Dcode 2019: 20.000 personas y un viaje de ida y vuelta a los 90

Cuando en 1998 The Cardigans public¨® su disco Gran Turismo, Diego Ib¨¢?ez, cantante del grupo Carolina Durante, ten¨ªa un a?o. Ayer, sin embargo, unos y otro coincidieron en Madrid. Un festival los reuni¨®. Un festival que fue esa imagen: un viaje de ida y vuelta a los a?os noventa. M¨¢quina del tiempo capaz de llevar a m¨¢s de 20.000 personas a los d¨ªas antes de Twitter, Facebook, Instagram, cuando los tel¨¦fonos m¨®viles s¨®lo serv¨ªan para llamar, con s¨®lo tocar los primeros acordes de esa canci¨®n Erase and rewing, de entonar las primeras estrofas de My favourite game. Nueve horas separaron su actuaci¨®n, cuando la noche ya hab¨ªa ca¨ªdo sobre la explanada de la Universidad Complutense de Madrid, de aquella que abri¨® el festival a las doce de la ma?ana: Carolina Durante, uno de los grupos revelaci¨®n de este 2019 (que sufri¨® problemas de sonido por los que la organizaci¨®n tuvo que pedir perd¨®n). Una ida y vuelta a los noventa, todo est¨¢ en el aire, en un festival ecl¨¦ctico y maravilloso, que celebr¨® su novena edici¨®n con otro ¨¦xito de p¨²blico y propuestas, con 20.000 personas. La ¨²ltima gran fiesta del verano nunca defrauda.?

Era pleno mediod¨ªa, sin embargo, cuando el Dcode dejaba una de sus mejores actuaciones. Por las canciones nuevas (Algunos tenemos fe, Lo que te mereces), por el momento en que Jess Fabric se subi¨® a tocar sobre los altavoces, olvidando su fiebre, por cuando eso mismo lo hizo Alberto Cant¨²a, por el dedo roto de Rafa Val, cantante, por ese momento en que salt¨® entre el p¨²blico para terminar de cantar esa canci¨®n. Porque Viva Suecia y Viva Murcia, EL GRAN grupo espa?ol de los dos ¨²ltimos a?os, s¨ª, con may¨²sculas. Porque regresaban al festival un a?o despu¨¦s pero su nombre escrito en may¨²sculas bien grandes. Fue la hora de hits que regalaron a todos aquellos que a las tres de la tarde llenaban la explanada frente al escenario Dcode#1 para dejarse llevar por sus canciones, Adonde ir, fue de las primeras, que empez¨® con esa frase de Rafa ("Esto es un jod... milagro") y acabo con Bien por ti y Todo lo que importa, las primeras gargantas af¨®nicas. Y una mirada al reloj: porque en el d¨ªa de la noche en que The Cardigans recuperaba en Dcode su disco Gran Turismo, ¨²nica actuaci¨®n en Europa, desde 2006 sin pasar por Madrid, no pod¨ªan faltar ellos, Viva Suecia (su nombre viene del gusto de su bater¨ªa. Fernando, por los grupos suecos). A las cuatro de la tarde en Madrid, por la noche tocaban en Murcia. Detr¨¢s de su ¨¦xito, hay un gigante 'currazo'.?

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Tras el poderoso estreno de Viva Suecia de los escenarios grandes (antes, en el m¨¢s peque?o, el ?lite, hab¨ªan pasado Picture This y La Casa Azul) nada pod¨ªa salir ya mal. Y nada sali¨®.?

Porque triunfaron Miss Cafe¨ªna en ese mismo escenario cuatro horas m¨¢s tarde, con un ritmo m¨¢s sint¨¦tico y electr¨®nico que otrora y canciones nuevas, de su ¨²ltimo disco Oh Long Johnson. Acabaron con un Free From Desire tras ese hit, Mira como vuelo, que dejaba la tarde lista para un Eels distinto. Con ganas de bailar y brillar desde la primera canci¨®n, una versi¨®n, Out in the street, de The Who. Novocaine for the sould dej¨® el aire el¨¦ctrico, como cuando el cielo viene cargado de lluvia, la piel erizada de 20.000 personas a la vez. Algo similar har¨ªa Nina Persson cuando The Cardigans tomaba el escenario #1, aquel que hab¨ªa abierto Viva Suecia tantas horas hac¨ªa ya (su furgoneta ya habr¨ªa llegado a Murcia, seguro).?

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Una escena que parec¨ªa imitar una pared de hielo fragmentada abrazaba a Eva Amaral y Juan Aguirre cuando a las once de la noche, Dcode lleno, irrump¨ªan con su Salto al color en el #2. Aparec¨ªa ella como astronauta acristalada. Otro viaje del Dcode, de los discos viejos a los m¨¢s rabiosamente nuevos. Un d¨ªa llevaba el ¨²ltimo de Amaral, su noveno, en m¨¢s de veinte a?os de carrera, Salto al color y varias de sus canciones se fueron entremezclando con tantos cl¨¢sicos en su ¨²nica actuaci¨®n en Madrid del a?o. Son mis amigos, El Universo sobre m¨ª, Morir¨ªa por vos, Revoluci¨®n o C¨®mo hablar, ay, enredados entre canciones nuevas, Soledad, Juguetes rotos, y esas dos, Mares igual que t¨² y Nuestro tiempo, que apuntan a lo de las primeras, que se convertir¨¢n en himnos. Cerr¨® Amaral su actuaci¨®n Hacia lo salvaje, con el coraz¨®n de cada Dcoder en un pu?o. Ahora llegaba otra de las actuaciones grandes. Two doors Cinema club, propuesta bailonga, de luz y color que subi¨® el tel¨®n con Talk y que fue coreado con What You Now o Something good can work, y no defraudaron. Como Caravan Palace y Kaiser Chiefs con su Ruby,?encargados de cerrar casi la fiesta y el campus. De este festival en el que en realidad todos son cabezas de cartel y que ya es un imprescindible de cada verano. En nueve a?os. Mientras los m¨®viles se iban convirtiendo en peque?os ordenadores en los bolsillos: en este Dcode de hecho, ya se cobraba as¨ª, depositando el m¨®vil en unas pulseras previamente recargadas que aliger¨® colas en todas partes (para recuperar el dinero embolsado en ellas y no gastado hay siete d¨ªas y las instrucciones se publicar¨¢n en www.dcodefest.com). Otro ¨¦xito m¨¢s Dcoder. Y ya son unos cuantos.

Aun quedan d¨ªas de verano pero ¨¦ste c¨®mo quien dice se termin¨® ya. Siempre se lo lleva el Dcode cuando la ¨²ltima de sus luces se apaga... Hasta el verano siguiente.?