Messi dirige un Bar?a tremendo

La brutalidad de partido con el que el Bar?a barri¨® al Celta de la Copa por 5-0 tiene dos lecturas. Una se reduce a Leo Messi, que en su primer cuarto de hora en la competici¨®n dijo eso tan torero de ¡°aqu¨ª estoy yo porque he venido¡± . La otra es una lectura mucho m¨¢s coral, m¨¢s trascendente y que queda eclipsada por la maravillosa exhibici¨®n del argentino, que ha hecho de su asociaci¨®n con Jordi Alba la pareja m¨¢s definitiva desde que se conocieron Han Solo y Chewbacca.

Si podemos, que ya es mucho suponer, obviar la hora descomunal con la que Messi castig¨® al Celta siendo absolutamente indefendible, el Barcelona de Valverde ofreci¨® una imagen impresionante. En ausencia de jugadores fundamentales como Ter Stegen, Sergi Roberto, Umtiti, Paulinho y de los refuerzos de lujo que son Demb¨¦l¨¦ (que jug¨® la ¨²ltima media hora) y Coutinho (que lo vi¨® desde la grada) la exhibici¨®n del Bar?a fue tremenda, contundente y viene a demostrar que, a d¨ªa de hoy, el equipo de Valverde est¨¢ jugando a un nivel f¨ªsico, t¨¢ctico, t¨¦cnico y moral que recuerda a la mejor ¨¦poca del conjunto blaugrana. Lo extra?o es que esas exhibiciones apenas las vean en directo 60.000 espectadores. A d¨ªa de hoy, en f¨²tbol pocas cosas mejores pueden verse. Y clar¨ªsimamente, nada mejor que Messi. Un esc¨¢ndalo futbol¨ªstico.

El Celta lleg¨® al Camp Nou tras empatar consecutivamente ante el Bar?a en la Copa hace una semana y ante el Madrid hace tres d¨ªas. La tralla pod¨ªa pasar factura y el Bar?a, con mucho m¨¢s fondo de armario (esta vez bien utilizado), sac¨® la artiller¨ªa con un equipo en el que Su¨¢rez y Messi debutaron en la Copa. Quince m¨ªseros minutos necesit¨® Leo para dar la eliminatoria por archivada exprimiendo su sociedad con Jordi Alba.

El lateral catal¨¢n y el mejor jugador del mundo hacen el mejor truco del planeta. El que todo el mundo se espera pero nadie puede evitar. La frustraci¨®n de las defensas que han estudiado la jugada entre ambos para evitarla y ven como se la hacen en la cara debe ser comparable ¨²nicamente a la de los defensores que trataban in¨²tilmente de cortar otras conexiones como la de Bird con McHale, Magic con Kareem, Estiarte con Iv¨¢n P¨¦rez o Tom Brady con Randy Moss. Alguien defini¨® la asociaci¨®n entre ambos como un alley-oop de baloncesto. Pero no, en esa jugada el base asiste y el pivot la machaca por encima del aro. Con esta pareja nunca se sabe quien va a anotar, porque la pelota es de ida y vuelta. Puede marcar Alba tras asistencia milim¨¦trica de Messi como en el tercer gol o devolverla para que el argentino fusile. Y a esa sinfon¨ªa a?¨¢danle el trabajo y el peligro constante de Su¨¢rez, que marc¨® el cuarto y le anularon otro que hizo en posici¨®n legal.

Y por detr¨¢s de todos, una serie de jugadores que siguen creciendo. Empezando por Busquets, inmenso, Rakitic, que complet¨® la goleada tras un saque de esquina de Demb¨¦l¨¦, un Semedo al que ya no le pesa la camiseta, Iniesta que jam¨¢s falla o Andr¨¦ Gomes, que sigue con su proceso de reinserci¨®n.

De la mano de Messi, en fin, el Bar?a super¨® una duna que parec¨ªa complicada y descarril¨® a un Celta al que le pes¨® la sucesi¨®n de partidos. Pero m¨¢s all¨¢ de la clasificaci¨®n, el Bar?a de Valverde empieza a intimidar.