La familia que ha parado los planes de Abramovich
El magnate ruso quiere construir un nuevo estadio para el Chelsea, pero una pareja y sus hijos se niegan a someterse a sus deseos
Cuando se es uno de los hombres m芍s ricos del mundo, uno se acostumbra a que se cumplan todas sus 車rdenes a golpe de talonario. Pero Roman Abramovich est芍 descubriendo que el dinero no puede comprarlo todo.
El magnate ruso y presidente del Chelsea tiene lista la construcci車n de un nuevo estadio para el club que se convertir芍 en uno de los mejores del mundo, con capacidad para m芍s de 60.000 espectadores y adaptado al mayor lujo.
Tras pedir ideas a los estudios de arquitectura m芍s prestigiosos del mundo, seleccionar el proyecto, ver las maquetas en 3D y conseguir los permisos municipales, Abramovich comenz車 a hablar con los vecinos de los alrededores de Stamford Bridge para hacerse con sus terrenos y ampliar la superficie del estadio. Y ah赤 ha encontrado la horma de su zapato.
Los Crosthwaite no quieren irse de su hogar
Nicolas y Lucinda Crosthwaite son una pareja que lleva 50 a?os viviendo en su casa justo enfrente de Stamford Bridge, y que junto a sus dos hijos Louis y Rose se niegan a abandonar su hogar a cambio de dinero para que Abramovich edifique su nuevo estadio.
Es m芍s, la familia ha contraatacado presentando una queja formal ante el Consejo de Hammersmith y Fulham, al considerar que si el nuevo estadio se edifica, impedir芍 que la luz solar de la que han disfrutado durante 50 a?os siga llegando a su ventana.
Los Crosthwaite han ido incluso m芍s all芍, mediante un recurso judicial contra el permiso de obra del Chelsea que ha hecho que la planificaci車n de la construcci車n quede suspendida al menos hasta que se resuelva el conflicto judicial.
Abramovich les ha duplicado su oferta
La respuesta de Abramovich ha sido, primero, elevar su oferta hasta m芍s del doble del valor de la propiedad, y despu谷s, intentar negociar recordando a los Crosthwait que en una consulta popular realizada entre 13.000 vecinos, el 97.5% apoy車 la construcci車n reconociendo que "mejorar芍 los servicios econ車micos, culturales y sociales" que facilita el Chelsea.
Pese a todo, Nicolas y Lucinda Crosthwaite se mantienen firmes en su postura y no s車lo no han aceptado la oferta econ車mica, sino que tambi谷n mantienen el recurso judicial que hace que el deseado estadio de Abramovich siga sin poder construirse.