EL BALC?N DEL ?REA
?Para cu¨¢ndo la regla Rooney en Espa?a?
A buen seguro muchos no sabr¨¢n a qu¨¦ nos referimos cuando hablamos de la regla Rooney ?La nueva forma que han encontrado para corregir las meteduras de pata del delantero ingl¨¦s del Everton? ?O el nombre que han puesto a su milagrosa regeneraci¨®n capilar? Tambi¨¦n podr¨ªa ser, pero no. El asunto no es tan balad¨ª.
La historia viene de Estados Unidos. La regla Rooney es una directriz que coge su nombre del difunto presidente del equipo de la NFL Pittsburgh Steleers, Dan Rooney. Otra americanada, pensar¨¢n pero en el mundo del f¨²tbol est¨¢ regla ya es un hecho.
La Federaci¨®n Inglesa de F¨²tbol (FA) ya la est¨¢ implantando. La regla Rooney s¨®lo intenta corregir una desigualdad que en muchos pa¨ªses se estaba produciendo. Cuando un club tiene vacante un puesto de entrenador o incluso dentro de su administraci¨®n, la citada entidad debe entrevistar a un grupo diverso de candidatos de minor¨ªas ¨¦tnicas para esos puestos de trabajo. Si pensamos en Reino Unido o Francia, principalmente personas de raza negra pero tambi¨¦n de otras. Un paso m¨¢s para acabar con la discriminaci¨®n racial.
En la selecci¨®n nacional inglesa este paso ya est¨¢ dado. La FA tiene la intenci¨®n de sacar su propia versi¨®n de la regla Rooney y entrevistar a un candidato negro y otro asi¨¢tico siempre que cumplan las caracter¨ªsticas para el puesto. Su idea es que cada vez se represente m¨¢s en la sociedad a los que juegan hoy al f¨²tbol. Y m¨¢s cuando en el ¨²ltimo partido oficial de la selecci¨®n inglesa hab¨ªa 13 jugadores de raza blanca por 10 de raza negra en la lista del seleccionador Gareth Southgate, puesto que por cierto nunca ha ocupado un t¨¦cnico negro.
La idea es que se represente m¨¢s en la sociedad a los que juegan hoy al f¨²tbol
Eso no quiere decir que sean siempre los elegidos pero es un paso m¨¢s a la integridad y a la diversidad. Incluso no se descarta en el futuro que la FA ejerza como supervisor de los clubes en Inglaterra para cumplir la norma como hacen en las grandes ligas norteamericanas. Porque las cifras a¨²n hoy son desalentadoras. De los 20 clubes de la Premier s¨®lo Chris Hughton del Brighton es de raza negra y entre los 24 clubes de la Championship no hay ninguno. Diferencia abismal en comparaci¨®n a una Liga en la que casi la mitad de los jugadores son negros. Porque encontrar personas negras en los principales banquillos de los clubes europeos es verdaderamente una haza?a. Por ejemplo en Francia. En la ¨²ltima lista de Didier Deschamps para el ¨²ltimo partido oficial de los bleus hab¨ªa 15 futbolistas de raza negra por 8 de raza blanca. Y en los equipos de la Ligue 1 no encontramos esa equivalencia. S¨®lo dos t¨¦cnicos: los franceses Antoine Kombouar¨¦, en el Guingamp, y Sabri Lamouchi, en el Rennes.
Y qu¨¦ decir del f¨²tbol en los Pa¨ªses Bajos, con casi la mitad de sus jugadores internacionales de raza negra y con s¨®lo dos t¨¦cnicos en la Eredivisie, Gio Van Bronckhorst, en el Feyenoord, y Henk Fraser, en el Vitesse. Por lo menos la selecci¨®n Oranje tuvo a Frank Rijkaard como seleccionador. Curiosamente, en Espa?a, donde la correspondencia no es tan evidente, acaba de llegar Clarence Seedorf al banquillo del Deportivo.
Es un peque?o paso para cambiar la gesti¨®n en los clubes de f¨²tbol. Ya es hora de mirar cara a cara a la realidad y que muchas de las figuras visibles del f¨²tbol en verdad representen a quienes lo juegan. Un buen intento para acabar con pr¨¢cticas racistas o sexistas, incluso, mucho antes de que ¨¦stas sean un verdadero problema.