Se cumplen 40 a?os del debut de Diego Armando Maradona
Un 20 de octubre, de 1976 Diego Maradona debutaba en Argentinos Juniors. Fue su presentaci¨®n en el f¨²tbol grande de su pa¨ªs.
"Si tanta gente dice que me vio debutar en primera, el partido debi¨® jugarse en el Maracan¨¢, no en la Paternal". Un 20 de octubre, de 1976 Diego Maradona debutaba en Argentinos Juniors. Fue su presentaci¨®n en el f¨²tbol grande de su pa¨ªs. Y aquel d¨ªa se convirti¨® en leyenda. A los Argentinos les gusta presumir que vieron debutar al Diez.?
Durante la semana el entrenador de la primera divisi¨®n, Juan Carlos Montes, le hab¨ªa avisado a Diego despu¨¦s de la pr¨¢ctica: "Mire, ma?ana va a ir al banco de primera". Maradona que siempre ten¨ªa algo que decir, esta vez no dijo nada y se qued¨®?estupefacto. "S¨ª, como oye. Y?prep¨¢rese?bien porque usted va a entrenar", le advirti¨® Montes.
Y el Pelusa hizo todo el camino de regreso desde Paternal a Villa Fiorito con el coraz¨®n que le explotaba por la boca. Nada m¨¢s lleg¨® a su casa se lo cont¨® a su mam¨¢, Do?a Tota, quien emocionada se lo cont¨® a todo el barrio. Hab¨ªa llegado el momento de cumplir el sue?o de debutar en primera divisi¨®n. Ten¨ªa solo 16 a?os, y ya era un jugador respetado por su talento en los Cebollitas. El rumor de que era el chico que hac¨ªa malabares con el bal¨®n en los pies en los entretiempos de los partidos, ya era un secreto a voces en el f¨²tbol argentino e hinchas de otros cuadros asist¨ªan a la Paternal solo para verlo a ¨¦l.
Pero el dinero faltaba en casa. Y faltaba de todo. Cuando se enter¨® su primo Beto, que siempre se las rebuscaba para conseguir unos billetes para acompa?arlo y verlo jugar, lloraba de emoci¨®n desconsolado. Don?Diego, el padre de Maradona, lo abraz¨®, y lament¨® no poder acompa?arlo ese d¨ªa como tanto hab¨ªan so?ado. El trabajo era prioridad, y no pod¨ªa ausentarse. Ni siquiera pod¨ªan darse el lujo de separar dinero para viajar a la Paternal al debut de su hijo. Y Do?a Tota lo despidi¨® esa ma?ana en la puerta de su casa, y le dijo: "Voy a rezar por vos".
Ese d¨ªa hac¨ªa mucho calor. Y Maradona se puso un pantal¨®n de felpa porque era el ¨²nico que ten¨ªa. Mientras la gente lo miraba como si fuera un loco en el tren por llevar esa vestimenta un d¨ªa de calor como aquel, ¨¦l pensaba en que a lo mejor con el dinero de los premios iba a poder comprarse otro pantal¨®n.
Esa tarde Diego almorz¨® con el plantel profesional. Y Montes lo mand¨® a calentar para entrar en el segundo tiempo con el partido a favor de Talleres que ganaba por 1 a 0 con un gol del Hacha Ludue?a. Con la camiseta 16 en la espalda, el Pelusa esperaba sentado en el banco de suplentes. Antes del primer tiempo, Montes lo llam¨®: "?Se anima a entrar?" Y el Pelusa solo lo mir¨® fijo. "Vaya Diego, juegue como usted sabe¡Y si puede, tire un ca?o". Maradona obedeci¨® y en una de las primeras pelotas que toc¨® se la pas¨® entre las piernas a Juan Domingo Patricio Cabrera. Las tribunas comenzaron a aclamarlo y a celebrarle el regate con un oleeee.
No pudo marcar un gol, ni ayudar a su equipo a empatar siquiera el partido. Pero su zurda m¨¢gica hizo alguna de las suyas, y se llev¨® de recuerdo unas cuantas patadas. Los rivales no pod¨ªan frenar al escurridizo Maradona.
Aquel partido naci¨® el Maradona futbolista en el f¨²tbol grande de su pa¨ªs. Fue el primer partido de los 166 que jugar¨ªa con el Bicho de la Paternal, equipo en el que marcar¨ªa 116 goles. Para ¨¦l fue tocar el cielo con las manos. Luego, la hist¨®ria es conocida. Hab¨ªa nacido el futbolista m¨¢s espectacular que se hab¨ªa visto nunca en Argentina. Luego, la Copa del Mundo de M¨¦xico y los dos goles a los ingleses lo encumbraron a la categor¨ªa de santo popular. Y como ocurre con las apariciones milagrosas, muchos compatriotas todav¨ªa presumen de haber visto aquel partido en la Paternal.