El d¨ªa que Maradona salv¨® a Paolo Sorrentino de una muerte tr¨¢gica
El cineasta italiano acaba de estrenar ¡®Fue la mano de Dios¡¯, su trabajo m¨¢s intimista en el que retrata sus a?os de juventud y una fecha clave.
Quiz¨¢ Diego Armando Maradona haya fallecido sin ser consciente de que hace m¨¢s de tres d¨¦cadas, de una manera indirecta, le salv¨® la vida a uno de los cineastas m¨¢s importantes del momento, el italiano Paolo Sorrentino (51). Fue en su juventud y, sin duda, la fecha del domingo, 5 de abril de 1987, qued¨® grabada a fuego en la memoria del italiano porque ese d¨ªa cambi¨® todo.
Ese d¨ªa, el N¨¢poles de Maradona viaj¨® a la Toscana, donde empat¨® sin goles con el Empoli. Sorrentino, que entonces ten¨ªa 17 a?os, hab¨ªa planeado pasar el fin de semana con sus padres, en su casa en la monta?a. Pero el N¨¢poles iba camino de su primer Scudetto y al joven Paolo, fan¨¢tico de la escuadra italiana, se le permiti¨®, por primera vez, ir solo al partido. Sus padres murieron ese fin de semana a causa de la fuga de gas de una caldera defectuosa. Y con ellos se march¨® la inocencia de Sorrentino, pero se encendi¨® otra llama.
¡°Esa tragedia ha marcado mi vida. Mi adolescencia termin¨® con la muerte de mis padres. A los 17 era tan mayor como ahora. Todav¨ªa estoy atascado en esa fecha, ese d¨ªa. Mi vida no ha cambiado. Ese dolor todav¨ªa est¨¢ conmigo y siempre estar¨¢ conmigo y ha forjado mi temperamento, mi personalidad, y me ha vuelto inestable y muy propenso a la rabia. Todo eso est¨¢ conectado con esa tragedia", asegura Sorrentino a Esquire, que se ha abierto en canal para mostrar su carga vital.
Y es que director italiano, ganador del Oscar por La gran belleza, acaba de estrenar Fue la mano de Dios, su trabajo m¨¢s intimista en el que retrata sus a?os de juventud y ese tr¨¢gico suceso. Un homenaje a una ciudad, a un futbolista y a unos padres que han cincelado su existencia.
¡°La pel¨ªcula ha estado en mi mente desde siempre. Durante muchos a?os no tuve el valor de escribirla. Con el tiempo encontr¨¦ el valor para escribirla pero no para hacerla. Y finalmente encontr¨¦ el coraje para hacerla¡±, concluye el italiano, incapaz de cuantificar la cantidad de l¨¢grimas vertidas en todo el proceso. No es para menos. Lamentablemente, los padres de Sorrentino fallecieron tr¨¢gicamente, pero al menos Maradona salv¨® el talento y ahora logra que perdure su recuerdo.