Jorge Javier V¨¢zquez sufre una dura p¨¦rdida: ¡°Nos ha dejado para el arrastre¡±

La dichosa ley de vida se ha cebado con Jorge Javier V¨¢zquez y su perra, Lima, quien falleci¨® el pasado jueves tras 12 a?os de vida. El presentador ha relatado en Lecturas el duelo que est¨¢ viviendo por culpa de esta p¨¦rdida, que le ha dejado ¡°un poco para el arrastre¡±. ¡°El jueves por la noche se nos fue Lima. Lima era la m¨ªa. Mi galga. Fue la primera que adoptamos en com¨²n P (Paco, su expareja). y yo. Antes vino Cartago, pero P. no estaba ah¨ª. And¨¢bamos en una de nuestras m¨²ltiples idas y venidas. As¨ª que la marcha de Lima, despu¨¦s de doce a?os con nosotros, nos ha dejado un poco para el arrastre. Escribo en plural porque P. y yo seguimos juntos, pero de otra manera. Llega una edad que todo te sirve para seguir levant¨¢ndote¡±, ha comenzado escribiendo.

El de Badalona ha recordado la tristeza de su galga cuando se enter¨® de que su due?o atravesaba un delicado momento de salud a consecuencia del ictus que sufri¨®. ¡°Cuando me largaba de vacaciones llegaba un punto en que no pod¨ªa m¨¢s y sub¨ªa las escaleras del primer piso para plantarse delante de mi habitaci¨®n (...) El lunes que estaba yo en el hospital con el asunto de ese ictus que yo no sab¨ªa que me hab¨ªa dado estuvo Lima meditabunda, seg¨²n me contaron. Tristona. Y coincidi¨® que me metieran en el quir¨®fano y ella volviera a subir las escaleras para esperarme en la puerta de mi habitaci¨®n. As¨ª me lo contaron y me lo creo, porque nuestra conexi¨®n no era normal¡±.

A finales del pasado noviembre, Lima empez¨® a sufrir graves problemas de salud, que empezaron a acrecentarse hasta sus ¨²ltimos d¨ªas. ¡°Qued¨¦ con Lecturas para hacer la ¨²ltima entrevista que ha publicado la revista. Hac¨ªa tiempo que no me maquillaba ni peinaba, pero justo ese d¨ªa, un mi¨¦rcoles, al volver a casa, me la encontr¨¦ tumbada en el sill¨®n, respirando con dificultad. Llam¨¦ a N. y nos plantamos de urgencia en el veterinario¡±, a?ade.

Su flechazo con el veterinario

Jorge Javier ha rememorado el ¡°flechazo¡± que tuvo con el veterinario que salv¨® la vida de su perra aquella noche. ¡°Y ah¨ª me veo yo en una sala coloc¨¢ndole ox¨ªgeno en el hocico cuando, de repente, mi mirada se cruza con la del veterinario. Joven, guapo, como a m¨ª me gustan. Se par¨® el tiempo, te lo juro. Mi coraz¨®n hizo crush (...) Ella sab¨ªa lo que me conven¨ªa. Un hombre joven, amante de los animales. Consiguieron estabilizar a Lima y tras unas indagaciones me enter¨¦ de que el veterinario ten¨ªa novia. Creo sinceramente que cuando lo pill¨¦ mir¨¢ndome pens¨®: ¡®Pero este se?or, que no sale en la tele desde el fiasco de ¡®Cuentos Chinos¡¯, qu¨¦ hace peinado y maquillado a estas horas de la noche en la sala de urgencias del veterinario¡¯¡±.

Las ¨²ltimas l¨ªneas de este escrito resumen c¨®mo fue su ¨²ltimo d¨ªa con Lima. ¡°A lo mejor hay que parar¡±, fue la frase final que destroz¨® por completo a Jorge Javier V¨¢zquez. Llam¨¦ a N. Lleg¨® con S., la veterinaria. Al verla, pronunci¨® la fat¨ªdica frase: ¡°A lo mejor hay que parar¡±. Ese ¡°hay que parar¡± me destroz¨®. Y empec¨¦ a llorar, claro. Viaje al veterinario. An¨¢lisis. Deber¨ªamos operar, pero est¨¢ muy mayor, no resistir¨ªa una sedaci¨®n. Hab¨ªa llegado el momento (...) Y vuelvo una y otra vez a esa hermosa canci¨®n de ¡®El cuarteto de Nos¡¯ que descubr¨ª este verano: Ya no s¨¦ qu¨¦ hacer conmigo¡±.