La derrota ante Costa Rica en 2001 cambi車 el f迆tbol mexicano
El 17 de junio de 2001, la Selecci車n Mexicana, entonces dirigida por Enrique Meza, perdi車 su primer partido oficial en el Estadio Azteca. El encuentro marc車 un antes y un despu谷s en el f迆tbol mexicano. Juego amistos, M谷xico vs Gales
"Lo que faltaba". Era la voz de Emilio Fernando Alonso. Se colaban a trav谷s del micr車fono, las palabras exactas, contundentes, que ilustraban lo que pasaba. El colmo. La cat芍strofe. Las peores pesadillas, encarnadas. El pasmo, el desquebrajo. Los ojos nublosos deben parpadear muchas veces para limpiar la incredulidad. Mientras el sol calcina el c谷sped del Estadio Azteca y la marea roja causa rompe en sus gradas, M谷xico pierde su primer partido oficial en su terru?o, su trinchera, su hogar, su santuario. Era un axioma; su contrario es imposible. No, el Azteca nunca cae. Nunca hab赤a ca赤do. Mucho menos tendr赤a que caer ahora. No creemos lo que nunca ha pasado.?
La Selecci車n Mexicana era dirigida por Enrique Meza y lleg車 al partido sumergida en una de las peores crisis de su historia: apeada de la Copa Confederaciones con tres derrotas (Australia, Corea y Francia), humillada en Inglaterra (4-1); cuatro puntos de nueve disponibles en el hexagonal final de Concacaf rumbo al Mundial de Corea-Jap車n 2002. La 迆nica victoria, el sosiego, hab赤a sido en el Azteca (vs. Jamaica, 4-0). La gira del desastre por Corea e Inglaterra min車 la credibilidad de 'El Ojitos', multicampe車n con el Toluca, y desquebraj車 a un grupo de jugadores que ten赤an el coraje por bandera, pero la confianza de un p芍rvulo en primer d赤a de escuela. Pero el Azteca es infranqueable. No importa el 'fuera'. Santa ?rsula siempre castiga al forastero. Siempre, sea quien sea. Y juegue como juegue la Selecci車n. Bien, mal o peor.?
La ma?ana del s芍bado 17 de junio 2001 era espl谷ndida. El sol irradiaba sobre el c谷sped. Lo volv赤a verde fosforescente. Emergi車 de los vestidores el maltrecho Tri hacia un Azteca sin qu車rum; le hab赤a abandonado. M谷xico se dej車 ver arropado en verde bandera, su nueva piel; elegante, pegada al cuerpo, el cuerpo redondo; a decir verdad, la Selecci車n parec赤a un cad芍ver embalsamado, presto para el funeral: muerto pero acicalado, maquillado, presentable. El gol de Abundis, cabezazo s車lido a primer poste (6'), fue el s迆bito electroshock que activ車 por segundos al difunto. Fue como un beso de despedida. Los jugadores se unieron y festejaron abrazados a Meza mientras Abundis mostraba una playera que escond赤a bajo la verde que rezaba "Estamos con usted, profe". Fue un epitafio. Un preludio perfecto.
La Costa Rica de Alexandre Guimaraes acus車 el golpe y se subi車 las mangas. El tiro al poste de Wanchope tuvo el efecto psicol車gico de un gol. Poco a poco, el partido se fue oscureciendo aunque el sol no dejaba de resplandecer. Cada segundo se hac赤a m芍s espeso, m芍s tenso, m芍s hediondo. Ya estaba anunciado. M谷xico ten赤a todos los s赤ntomas y la enfermedad la confirm車 el majestuoso tiro libre de Rolando Fonseca (72'), quien hab赤a sustituido a Rodrigo Cordero en el medio tiempo. 1-1. Impacto imperial sobre la barrera; Oswaldo S芍nchez solo vol車 para acompa?arlo. Y sobre los hombros de Fonseca repos車 Costa Rica; su recital de pases cortos, a profundidad, hacia atr芍s, hacia las bandas, desquici車 al doble pivote Ru赤z-Del Olmo.?