Corea del Norte en b¨²squeda del nuevo Messi para "dominar el mundo"

Producir "jugadores m¨¢s talentosos que Lionel Messi", "dominar el mundo" del f¨²tbol... Corea del Norte sue?a con revivir un d¨ªa la epopeya gloriosa del Mundial 1966. Pero la realidad es otra bien distinta, entre ayudas de la FIFA suspendidas, talentos que no se exportan y un campeonato en¨¦mico.

Plenamente consciente de la fuerza de propaganda del deporte, el l¨ªder Kim Jong-Un ha hecho del bal¨®n una prioridad estrat¨¦gica. "Formamos a nuestros j¨®venes para ser jugadores todav¨ªa m¨¢s talentosos que Lionel Messi", proclama sin inmutarse Ri Yu-Il, entrenador que ve en la Escuela Internacional de F¨²tbol de Pyongyang, abierta en 2013, una f¨¢brica de campeones.

"De momento, buscamos dominar Asia y, en un futuro pr¨®ximo, espero que podamos dominar el mundo", dice el hijo de Ri Chang-Myong, quien defendiera la porter¨ªa de Corea del Norte en el Mundial de Inglaterra 1966, donde llegaron a cuartos de final en su primera participaci¨®n en una Copa del Mundo.

Hoy, la selecci¨®n nacional est¨¢ en el puesto 126 del ranking FIFA, entre Armenia y Etiop¨ªa, y muy lejos por detr¨¢s de los rivales regionales chinos, japoneses y surcoreanos.

Los "Chollimas" ¡ªapodo de los jugadores norcoreanos en referencia a un caballo alado m¨ªtico de Asia oriental¡ª tuvieron que esperar despu¨¦s 44 a?os antes de disfrutar de nuevo del gran torneo en 2010. Pero su campa?a sudafricana result¨® breve con tres derrotas.

El nombre que deb¨ªa guiarles hacia la gloria como seleccionador es el noruego Jorn Andersen. Pero Corea del Norte est¨¢ ya eliminada de la carrera para el Mundial 2018.

Frente a las ambiciones de Pyongyang para la nueva academia de f¨²tbol, el noruego, exdelantero de Nuremberg y Eintracht de Frankfurt, hace alarde de su realismo. "No creo que sea capaz de formar un Lionel Messi, pero pienso que pueden salir buenos jugadores para Asia", declara el t¨¦cnico noruego de 53 a?os para una entrevista a AFP en el hotel de Pyongyang donde reside.

"Tenemos muchos talentos, pero deben quedarse juntos en el pa¨ªs", lamenta. Y Corea del Norte no podr¨¢ progresar si no se curten en equipos extranjeros...

El antiguo entrenador del Salzburgo dif¨ªcilmente pudo llegar en un peor momento. Firm¨® su contrato de un a?o cuatro meses despu¨¦s de la cuarta prueba nuclear norcoreana y cuatro meses antes de la quinta. Dos acontecimientos que no han hecho sino agudizar el aislamiento del pa¨ªs.

En marzo, la FIFA anunci¨® que suspend¨ªa el pago de aproximadamente de 1,7 millones de d¨®lares prometidos para el desarrollo del f¨²tbol. Asentada en Z¨²rich, est¨¢ sujeta a las sanciones suizas que prohiben las transferencias de fondos a Pyongyang.

En mayo, el Parlamento italiano trat¨® la cuesti¨®n del salario pagado a un norcoreano que milita en las categor¨ªas inferiores de la Fiorentina. El jugador abandon¨® el club en julio, seg¨²n un portavoz de la Fiorentina que admite "problemas administrativos".

La academia de Pyongyang, que en el pasado se hab¨ªa beneficiado de la financiaci¨®n de la FIFA, afronta ahora dificultades financieras. "Las sanciones ocasionan problemas para el pa¨ªs, tambi¨¦n aqu¨ª", reconoce Song Hye-Yong, un responsable de la federaci¨®n norcoreana.

Otro obst¨¢culo importante, la falta de partidos: los clubes norcoreanos no disputan competiciones de la Confederaci¨®n Asi¨¢tica de F¨²tbol (AFC). Once equipos participan en el campeonato nacional norcoreano, delante de s¨®lo 200 ¨® 300 espectadores en cada partido.

"Los internacionales no hacen m¨¢s que entrenarse, entrenarse y entrenarse, pero nunca juegan partidos", se queja Jorn Andersen.

Las norcoreanas rinden mejor que los hombres en los ¨²ltimos tiempos: est¨¢n clasificadas novenas en la FIFA y la selecci¨®n femenina Sub-17 se proclam¨® campeona del mundo en octubre.

De unos 200 internos entre 9 y 15 a?os, la academia cuenta con un 40 % de chicas.

Pero sea cual sea su sexo, las perspectivas son escasas. "Estamos aqu¨ª para triunfar en el f¨²tbol, pase lo que pase", manifiesta un joven de 15 a?os... sin ning¨²n plan B si su ambici¨®n no se materializa.