Robbo
Reconozco, entre el miedo y el fr¨ªo que pas¨¦ en Anfield, haberme acordado de Michael Robinson.

Ya os cont¨¦ que estuve en Liverpool viendo la batalla de Anfield, el ¨²ltimo gran partido, inmenso partido, de toda una ¨¦poca. Reconozco, entre el miedo y el fr¨ªo que pas¨¦ all¨ª durante el encuentro, haberme acordado varias veces de Michael Robinson, imagin¨¢ndomelo celebrar alg¨²n gol con The Kop, la grada m¨¢s famosa y m¨¢s querida del mundo del f¨²tbol, probablemente. Tuve tiempo, entre el fr¨ªo y el miedo de Anfield, de imaginarle en la cabina de comentaristas durante el partido, loco por bajar a rematar alg¨²n corner.
Gracias a ese partido y a ese viaje pude abrazar al ingl¨¦s la madrugada siguiente al partido en el aeropuerto John Lennon de Liverpool. ?C¨®mo no amar una ciudad cuyo aeropuerto se llama John Lennon? Eso le pasaba al ingl¨¦s y eso me pasa a m¨ª. Amor por Liverpool. De hecho, cuando el Atleti perd¨ªa 2 a 0 en la pr¨®rroga y estaba moment¨¢neamente eliminado, me consolaba malamente, tra tra, pensando que Liverpool era la ciudad de los Beatles, la ciudad de Robinson, y Anfield el estadio donde habita The Kop y el campo donde Fernando Torres am¨® y fue amado. Que no es poco. Caer en Anfield y ante el campe¨®n de Europa tambi¨¦n merece una medalla. Pero somos el Atleti.
La madrugada siguiente, 12 de marzo, apenas siete horas despu¨¦s de finalizar el partido, vi a Michael Robinson acercarse a m¨ª, en el aeropuerto John Lennon, tan sonriente, tan educado, tan amable, y nos dimos ese abrazo que me llevo para siempre.

La primera vez que me encontr¨¦ con ¨¦l, la primera vez que hablamos, fue para hacerle una entrevista. Yo a ¨¦l. Incre¨ªble. A los cinco minutos de conocerle me trataba como si fu¨¦ramos amigos desde j¨®venes. Poco despu¨¦s de la entrevista me hablaba de hermosos proyectos, casi casi locuras, como si fuera su tronco, su socio, su compa?ero de vida y de aventuras. Y as¨ª era con todo el mundo. Por eso agradezco a la vida, a los Beatles, al Atleti, a Anfield, y al aeropuerto John Lennon de Liverpool haberme llevado ese ¨²ltimo abrazo para siempre.