Con un correazo bast¨®
Un derechazo desde 25 metros que se col¨® por la escuadra del argentino le dio el partido al Atleti frente a un Valencia muy serio. Simeone perdi¨® a Savic y God¨ªn, ambos lesionados.
Bajo las primeras nieves del Wanda Metropolitano, Diego Costa otea la grada mientras se cruje el cuello justo antes del inicio del partido. El Thunderstruck esta noche ante el Valencia suena a Champions. Ganar es abrazarla ma?ana. En cuanto comenz¨® a correr el bal¨®n, el de Lagarto busc¨® con los ojos un socio: Carrasco. Si en los primeros minutos el Atleti se plantaba en ¨¢rea de Neto una y otra vez era sobre las botas belgas, intentando hacer butr¨®n en la izquierda. Pero ninguna ocasi¨®n acab¨® en peligro y el fr¨ªo fue congelando las amenazas.
Durante un rato muy, muuuuy largo, el partido fue de escribir poco y dejar menos. Salvo lesi¨®n de Savic, pinchazo, hab¨ªa poco que rese?ar m¨¢s que Gay¨¢ era lateral y Lato jugaba por delante en el Valencia. Eso y que, en el Atleti, Koke, sin Gabi, estaba obligado a prender galones sobre los ara?azos de su rojiblanca. Koke medio, obligado a recortar y ordenar. Era el minuto 17 cuando le rob¨® un bal¨®n a Mina y lo filtr¨®, a velocidad de bala, para el remate de Griezmaznn. Cort¨® Gabriel Paulista mientras Simeone pateaba el c¨¦sped quiz¨¢ por pura frustraci¨®n, quiz¨¢ s¨®lo por ayudar al jardinero. Se levantaba mucho.
Se jugaba en campo del Valencia pero eso no se traduc¨ªa en ocasiones. Siempre hab¨ªa algo que estropeaba el ¨²ltimo pase. Griezmann, por delante de Koke y Sa¨²l, jugaba demasiado lejos del ¨¢rea. Y Carrasco hab¨ªa detenido un rato la tuneladora. Y Neto paraba la ocasi¨®n m¨¢s clara a los veinte minutos, del Atleti, un disparo de 30 metros de Sa¨²l mientras Simeone comenzaba a perder ya voz en la banda. Profundidad ped¨ªa. Verticalidad. M¨¢s cuchillo. El Valencia no ten¨ªa el bal¨®n pero tampoco sufr¨ªa. Marcelino ten¨ªa dos gigantes al mando, Kondogbia-Parejo, cualquiera a su alrededor eran solo sombras. El Valencia cada vez ten¨ªa m¨¢s dominio, cada vez m¨¢s cuero, jugaba cada vez m¨¢s cerca de Oblak. Aparecer¨ªa por primera vez un segundo antes del descanso, cuando se vio obligado a salir para atajar un mano a mano de Mina.
Hac¨ªa un rato los focos se los hab¨ªa pedido Neto, despu¨¦s de que el Atleti lograra, al fin, hacer llegar un bal¨®n a Costa. Como por tierra siempre se topaba con botas lo intent¨® por el aire, de c¨®rner. Casi funciona. Diego cabecear¨ªa con Gay¨¢ abrazado a su cintura como si fuese un koala. Neto evitar¨ªa el gol con una manopla fant¨¢stica.?
Si en la primera parte Simeone hab¨ªa perdido a Savic, nada m¨¢s comenzar la segunda parte, un escalofr¨ªo recorri¨® a la vez las espaldas en el Metropolitano. Al saque de una falta, Neto, en la salida, se llev¨® por delante a God¨ªn, en penalti. Le dio con el codo, con el hombro. El uruguayo cay¨® sobre la hierba y no volver¨ªa a levantarse. Quiz¨¢ era el diente. Quiz¨¢ el p¨®mulo. Capaz de jugar con la nariz rota (el Madrid puede contarlo) sali¨® del campo con la mano tap¨¢ndose la cara. Un hilillo de sangre que parec¨ªa una l¨¢grima se le escurr¨ªa entre los dedos. Simeone, sin m¨¢s centrales en el banco, el que ten¨ªa, Gim¨¦nez, ya hab¨ªa salido por Savic, se vio obligado a improvisar defensa con lo que ten¨ªa: Juanfran al campo (cuando al ¨¢rbitro, por cierto, le dio por dejarle entrar) y a la derecha, Lucas a su sitio, central, y Vrsaljko a la izquierda.?
?Cuando m¨¢s oscura se hab¨ªa puesto la noche sobre el banquillo del Cholo, apareci¨® su variable imprevisible, su verso argentino, siempre libre, Correa. Hasta entonces difuminado, recibir¨ªa de Koke, se gir¨® y, de un zapatazo, envi¨® el bal¨®n de 30 metros a la escuadra de Neto que le quitaba el negro a la negro, el fr¨ªo a la tarde, el goal average a Marcelino. De una tacada, el asturiano har¨ªa dos cambios mientras el Atleti se embut¨ªa peligrosamente atr¨¢s.?Simeone tirar¨ªa de molinillo de brazos para pedir voz a la grada despu¨¦s de una falta y empujar¨ªa los ¨²ltimos minutos, en los que el bal¨®n se alejar¨ªa de su ¨¢rea, mientras Griezmann, increpado, mandar¨ªa callar a la grada, antes de que sonara a final, con el himno atronando. El Atleti m¨¢s segundo, el ¨²nico que en la jornada, de los de arriba, logr¨® recortarle al Bar?a.