Chapotea en su primer contacto con el barro, se mueve con movimientos torpes, y no se separa con sus padres. El zoo Taronga Western Plains en las afueras de la ciudad de Dubbo, Australia, ha compartido en Facebook los primeros pasos de un peque?o rinoceronte negro. Es el segundo que consigue sacar adelante esta instalaci¨®n este a?o tras contar con un programa de cr¨ªa espec¨ªfico para esta especie, una de las m¨¢s amenazadas del mundo.

Jugueteando, parece que el peque?o rinoceronte es ajeno a lo mal que lo pasan sus parientes en libertad. El rinoceronte negro se encuentra actualmente en peligro cr¨ªtico de extinci¨®n. Un reciente estudio publicado en la revista Scientific Reports, indica que el futuro del rinoceronte negro es "sombr¨ªo", despu¨¦s de que hayan desaparecido 44 de los 65 linajes gen¨¦ticos que se ten¨ªan contabilizados.

Como imaginar¨¢s, la caza furtiva es el mayor de sus problemas, con sus cuernos cotiz¨¢ndose al alza y sus batidas pagadas por sumas muy importantes por cazadores que solo quieren matar a uno de estos grandes animales.

Actualmente este rinoceronte solo se puede encontrar en libertad en cinco pa¨ªses: Kenia, Namibia, Sud¨¢frica, Tanzania y Zimbabue, despu¨¦s de desaparecer de otros tantos por los que se extend¨ªa. Su peligro es tal que algunas subespecies propias, como el rinoceronte negro del cabo, ya se dan por extintas. Su situaci¨®n es similar a la de otro pariente cercano, el rinoceronte blanco del norte, cuya poblaci¨®n cay¨® hasta solo 15 ejemplares en los a?os ochenta tambi¨¦n por la caza furtiva. Hoy su n¨²mero tanto en libertad como en cautividad se cuenta por nombres propios, ya que no existen colonias importantes.