Cristiano se luci¨® en Alemania
Dos goles de Cristiano resumieron el recital del Madrid en la segunda parte. El Bayern marc¨® primero y Vidal fall¨® un penalti. Le hundi¨® la expulsi¨®n de Javi Mart¨ªnez.
M¨²nich ya es tierra conquistada para el Madrid, que bord¨® su papel de campe¨®n en la segunda mitad tras escapar con vida en la primera. Cristiano pas¨® la prueba del nueve, con dos goles de ariete al uso; Carvajal fue un tambor imparable en la banda derecha; Marcelo solt¨® carrete tras sobrevivir de milagro a Robben y Asensio lleg¨® a los postres de un triunfo de ley. Las semis est¨¢n a un paso pese a Neuer. S¨®lo ¨¦l permite que se juegue la vuelta.
Por el paso de Guardiola o por el paso del tiempo, el Bayern ha ido abandonando la patada en la puerta con la que se llevaba por delante a sus adversarios antes en el Ol¨ªmpico y ahora en el Allianz. Contin¨²a siendo un equipo territorial, m¨¢s desde la llegada de Thiago, que necesita tener en la mano todas las variantes del partido, empezando por la pelota, pero sin el ardor guerrero y ese mal car¨¢cter que actuaba como motor en su ¨¦poca de esplendor. M¨¢s sin Lewandowski, un depredador de primer nivel, el ¨²nico goleador puro de los b¨¢varos, la ¨²nica soluci¨®n viendo el baj¨®n de M¨¹ller. No intimid¨® al Madrid, al que no le cost¨® poner en marcha su plan.
El descorche del Bayern dur¨® apenas cinco minutos, pero el Madrid rompi¨® el cerco con un buen acople de la BBC en el sistema de ayudas y una buena predisposici¨®n al trabajo de equipo. As¨ª que el Bayern acab¨® por refugiarse en Robben, que encar¨® siempre a Marcelo, consciente de que no habr¨ªa auxilio para el brasile?o. Con todo, el Madrid alej¨® mucho el peligro y tuvo en su mano la oportunidad del primer golpe. Un centro preciso de Kroos lo cabece¨® Benzema picado. La pelota super¨® a Neuer, que roz¨® la pelota con las u?as, pero se qued¨® en el larguero. Sent¨ªa el Madrid, en aquel momento, que el partido se venc¨ªa hacia ¨¦l, con un buen juego de combinaci¨®n, construido a partir de Kroos, en este momento varios pasos por delante de Modric.
Sin embargo, cedi¨® seis c¨®rners en 25 minutos, casi todos provocados por Robben, factor diferencial en el equipo alem¨¢n. Demasiada lluvia de balones sobre el ¨¢rea como para no acabar empapado. Y en el sexto, Vidal apareci¨® tras el cogote de Nacho y meti¨® un cabezazo-misil por el centro que Navas no supo sacar por instinto. Ese Bayern a la italiana encontr¨® en el bal¨®n parado lo que no le apareci¨® en el juego. Supo el Madrid entonces que nunca habr¨¢ ofrenda floral en M¨²nich. Le doli¨® la bofetada y expuso a un mal mayor en otro cabezazo de Vidal. S¨®lo sali¨® de nuevo a la superficie poco antes del descanso, con remates de Cristiano y Kroos que no hicieron blanco. Fue antes de que Rizzoli confundiera el pecho de Carvajal con su mano y le regalara un penalti al Bayern (y una tarjeta al lateral), que Vidal mand¨® a la villa ol¨ªmpica.
La reacci¨®n.
El Madrid mantuvo el punto de equilibrio, pero no tar¨® en romper la baraja porque Modric est¨¢ lejos de aquel centrocampista de mil recursos que serv¨ªa para ordenar el equipo, reflotarlo o saltarse una o dos l¨ªneas y Bale anda encogido, sin gracia. Y a Cristiano y Benzema les cost¨® coger temperatura. Todos los caminos condujeron al bal¨®n bombeado del Marcelo, anulado por las dos torres de control del Bayern o por el imponente Neuer.
Aquel error le regal¨® una vida extra al Madrid y no la dej¨® pasar. Un minuto despu¨¦s del regresar del descanso, Cristiano caz¨®, en posici¨®n y con hechuras de nueve, una volea cruzada a centro de Carvajal que cambi¨® de color la eliminatoria. Ese instinto no se le ir¨¢ nunca. Ah¨ª comenzaron otro partido y otro Madrid, que comenz¨® a desplegarse con m¨¢s sentido antue un Bayern que ya no pod¨ªa abrigarse tanto atr¨¢s. Rob¨®, esper¨® y amenaz¨®. Sobre todo en un cabezazo a quemarropa de Bale que sac¨® en manotazo instintivo Neuer. La merecida roja a Javi Mart¨ªnez y la entrada de Asensio para robustecer el centro del campo dejaron al Bayern en alta mar, aunque al Madrid le falt¨® el atrevimiento para no dejar pasar ese tren, que quiz¨¢ no pase tan puntual y oportuno en el Bernab¨¦u. El ¨²ltimo pase parec¨ªa el desague por el que se marchaba su superioridad. Benzema tuvo el triunfo en su mano dos veces y Cristiano una tercera. El Bayern ya s¨®lo pudo presumir de portero. Un portero inmenso que no pudo parar otro remate de nueve de Cristiano con la suela en gran env¨ªo de Asensio.
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