"Me dieron una clase de tenis en Wimbledon, fue como pisar suelo sagrado"
Jamie Cullum vuelve por Navidad, como el anuncio, y lo hace al modo de Elvis o Sinatra, con cl¨¢sicos navide?os bajo el brazo. El heterodoxo m¨²sico brit¨¢nico se cita con AS para hablar de su ¨²ltimo disco ('The Pianoman at Christmas -The Complete Edition-'), su particular visi¨®n del jazz... y su sorprendente equipo de f¨²tbol.
En esta ¨¦poca del revival nost¨¢lgico, si tal cosa es posible, nada suena m¨¢s anacr¨®nico y a la vez excitante que un ¨¢lbum de m¨²sica navide?a. Como Elvis, Frank Sinatra o Mariah Carey, benditos todos, el pianista y jazzman brit¨¢nico Jamie Cullum se embarc¨® el a?o pasado en la aventura de conjugar la Navidad y la m¨²sica de una manera propia. Lo hizo con un disco original (The Pianoman at Christmas -Universal-) y ahora vuelve a nuestras casas, como el anuncio, redondeando el esfuerzo con una nueva edici¨®n ampliada. Callum recibe a AS en el Hotel ME de la madrile?a Plaza de Santa Ana y aunque la ma?ana es soleada, va sobrado de esp¨ªritu navide?o.? "Para m¨ª son unos d¨ªas del a?o que concibo para estar juntos, en una casa, ni?os, tus t¨ªos, tus t¨ªas, ese caos, esa locura al comer y al beber... y eso se ha perdido mucho por culpa de esta pandemia", comenta.
En este The Pianoman at Christmas (The Complete Edition) trae m¨¢s compa?¨ªa para versionar canciones arraigadas en las navidades del hemisferio norte como Frosty the Snowman o Winter Wonderland, que por cierto ya atac¨® desde la vena jazz¨ªstica Ella Fitzgerald en su ¨¢lbum navide?o de 1960. "El a?o pasado intent¨¦ crear canciones nuevas, hacer mi aportaci¨®n, pero creo que una fiesta navide?a no est¨¢ completa sin acudir tambi¨¦n a los cl¨¢sicos. Ahora es el album navide?o total", dice. "O eso espero", apostilla con una risa contagiosa.
En el trayecto hasta Cullum, un vinilo listo para firmar en una mesa de la terraza panor¨¢mica del hotel. Un regalo navide?o en s¨ª mismo. ¡°El vinilo ha vuelto tan fuerte que las f¨¢bricas no dan abasto para cubrir tanta demanda¡±, reflexiona. "Yo he sido de vinilos antes de que fuera algo cool. Ahora si eres veintea?ero tienes que tener un tocadiscos para molar. Yo ten¨ªa uno cuando la pensaba que era una antigualla". Humor british con moraleja. ¡°Si guardas algo el tiempo suficiente volver¨¢ a estar de moda¡¡±.
Enamorado de Espa?a
La cita promocional es a las 9:00 de la ma?ana, pero Cullum no se esconde bajo unas igualmente pan¨®ramicas gafas de sol. Tiene por costumbre madrugar aunque est¨¦ de gira. No es una leyenda urbana: ni media ojera ni un bostezo furtivo durante la conversaci¨®n. Un tipo menudo pero que desprende un halo energ¨¦tico enorme, un m¨²sico un ecl¨¦ctico con una constante, la de que le encanta Espa?a. Lo mismo para venir a actuar en los Goya que para compartir cartel con Joan Baez en el Jazzaldia de Donosti en 2019 o hacerlo, toquemos madera, con Metallica en el madrile?o Mad Cool del a?o que viene. ?Y cantar en espa?ol, quiz¨¢s? "He intentado cantar en otras lenguas, me parece bello, lo intent¨¦ en castellano y tambi¨¦n en franc¨¦s, que se me da mejor. Surgieron opciones en trabajos previos de hacer versiones en espa?ol, pero no sab¨ªa si era lo correcto, musicalmente hablando". Con todo, no se cierra esa puerta. "El castellano funciona con un timing y un ritmo muy particular que puede ser muy interesante para construir una canci¨®n, si en alg¨²n momento aparece esa canci¨®n y siento que es factible, ir¨¦ a por ello".
Si Mahoma no va a la monta?a, puede que alg¨²n artista espa?ol s¨ª pueda acercarse al particular universo Cullum. "Me encantar¨ªa y me parece apropiado viendo mi carrera, porque paso en vuestro pa¨ªs tanto tiempo... Aunque he colaborado con Alejandro Sanz, ?qu¨¦ m¨¢s puedes hacer despu¨¦s de eso?". Aparece la estrella de Moratalaz en escena y tras informar al m¨²sico de Essex que Alejandro est¨¢ trabajando en un nuevo himno para el Real Madrid ("Espero que le vaya bien, ?crear un himno futbol¨ªstico es m¨¢s dif¨ªcil que componer una canci¨®n navide?a!", bromea), parece el momento perfecto para girar la conversaci¨®n hacia el deporte rey.
Porque a Jamie Cullum se le tiene por hincha de este Liverpool tan rocanrolero con Klopp y no lo es. O no tanto, al menos. ¡°El que es muy fan del Liverpool es mi padre, ve todos los partidos y al primer partido que me llev¨® fue a uno fue de ese equipo y me regal¨® mi primera camiseta, pero yo soy realmente m¨¢s hincha de un peque?o club que igual no conoces¡¡±, avanza con cierto misterio. ¡°A m¨ª el que me va es el Swindon Town, ahora no le va muy bien, pero he ido a cientos y cientos de partidos¡±.
A diferencia de un compatriota tambi¨¦n famoso al piano y m¨¢s futbolero, Elton John, a Jamie Cullum se le nota m¨¢s excitado cuando se le interpela acerca de qu¨¦ otros deportes le llenan. Aunque avanza que lo suyo es "jugar al FIFA y al Mario Tennis", como a Pablo L¨®pez, que fue telonero suyo all¨¢ por 2013 y sabe lo que es meterle un winner a Rafa Nadal, le hace til¨ªn el tenis. ¡°Hace poco recib¨ª una lecci¨®n y fue en Wimbledon, en la pista 3¡±, confiesa. ?De blanco inmaculado como mandan la tradici¨®n del prestigioso club? "Claro, claro, tuve que compr¨¢rmelo todo porque pensaba que esa norma era s¨®lo para el torneo... El caso es que jugu¨¦ un partido con mi baterista, recib¨ª la lecci¨®n y pude beberme una cerveza en la zona donde los jugadores van a relajarse tras los partidos. Para m¨ª fue como pisar suelo sagrado".
Deja poco a poco su etiqueta de gamberro del jazz y aunque la ortodoxia del g¨¦nero ha perdido la esperanza o el inter¨¦s por reconducirlo hacia los ra¨ªles jazz¨ªsticos tradicionales, al m¨²sico ingl¨¦s le sigue dando lo mismo pasados los cuarenta que cuando se dispar¨® como estrella con Twentysomething¡ ¡°Eso lo dejo para las entrevistas¡±, admite, aunque en el fondo se muesta complacido. "Fue algo diferente ser un chaval que aparec¨ªa en camiseta y con zapatillas tocando un piano, por eso me siento orgulloso de aquello fuera una peque?a mini revoluci¨®n y de que ahora haya un poco m¨¢s de jazz en la cultura popular que antes".
Jamie Cullum no es Santa Claus, ni quiere serlo, pero bienvenido sea a nuestras navidades.