David Summers desvela lo qu¨¦ hac¨ªa Hombres G con los sujetadores de sus fans

El fen¨®meno fan puede llegar a extremos incre¨ªbles y las estrellas de m¨²sica, m¨¢s que ning¨²n otro famoso, siempre tienen historias de lo m¨¢s curiosas -y en ocasiones, hasta algo escalofriantes, capaz de ilustrar esto a la perfecci¨®n. En nuestro pa¨ªs, desde mediados de los 80 y hasta bien entrados los 2000, Hombres G era uno de esos grupos de rock que consegu¨ªan abarrotar estadios y desatar aut¨¦nticos huracanes de pasi¨®n entre sus seguidores. As¨ª que su antolog¨ªa de historias 'fan' es tan larga como variopinta.

David Summers record¨® ayer en 'El Hormiguero' c¨®mo fue aquella ¨¦poca de esplendor de la banda. El artista acudi¨® como invitado al programa de Pablo Motos para charlar sobre la nueva gira que tienen previsto comenzar en junio, y que empalmar¨¢ en septiembre con el lanzamiento del nuevo disco del grupo, 'La esquina de Rowland', un trabajo cocinado durante el confinamiento.

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Y Summers tiene mucho que decir sobre lo que supone ser venerado por miles de desconocidos. Cuando el grupo despeg¨®, el cantante se encontr¨® de pronto con la imposibilidad de vivir de manera medianamente normal: las fans acampaban d¨ªa y noche ante su casa: "Hab¨ªa siempre una multitud, entre 50 y 100 personas, sobre todo adolescentes y hab¨ªa m¨¢s chicas que chicos, era incre¨ªble", rememor¨®. La multitud que le segu¨ªa era tal que el artista, seg¨²n ha revelado, "no pod¨ªa ir a comprar el pan o a cortarme el pelo, no pod¨ªa ir a nada".

El anecdotario de Summers es inagotable, y abarca territorios m¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras: "Hab¨ªa hoteles en M¨¦xico que las habitaciones dan al jard¨ªn y entonces las ni?as se colaban y se met¨ªan debajo de la cama y estaban esperando horas, a lo mejor, a que yo llegara a la habitaci¨®n y sal¨ªan como desquiciadas. Era la hostia".

Y como testimonio de su ¨¦xito entre el p¨²blico femenino se encuentra la cantidad de ropa interior que muchas de las mujeres que asist¨ªan a los conciertos les arrojaban sobre el escenario. Motos quiso saber qu¨¦ hac¨ªan con todas estas prendas. "La guard¨¢bamos. Te lo juro", explic¨® Summers, antes de pasar a detallar el 'modus operandi' de la banda con respecto a este asunto: "Francis, que es mi hermano del alma, uno de los 'backliners', se dedicaba a recoger todos los sujetadores y bragas y ten¨ªamos un 'flight case' lleno de ropa interior".

Y es que, seg¨²n ha afirmado el artista, el grupo pod¨ªa llegar a 'recibir' de 300 a 400 sujetadores en un solo concierto. "?Qu¨¦ ¨ªbamos a hacer? ?Tirarlos a la basura?", se pregunt¨® entre risas el cantante, "Entonces Francis los iba guardando y al final de la gira ten¨ªa un 'flight case' lleno y en el ¨²ltimo bolo nos echaba todos los sujetadores a la vez".