporte atr¨¢s y sin un ataque lo suficientemente sist¨¦mico para enfrentarse a una de las mejores defensas de la historia. Sin sinton¨ªa en sus estrellas y con un banquillo, otro asunto nada casual, que no aport¨® absolutamente nada.

Los Thunder solo han perdido un partido (eso s¨ª, Popovich est¨¢ 25-4 en series en las que se pone 1-0) y no pueden permitirse otra forma de verlo. Pero tienen que hacer cosas, hacer que pasen cosas, llevar la eliminatoria a otro terreno, el suyo si es que lo tienen ante un rival as¨ª. Tienen que hacer cosas que no han hecho durante toda la temporada porque generalmente no las necesitan. Esa es, parece que a?o tras a?o, la bendici¨®n y la maldici¨®n de este equipo rastrillado de forma hist¨®rica por el AT&T Center, una especie de noveno c¨ªrculo del infierno en el que cualquier carencia es exhibida ante el mundo y sangrada por unos Spurs que fueron los Spurs de siempre, casi un greatest hits con lo mejor de todas sus ¨¦pocas. Fue solo un partido, pero pareci¨® mucho m¨¢s. Y ma?ana lunes llega el segundo, con la cuenta atr¨¢s ya en marcha para los Thunder. Tic, tac, tic, tac¡­