En cuesti¨®n de igualdad de g¨¦nero, el b¨¦isbol se poncha
Mientras en otros deportes las mujeres se abren cada vez m¨¢s espacios, el b¨¦isbol profesional sigue siendo, casi exclusivamente, un club de caballeros.

Ha pasado m¨¢s de un siglo desde que el b¨¦isbol se convirti¨® en un deporte profesional. Desde entonces, el deporte ha evolucionado en casi todos los aspectos. Los jugadores son m¨¢s fuertes, los salarios astron¨®micos y la tecnolog¨ªa se volvi¨® parte del juego.
Pero en cuestiones de igualdad de g¨¦nero, el b¨¦isbol se qued¨® en el siglo pasado.
Mientras en otros deportes la presencia de las mujeres es cada vez m¨¢s frecuente y, a menudo, aplaudida, en el b¨¦isbol siguen siendo pocos los espacios en todos los aspectos del juego. Olvid¨¦monos de una mujer en el diamante, sino en la caseta, en la cabina, cantando bolas o strikes o tomando decisiones gerenciales. El b¨¦isbol est¨¢ ponchado en cuestiones de inclusi¨®n.
Hay excepciones, por supuesto.
Esta semana, los New York Mets contrataron como asesora especial de la gerencia a la comentarista de ESPN Jessica Mendoza, quien logr¨® derribar otra puerta del club de caballeros en el que se ha convertido el b¨¦isbol de Grandes Ligas.
Mendoza se ha establecido como una de las voces, no solo femeninas sino en general, m¨¢s influyentes de la cadena estadounidense en cuesti¨®n de b¨¦isbol. Ganadora de dos medallas ol¨ªmpicas como parte del equipo de softball de Estados Unidos, Mendoza tambi¨¦n est¨¢ al micr¨®fono para la transmisi¨®n de los juegos en horario estelar.
Si bien Mendoza es la primera mujer en narrar un juego de b¨¦isbol para ESPN, no es la primera en obtener un cargo a nivel gerencial. Esa distinci¨®n le pertenece a Margaret Donahue, quien trabaj¨® con los Cubs entre 1919 y 1958, presentando conceptos que se mantienen vigentes como la venta de boletos para toda la temporada y el precio especial para ni?os.
Despu¨¦s de Donahue tuvo que pasar casi medio siglo para que otra mujer le siguiera sus pasos.
Elaine Weddington-Steward se convirti¨® en asistente especial de la gerencia de los Boston Red Sox en 1990 y ocho a?os despu¨¦s Kim Ng ocup¨® ese mismo cargo con los Yankees de Nueva York. En 2001 Jean Afterman tambi¨¦n se integr¨® al equipo gerencial de los ¡°Mulos de Manhattan¡±.
El caso particular de Ng es un ejemplo.
Hija de inmigrantes chinos, Ng ingres¨® como becaria a los Chicago White Sox y apenas cuatro a?os despu¨¦s ocup¨® el cargo de asistente de la Direcci¨®n de Operaciones de B¨¦isbol y tres a?os despu¨¦s lleg¨® a los Yanquis.
Entre 2005 y 2011 Ng se entrevist¨® para la vacante de gerente general en Dodgers, Mariners, Padres y Angels, y en 2011 dej¨® a los Dodgers para llegar a la oficina de Grandes Ligas como vicepresidenta de Operaciones.
Lugares para las mujeres dentro del b¨¦isbol, hay. Solo no se han ocupado.
Mientras en el f¨²tbol soccer, el football americano y el b¨¢squetbol se puede ver a mujeres ¨¢rbitro, el b¨¦isbol de Grandes Ligas sigue esperando a su primera mujer. Luz Alicia Gordoa se convirti¨® el a?o pasado en la primera umpire en la Liga Mexicana de B¨¦isbol, pero esa inclusi¨®n no ha llegado a las Grandes Ligas.
La misma desigualdad se puede ver entre los entrenadores. Mientras que Becky Hammon se convirti¨® en la primera mujer en la NBA en ser coach asistente con los San Antonio Spurs y Jennifer Welter fue la primera mujer en tener un puesto de entrenadora asistente en la NFL con los Arizona Cardinals, esa puerta no se abre a¨²n en Grandes Ligas.
La inmortal jugadora de softball Jennie Finch _ quien ponch¨® a Albert Pujols en un turno de exhibici¨®n _ fue manager invitada por un juego para un equipo de la Liga del Atl¨¢ntico (su equipo gan¨® ese d¨ªa) y Justine Siegal ha visto su papel limitado a ¡°la primera mujer en lanzar una pr¨¢ctica de bateo¡± Indians, Athletics, Rays, Cardinals, Astros y Mets.
No es suficiente.