Irene Montal角 denuncia c車mo sufri車 una agresi車n sexual en un ba?o de Barcelona
La actriz desvela el desagradable suceso que vivi車 en un conocido restaurante de Las Ramblas y c車mo nadie fue en su ayuda.
Irene Montal角 ha reunido fuerzas y ha relatado en su blog de Woman el desagradable suceso que vivi車 en un conocido restaurante situado en Las Ramblas de Barcelona. La actriz, que ha aparecido recientemente en series como La verdad o Presunto culpable, cuenta este episodio de su vida poco despu谷s de que Bernardo Montoya confesara haber cometido el crimen del asesinato de Laura Luelmo.
Su historia suma otro n迆mero m芍s en la cuenta de agresiones sexuales que se han denunciado en las 迆ltimas fechas, demostrando desgraciadamente que estos delitos forman parte del d赤a a d赤a. "Como casi todas las mujeres que conozco, he vivido a lo largo de mi vida m芍s de una situaci車n en la que me he sentido intimidada, violentada o directamente en peligro, por parte de un hombre solo por el hecho de ser mujer", comienza diciendo.
"Hace muchos a?os, de camino a casa, me detuve en una pizzer赤a muy conocida y c谷ntrica en Las Ramblas de Barcelona. Era la hora de cenar, el restaurante estaba lleno hasta arriba y pregunt谷 si pod赤a ir al ba?o. Ten赤a tanta urgencia que ni siquiera cerr谷 con pestillo", comienza explicando en su relato.
"Escuch谷 un ruido muy sutil, como de papel, e instintivamente me puse en alerta. Sin mover mis pies, me agach谷 muy lentamente. All赤 estaba. Un hombre, vi el reflejo de sus gafas, agazapado, esper芍ndome". En ese momento se ech車 sobre la puerta para bloquearla, exactamente lo mismo que hizo el agresor, por lo que hubo un forcejeo en el que la puerta termin車 golpeando el rostro de la actriz: "Grit谷 para que alguien me oyera. Grit谷 tan fuerte que se me escuchaba arriba en el restaurante. Grit谷 tan fuerte que mis gritos se o赤an desde la calle. Nadie baj車. Nadie", lamenta Montal角.
El criminal abandon車 el lugar por su propio pie, sin que absolutamente nadie le dijera nada ni hiciera nada. "Sali車 andando y cuando lleg車 a la puerta de entrada, ech車 a correr". Sin saber esto, Irene continuaba en p芍nico: "Abr赤 la puerta. No pod赤a apenas hablar. Temblaba. Me subieron arriba y todo el mundo me miraba sin articular palabra. Me sent赤 observada, avergonzada. Me dieron una tila. Sola en una mesa con cincuenta ojos encima de m赤, magullada y sin poder dejar de temblar", asegura antes de a?adir que las secuelas del suceso todav赤a perduran en su d赤a a d赤a. "Soy incapaz de ir a un ba?o sola en el que tenga que subir o bajar escaleras".