Aspas lanz車 el salvavidas para Espa?a en el m赤tico Wembley
El c谷ltico rescat車 a Espa?a en Wembley. La Selecci車n evit車 la derrota en seis minutos finales locos. Antes hab赤a sucumbido a la fiereza de Inglaterra.
En un duelo con dos perspectivas, Espa?a evit車 de milagro un sopapo en Wembley. Inglaterra y el debutante Iago Aspas se tomaron aquello como una oportunidad. El resto de la Selecci車n, durante demasiado tiempo, casi como una molestia.
La actitud lo determin車 todo en el encuentro. Inglaterra entendi車 el partido como un punto en el que apoyar su reconstrucci車n, el inicio de una nueva era. Espa?a, como la parte menos noble de la semana FIFA, aunque la carga final, liderada por el debutante y con la compa?赤a de los reservistas, le sirviera para salir vivo del trance.
Con Aspas empez車 todo. Lo primero que recordar芍 de su debut es el segundo gol ingl谷s, que pareci車 darle carpetazo al caso. Lo 迆ltimo, seis minutos de furia colectiva de un equipo que acudi車 a su toque de corneta para poner a salvo su buen nombre.
No hay tratado de amistad aplicable a Wembley. Espa?a recibi車 la confirmaci車n en un partido bravo, extremo en muchas ocasiones, jugado al l赤mite del f赤sico y de la ley. Un combate por la reputaci車n sin otra cosa que repartirse. Lo bueno de duelos sin puntos es que en lugar de traumas dejan ense?anzas. La de Wembley es que el ensayo cl赤nico, una defensa con tres centrales, aunque dos de ellos (Azpilicueta y Nacho) con velocidad de laterales, se viene abajo ante un adversario armado con cohetes.
En el mejor plat車 posible y ante un enemigo de primera fila, de los que cargan de autoridad en caso de victoria, Inglaterra se pregunt車 d車nde diablos ha estado en los 迆ltimos cincuenta a?os. En ese medio siglo pocas veces jug車 como ante Espa?a, con fiereza, m谷todo, conocimiento del rival y hambre. Fue un dolor de muelas, incluso cuando perdi車 a Lallana, que ocupa el papel jer芍rquico del que ha comenzado a bajarse Rooney.
En desventaja y ante un adversario sobreexcitado Espa?a no tuvo en brazos de qui谷n echarse. Southgate se asegur車 de enjaular a Thiago y Busquets y le quit車 la tracci車n a La Roja. No hubo noticias de Silva ni de Mata. Y menos a迆n de Aduriz, al que hab赤an prometido otra cosa cuando le alistaron.
Enfrente, Southgate le ech車 cemento de verdad a una selecci車n que se fue de Europa mucho antes que el refer谷ndum del Brexit. Para coger seriedad hay que empezar por no ser una tragaperras, asegurar la frontera. Le cerr車 los caminos a Espa?a con un esfuerzo colectivo coordinado y se alarg車 con sus liebres, Walcott, Lingard y Sterling, que hicieron sufrir a la Selecci車n, especialmente por los costados.
El gran cambio
No hubo tiempo al prop車sito de enmienda tras el descanso. Un cabezazo de Vardy fue el segundo azote, con ??igo Mart赤nez contemplando la escena. Otro rev谷s para estropear el debut de Iago Aspas, que con el entusiasmo del debutante contribuy車 a detener la hemorragia. Se gan車 la medalla con su comportamiento valiente en aquel Vietnam. Silva estrell車 en Heaton una jugada montada en cadena por todo el ataque nacional, acci車n simb車lica que determin車 el cambio clim芍tico. Lopetegui sigui車 tirando del hilo de los cambios. Koke, Herrera, Isco, Morata, Nolito... Con cada entrada Espa?a fue arrim芍ndose m芍s a Heaton, en un despertar tard赤o, con los ingleses haciendo ya inventario, bien armados en torno a Henderson, un capit芍n de verdad, el centro del universo de los de Southgate.
Aquel cambio de tendencia lanz車 en picado a Espa?a, que encontr車 en Isco el lanzador que no hab赤a sido Silva. ?l puso firma, en el descuento, a la carga dirigida por Aspas, autor del golazo de la esperanza. Su temperamento record車 que Wembley, territorio sagrado, merece m芍s devoci車n. Lopetegui ya tiene un fijo para su pr車xima lista.