FAMOSOS
Jorge Javier V芍zquez y la historia de su amor plat車nico: ※Me miraba con una sonrisa triste§
El presentador de televisi車n se ha abierto en canal contando lo que le hizo sentir el chico del que se enamor車 el verano de sus dieciocho.
Asomado a la ventana de un hotel caribe?o Jorge Javier se ha puesto a recordar. El mar ahoga el silencio y se pierde en el horizonte sin despido alguno, sin pudor, natural como la vida misma y como el amor plat車nico que, en su columna de Lecturas, el expresentador de S芍lvame ha tra赤do al presente.
Hab赤a visionado Jorge Javier una pel赤cula italiana 〞Nuovo Olimpo se llama〞 que enfrasca la cr車nica sentimental de dos muchachos que se enamoran; dos muchachos que se quieren y no pueden y cuya historia, como la de todos los arranques pasionales de juventud, termina fragmentada en recuerdos compartidos esparcidos por dos caminos diferentes. Se deduce que luego uno busca al otro. El asunto es que al finalizar brot車 en 谷l un sentimiento adolescente, un estallido que tuvo su humilde g谷nesis un verano de finales de los ochenta.
※Recuerdo c車mo fue la despedida§
Hace referencia a esa historia inacabada que todos, piensa, debemos tener. ※La m赤a tiene que ver con un chico que conoc赤 cuando yo andaba por los dieciocho. Sucedi車 en verano, que es cuando suceden siempre esas historias. ?l ten赤a novia. Yo, no. No pas車 nada porque creo que 谷l, conmigo, se enfrentaba a situaciones emocionalmente desconocidas§, inicia el relato que muy cuidadosamente, con guantes quir迆rgicos y, parad車jicamente, aterciopelados, extrae de su memoria.
Quiz芍 fue que estaban en puntos distintos, quiz芍 que uno ley車 la situaci車n y el otro cerr車 el libro: ※Yo, sin embargo, ten赤a muy claro que 谷l me gustaba much赤simo. Era muy atractivo. Yo, no. Nos busc芍bamos continuamente con la mirada y aprovech芍bamos cualquier momento para estar juntos y hablar de nuestras cosas§.
Luego alude directamente a aquel momento que tu retina graba con la fr芍gil capacidad que una l芍grima posee para detener el tiempo. ※Recuerdo perfectamente c車mo fue la despedida. ?l estaba en un autocar. Nos separaban los cristales de las ventanas y la vida. Me miraba con una sonrisa triste§, dice, como si la estuviera viendo este mismo febrero, mes que vuela como vol車 aquel amor nonato, que se marcha como lo hizo aquel bus: ※Se acababa el verano y una historia, la nuestra, que naci車 sin que nadie lo esperara y que desapareci車 en cuanto perd赤 de vista el autocar§.
Confiesa que todav赤a hoy lleva grabado a fuego su nombre y sus dos apellidos, que lo ha buscado en redes sociales con la ilusi車n ef赤mera de poner cara a aquello que un d赤a te hizo saberte vivo para cerciorarte de que esa parte de ti vive, al menos, en alg迆n lado, entre unas canas que otrora fueron de un color. Pero aquel retazo qued車 a la deriva de la nada, en el limbo de las cosas que casi ocurren. Y hoy no encuentra ni un suspiro. Parece que se hubiera desvanecido, algo que, bien se sabe, comparten todo buen romance plat車nico.
Antes de volver a guardarla en un recoveco de su memoria comparte un instante que fue ciertamente especial. ※Recuerdo, sobre todo, aquella vez que se cruzaron nuestros ojos de una manera especialmente intensa. Era de noche. Est芍bamos rodeados de m芍s gente. ?l llevaba pantalones cortos. Me pill車 mir芍ndole. Y sin mediar palabra entend赤 que me dec赤a: &Yo tambi谷n*. Aquella historia ten赤a m迆sica: Que tinguem sort§. Silbar赤a esa canci車n catalana Jorge Javier mientras perd赤a la vista en el mar, asomado a la ventana de un hotel caribe?o.