Ecuador vs Per¨²
Ecuador y Per¨² firman un empate dulce con sabor amargo
Con puro f¨²tbol, los rivales revalorizan la Copa Am¨¦rica con un partido completo e intenso. Se repartieron los goles, los puntos, las emociones y tambi¨¦n el sabor amargo de no haber ganado.
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Imposible reprochar algo a los protagonistas de este partidazo. Ninguno ahorr¨® nada, por m¨¢s que en un momento Per¨² pudo sacar el pie del acelerador y Ecuador echarse a hacer cuentas. Nunca especularon, y por ah¨ª tambi¨¦n llegaron algunos errores puntuales que permitieron m¨¢s goles de los esperados. Pero no hay nada que reprochar. Hemos visto el mejor partido de la Copa Am¨¦rica, dos equipos que merecen estar en cuartos, aunque probablemente uno de ellos se quede afuera. Guerrero, por un lado, y Montero, del otro, fueron mejores exponentes de un partido intenso, que dej¨® insatisfechos a los dos equipos y muy contentos a los espectadores neutrales.
Per¨² peg¨® primero, robando un buen bal¨®n en el medio y filtr¨¢ndolo para Paolo Guerrero, que trat¨® de definir rasante y pegado al palo, pero Dom¨ªnguez manote¨® bien. El reloj no marcaba todav¨ªa ni un minuto. Igual que ante Hait¨ª, los de Gareca arrancaron enchufados, presionando bien y proponiendo un juego directo. Y el gol, a diferencia del partido ante los centroamericanos, lleg¨® r¨¢pido y fue merecido. Lo de Cueva en el ¨¢rea fue sublime: se dio una media vuelta de tac¨®n de primeras tras recibir el pase de Paolo, su socio ideal en ataque, el bal¨®n pas¨® por entre las piernas de su rival y defini¨® con clase ante un Dom¨ªnguez vencido. Gol, no: golazo.
Per¨² sali¨® a atropellar y lo consigui¨®. Ecuador estaba en estado de shock. S¨®lo hab¨ªan pasado diez minutos.
Llegaron los doce minutos y el atropello se hizo oficial: Edison Flores puso las cosas patas arriba con un remate suave y colocado, tambi¨¦n de media vuelta, desde el borde del ¨¢rea, que entr¨® pegado al palo izquierdo de Dom¨ªnguez, como pidiendo permiso: botecitos ag¨®nicos que supieron a gloria para la blanquirroja. Los peque?os de Per¨², esos que llevan en el ADN el juego de pista que se expande en todo el pa¨ªs, estaban haciendo la diferencia. Cueva y Flores, las dos apuestas j¨®venes de Gareca, dos de las esperanzas de esta selecci¨®n en renovaci¨®n, inclinaban la balanza para Per¨². Ecuador luc¨ªa roto. Mareado. Desorientado. Y su rival, como un depredador que huele sangre.
La tricolor sinti¨® p¨¢nico cuando Revoredo cabece¨® solo en el punto de penal y con el portero vencido. Y suspir¨® de alivio porque el bal¨®n se fue por arriba. Per¨² segu¨ªa encima, agazapado como un felino de cacer¨ªa.
Pero el f¨²tbol es un deporte de momentos y Ecuador aprovech¨® el suyo, en la ¨²nica oportunidad que cre¨®. Un mal despeje de Rodr¨ªguez dej¨® mal parada a la defensa peruana, que perdi¨® a Enner. Este recibi¨® de Antonio, el otro Valencia y, solo sobre el l¨ªmite del ¨¢rea chica, tuvo el tiempo de controlar y definir de media vuelta. 2-1. Injusto pero real. Los fantasmas de Per¨² se materializaban. Encajar antes del descanso siempre duele un poco m¨¢s. El gol empuj¨® a Ecuador y hundi¨® un poco a la blanquirroja, que se fue al vestuario pidiendo tiempo.
Y as¨ª como se fueron al descanso, los dos equipos volvieron al segundo tiempo. Ecuador, crecido, y Per¨², hundido. Jaime Ayov¨ª reemplaz¨® a Paredes, empujando a Antonio al lateral y a Enner a la banda. El gol del empate fue producto de una muy buena jugada, concebida con velocidad y criterio, lo que buscaba Quinteros con el cambio. Bola?os la coron¨® empujando el bal¨®n. 2-2. Poco m¨¢s de media hora despu¨¦s del segundo gol de Per¨², se jugaba otro partido, en el que Jefferson Montero fue el Cueva de la primera parte: desbordando con clase, combinando con sus compa?eros y desordenando a sus rivales. Jeff fue Cueva; Ecuador fue Per¨².
Sobre la mitad del segundo tiempo, Per¨² se acord¨® de qui¨¦n era y, apoyado en un Guerrero soberbio, volvi¨® a generar peligro. Paolo fue el eje alrededor del cual giraron Flores, Cueva y el reci¨¦n ingresado Polo, y el ataque blanquirrojo renaci¨®. Aun as¨ª, el partido se rompi¨®, de modo que las dos defensas se vieron desprotegidas y los atacantes de ambas selecciones recuperaron la ilusi¨®n. La ¨²ltima, la m¨¢s clara, la tuvo Per¨²: un contragolpe de manual, con paciencia, sobre el 93¡¯, que Ruid¨ªaz desperdici¨® por mil¨ªmetros. Ah¨ª se acab¨® todo. Aplausos para los dos. F¨²tbol de verdad. De Am¨¦rica para el mundo.