Casillas y Piqu¨¦ se unen al inquietante relato de Manuel Bartual

Lejos de disfrutar de unos d¨ªas de descanso y relajaci¨®n, el dibujante y dise?ador Manuel Bartual ha tenido unas vacaciones dignas de una novela negra que ¨¦l mismo se ha encargado de narrar con pelos y se?ales a trav¨¦s de su cuenta de Twitter.

Su inquietante historia arranc¨® el pasado lunes 21 de agosto y se ha convertido en viral manteniendo en vilo a la red social. Todo comenz¨® con este mensaje, "Ando de vacaciones desde hace un par de d¨ªas, en un hotel cerca de la playa. Iba todo bien hasta que han comenzado a suceder cosas raras".

A partir de entonces, Manuel Bartual ha vivido y compartido a tiempo real una serie de intrigantes acontecimientos que le han obligado a cancelar sus vacaciones y volver a casa antes de lo previsto. Pero el suspense no ha terminado, los "fantasmas" le han perseguido y el misterio sigue sin resolverse.

Las inquietantes vacaciones de Manuel Bartual

La intrigante historia de las vacaciones de Manuel Bartual es tambi¨¦n un tanto rocambolesca y para entenderla bien vamos a explicarla paso a paso. Comenz¨® el pasado lunes 21 de agosto mientras estaba leyendo en la terraza de su habitaci¨®n de hotel. Hab¨ªa viajado solo, pero escuch¨® que la puerta se abr¨ªa y que entraba un "hombre alto y delgado, muy nervioso" a su habitaci¨®n que hablaba muy r¨¢pido un castellano "completamente desordenado", "como un Yoda a mil por hora". El dibujante intent¨® calmarle y, sin conseguirlo, el hombre se fue. Antes de ello Bartual se dio cuenta de que ten¨ªa una tarjeta igual que la suya de acceso a la habitaci¨®n.

Tras esconder las cosas de valor, Manuel Bartual baj¨® a recepci¨®n para explicar lo sucedido. No supieron decirle quien era ese hombre (no tiene ning¨²n rasgo caracter¨ªstico) pero para evitar que volviera a ocurrir le cambiaron la tarjeta y resetearon el acceso a su habitaci¨®n. Justo despu¨¦s, se dio cuenta de que hab¨ªa perdido esta camiseta.

Al d¨ªa siguiente, Manuel Bartual se encontr¨® con el hombre mientras desayunaba en el buffet del hotel y ¨¦ste le salud¨® y le pidi¨® disculpas pronunciando bien cada palabra y explic¨¢ndole que se hab¨ªa equivocado de habitaci¨®n. El dibujante las acept¨® pero explic¨® que ahora hablaba como un "robot" y le tom¨® esta fotograf¨ªa.

Al volver a su habitaci¨®n (la 328) vio que ya se la hab¨ªa hecho, pero tambi¨¦n encontr¨® un l¨¢piz negro en el suelo que no era suyo. Sali¨® a dar una vuelta por la playa y volvieron a pasar cosas raras. Caminando por la pasarela vio que dos hombres le observaban fijamente y le pareci¨® que uno de ellos llevaba la camiseta que hab¨ªa perdido. Intent¨® seguirles pero les perdi¨® por tener el sol de frente y la multitud.

Antes de dormir intent¨® no atormentarse con la historia, pero al d¨ªa siguiente continu¨® con nuevos episodios. Fue a nadar a la playa y vio al hombre que llevaba su camiseta sentado en la arena y centrado en s¨ª mismo. Le sigui¨® a un restaurante y despu¨¦s a un supermercado, donde se dio cuenta que el hombre era clavado a ¨¦l.

Muy desconcertado, Manuel Bartual volvi¨® a su habitaci¨®n y encontr¨® un alarmante mensaje escrito en el rollo de papel higi¨¦nico con el l¨¢piz negro que se hab¨ªa encontrado.

Tras darle muchas vueltas y no pasar muy buena noche, el dibujante y dise?ador lleg¨® a la conclusi¨®n de que eran tres hombres los que estaban perturbando sus vacaciones: uno, el que entr¨® en su habitaci¨®n y al d¨ªa siguiente le escribi¨® el mensaje; dos, el que vio desayunando, muy parecido al primero, y al que despu¨¦s vio en la playa en compa?¨ªa del tercero, "el otro Manuel". Tambi¨¦n trat¨® de averiguar a qu¨¦ habitaci¨®n le indicaba la nota que fuese, pero no le encontraba sentido.

Tras dormir una siesta y tener sue?os muy extra?os (con Chiquito de la Calzada incluido), se asom¨® por la ventana y vio al otro Manuel mir¨¢ndole desde la piscina.

Manuel Bartual fue a contarlo a recepci¨®n pero no le dieron ninguna importancia. Se acost¨® decidido en llegar hasta el fondo de la historia y ayer se encontr¨® con un hotel id¨¦ntico al suyo.

Habl¨® con una de sus recepcionistas, que tambi¨¦n le pareci¨® que hablaba como un "robot", con los de su propio hotel, que desconoc¨ªan la existencia del otro id¨¦ntico, y decidi¨® ir a la habitaci¨®n 328 del hotel igual que el suyo pensando que era "la otra" a la que se refiere la nota. Esto fue lo que ocurri¨®:

La tarjeta de su habitaci¨®n era la misma que la suya y al salir corriendo se encontr¨® al otro Manuel con cara muy enfadado y comenz¨® a seguirle. El dibujante y dise?ador consigui¨® huir de ¨¦l y al llegar a su habitaci¨®n decidi¨® poner fin a sus vacaciones y sacarse un vuelo para esta ma?ana a las 8 de la ma?ana.

Pero han seguido sucediendo cosas extra?as. Al llegar al aeropuerto le han dicho que su asiento estaba reservado junto a otro con su mismo nombre: Manuel Bartual, pero nadie lo ha ocupado. Y las intrigas han seguido cuando ha llegado a casa. El portero le ha dado el sobre que el otro Manuel, a quien ha confundido con el aut¨¦ntico, le ha hecho llegar poco antes para ¨¦l.

Manuel Bartual no entiende nada y el misterio contin¨²a muy vivo. Sus dos ¨²ltimos comentarios han sido: "Joder, qu¨¦ mal rollo. Es que es hasta mi letra. Podr¨ªa haberlo escrito yo mismo" y "Me voy a dar una vuelta por el barrio. De repente no me siento seguro en casa".

Casillas y Piqu¨¦ se unen a la historia de Manuel Bartual

Como hemos dicho, la historia de las vacaciones de Manuel Bartual lleva manteniendo en vilo a Twitter desde el pasado lunes y se ha convertido en viral. Entre los miles de usuarios que se han unido a ella, tambi¨¦n est¨¢n los futbolistas Iker Casillas y Gerard Piqu¨¦.

Desde ayer por la tarde que preguntar¨¢ "?D¨®nde est¨¢s Manuel?", el portero del Oporto y ex del Real Madrid ha hecho alusi¨®n directa a Manuel Bartual y a "doble" en otros tres mensajes m¨¢s:

Por su parte, el futbolista del Barcelona ha asegurado a Manuel Bartual que ha visto a su doble en la habitaci¨®n de al lado al hotel en el que se hospeda con el equipo en Vitoria para disputar esta tarde el partido de Liga frente al Alav¨¦s.