Un magnate vende 1.993 rinocerontes de una extra?a raza
John Hume tiene en su granja el 10% de la poblaci¨®n mundial de rinocerontes blancos. Ahora pasan a subasta junto a su granja de 8.500 hect¨¢reas y un sinf¨ªn de animales.
Internet es hogar de muchas historias. La ¨²ltima, una subasta en l¨ªnea, encierra detr¨¢s un relato de tres d¨¦cadas de dinero y salvaci¨®n; de caza furtiva y de milagro animal. Est¨¢ protagonizada por un magnate de 81 a?os y el escenario es una granja cercana a Johannesburgo. El argumento: la venta de casi dos mil rinocerontes blancos. El 10% de la poblaci¨®n total de esta especie.
Todo empez¨® hace 30 a?os. El multimillonario sudafricano, John Hume, inici¨® un proyecto de cr¨ªa de rinocerontes con una poblaci¨®n de 200 animales. Para ello le hac¨ªa falta un rancho de conservaci¨®n, y as¨ª adquiri¨® unos terrenos a cien millas de la capital sudafricana. 8.500 hect¨¢reas, 20 decenas de rinocerontes blancos y el objetivo de salvar la especie. As¨ª naci¨® el Platinum Rhino Project. Y ahora todo esto se vende; ilusi¨®n incluida.
Una granja ¨²nica en el mundo
No es f¨¢cil encontrar comprador ante un ¡®producto¡¯ tan poco frecuente. De ah¨ª naci¨® la idea de hacerlo a trav¨¦s de Internet. Las ofertas para la granja comienzan en diez millones de d¨®lares, y la fecha l¨ªmite para participar en la subasta es el 1 de mayo: el d¨ªa mundial de salvar al rinoceronte. Adem¨¢s de los rinocerontes, tambi¨¦n entran dentro de la compra 213 b¨²falos, cinco hipop¨®tamos, siete cebras y 11 jirafas.
Detr¨¢s de semejante lista est¨¢ Hume. Tiene 81 a?os. Su trayectoria en el sector hotelero le permiti¨® amasar una cantidad ingente de millones en la cuenta bancaria. Dinero que dedic¨® de forma ¨ªntegra al proyecto; 150 millones de puro salvamento. ¡°He gastado todos los ahorros de mi vida en esa poblaci¨®n durante 30 a?os¡±, lamenta; a lo que a?ade una segunda parte a su plan: ¡°Espero que haya un multimillonario que prefiera salvar a la poblaci¨®n de rinocerontes de la extinci¨®n a tener un superyate¡±.
El principio del fin lleg¨® en una reuni¨®n familiar. All¨ª, Hume avis¨® a todos los presentes de que se acercaba el d¨ªa en el que no podr¨ªa seguir con el tren de gasto que implica su proyecto. M¨¢s de nueve mil euros se gasta al d¨ªa, desde hace mucho tiempo, en asegurar la zona y alimentar a los animales. Y en pagar a la plantilla de 100 personas repartidas en veterinarios, guardabosques y guardias de seguridad. Hasta tiene un helic¨®ptero para patrullar. M¨¢s all¨¢ de las vallas de su granja, los cazadores furtivos se frotan las manos.
Hasta ahora la financiaci¨®n del santuario ven¨ªa de la venta de cuerno de rinoceronte. Esta pr¨¢ctica, no exenta de pol¨¦mica, estaba justificada en la protecci¨®n de los animales, ya que esta parte del cuerpo es la m¨¢s codiciada por todo tipo de saqueadores. Bajo este contexto consiguieron una licencia para poder hacerlo y aprovecharon para colocar un microchip en los cuernos extra¨ªdos y as¨ª evitar su robo.
Luz al final del t¨²nel
En una entrevista a un rotativo ingl¨¦s, Hume confes¨® que se enamor¨® de los rinocerontes mucho tiempo atr¨¢s. Vio en ellos a un animal indefenso ante la caza furtiva. Exige que la persona que lo compre sea ¡°una persona o fundaci¨®n apasionada por la conservaci¨®n de rinocerontes¡± y que conserve ¡°los medios para mantener el proyecto de reproducci¨®n¡±. A la cola est¨¢n ¡°personas de alto poder adquisitivo¡± y ¡°fundaciones ecol¨®gicas¡±.
A finales del siglo XIX los rinocerontes blancos se cre¨ªan extintos. En aquellos a?os, las exploraciones supon¨ªan ¡®una primera vez¡¯: muchos de los territorios que se pisaban jam¨¢s hab¨ªan sido avistados por el ojo humano. Y en uno de esos milagros apareci¨® una peque?a poblaci¨®n de 100 rinocerontes. Siglo y medio despu¨¦s, su protecci¨®n ha aumentado su presencia en el planeta hasta los 18.000 individuos. Hume clama: ¡°Esperamos que la subasta haya activado las alarmas, que no podemos seguir cuidando a los rinocerontes y que estos animales necesitan un nuevo salvador¡±.