SEATTLE SOUNDERS 3 (2) - 2 (4) PORTLAND TIMBERS
Portland Timbers sobrevive a Ra¨²l Ruid¨ªaz y es finalista de la Conferencia Oeste de la MLS
En un partido con un final vibrante e imprevisible, que se extendi¨® hasta la tanda de penaltis, los Timbers se convirtieron en el primer finalista del Oeste.
La MLS es impredecible. En un minuto lo tienes todo, y al siguiente lo pierdes. Un vaiv¨¦n del infortunio. La cat¨¢strofe y la gloria bambolean a cada lado, como una balanza truculenta y maligna de la que no se escapa ning¨²n equipo. En la noche de Seattle, Sounders y Timbers jugaron con su suerte hasta que las leyes del azar se torcieron en un derbi cascadiano glorioso. En penaltis, despu¨¦s del drama y mil aplicaciones de la Ley de Murphy, doblete cicl¨®nico de Ruid¨ªaz mediante, triunfaron los de Oregon para alcanzar una nueva final de la Conferencia Oeste. La Cenicienta est¨¢ de vuelta.
El primer tiempo no merece rese?a alguna. De hecho, el partido empez¨® hasta el minuto 68 de la segunda mitad, cuando Attinella solt¨® el bal¨®n que hab¨ªa colgado Lodeiro y lo sirvi¨®, un platillo suculento, para que Ruid¨ªaz se empachara con la pierna derecha. Hasta antes, el miedo hab¨ªa atenazado a ambos. El gol descorch¨® un torrente de improperios, y emociones. Sin embargo, Seattle no supo amortizar el momentum y Portland, cuando reci¨¦n se asom¨® de la trinchera, dispar¨® al coraz¨®n. Blanco, previo pase de Asprilla, apunt¨® al rinc¨®n bajo derecho de Frei, con aptitudes de francotirador. Disparo raso, imparable, fr¨ªo. Portland hab¨ªa reservado boleto para la final.
Pero Schmetzer quem¨® las naves: plant¨® a Torres y Bruin como torres en el ¨¢rea rival y comenzaron a llover los balones por alto en un blitzkrieg a-la-Seattle. En tanto, Valeri la quiso colgar del ¨¢ngulo izquierdo y Melano, acomodarla en el rinc¨®n derecho, pero Frei se zambull¨® para desenterrar la mina. Era el minuto 91. Y muy pronto se lamentar¨ªa Portland de la oportunidad perdida. El ave-Mar¨ªa de Rodr¨ªguez fue mal despejado por Blanco, quien asisti¨® a Ruid¨ªaz, que descarg¨® toda la furia de su pie derecho sobre el bal¨®n congelado en el espacio-tiempo. Volea descomunal para un terremoto de 9 grados richter en Seattle. Pr¨®rroga. ?Qu¨¦ m¨¢s pod¨ªa pasar?
En realidad, mucho a¨²n. Apenas resoplaba Seattle cuando Valeri traz¨® desde el costado derecho y Asprilla cabece¨® a segundo poste para vencer a Frei. Portland volvi¨® a coger el boleto arrebatado justo cuando el tren hab¨ªa partido. Hab¨ªa otro en menos de media hora. Pero tres minutos despu¨¦s, Blanco se llev¨® el cuero con la mano tras el intento de Osvaldo de regresarla a zona de peligro. El ¨¢rbitro Marrufo estuvo tan seguro de la ilegalidad que no necesit¨® de revisarla con el VAR. Para Lodeiro, los penaltis son un tr¨¢mite. Disparo fulminante a la derecha de Attinella. Y partido nuevo, otra vez. El que prosigui¨®, estuvo marcado por la extenuaci¨®n. Dos p¨²giles abrazados, sudorosos, jadeantes. Las fuerzas no les llegaron sino hasta que la presi¨®n de los penaltis comenz¨® a llegar. El triplete de Ruid¨ªaz no vali¨®, porque Mabiala fue lo suficientemente h¨¢bil (o no) como para apuntar su despeje a la mano del peruano; Torres se apunt¨® un gol en defensa al rasgu?ar el regalo que ya abr¨ªa Valeri para destrozar a Frei, y Osvaldo impact¨® hacia la derecha de Attinella antes de una zancadilla de Mabiala. Marrufo no quiso m¨¢s tr¨¢mites. Penaltis.
En la tanda acertaron todos los supuestos, Attinella neg¨® a Alonso y Bruin apunt¨® al poste izquierdo. El bombazo de Asprilla le pudo al brazo p¨¦treo de Frei, que solo impuls¨® la pelota hacia las redes, y a Portland, hacia la final del Oeste. Kansas o Salt Lake ser¨¢n los rivales para el que ser¨¢ el due?o de Cascadia; al menos, hasta el siguiente a?o.