Rafa Nadal juega con un ni?o de 3 a?os y cumple su sue?o
Este verano, el tenista espa?ol tuvo el detalle de dar unos golpes de tenis en su academia de Manacor con el peque?o Ethan, uno fan de 3 a?os.
Rafa Nadal es desde hace unos a?os uno de los grandes del tenis mundial y ha vuelto a demostrar que su calidad humana es tan grande como lo es su habilidad con la raqueta.
El tenista espa?ol, cumpli¨® el pasado verano el sue?o de un ni?o de tres a?os, fan incondicional suyo, de dar unos golpes con ¨¦l. Fue en su academia de Manacor, donde Nadal tuvo el bonito detalle de invitar al peque?o Ethan a pelotear con ¨¦l en una de las pistas.
La historia nos llega gracias al blog, Happyslamtennis.me donde se relata brevemente esta experiencia inolvidable para el peque?o. All¨ª cuentan que la familia de Ethan acude desde hace unos a?os todos los veranos a Manacor, la ciudad mallorquina natal de Nadal. Aunque ya hab¨ªan tenido la suerte de coincidir anteriormente con el tenista cuentan que este a?o fue diferente.
¡°Esta vez, mientras visitaban Manacor, pararon a ver a Rafa practicar en su nueva academia. Al final de su entrenamiento, el hijo de tres a?os de David fue invitado a la pista para dar unos golpes con Rafa¡±, relata la p¨¢gina.
Adem¨¢s, en el blog tambi¨¦n cuentan que tambi¨¦n estaba por all¨ª el t¨ªo de Nadal, Toni, qui¨¦n le dijo a David, el padre de Ethan, que su hijo era "brillante" con la raqueta.
Otro emotivo gesto de Nadal con una ni?a
Este episodio recuerda a otro de vivido hace muy pocas semanas en el que Nadal volvi¨® a demostrar su especial atenci¨®n hacia los ni?os. Fue en un partido de exhibici¨®n de puertas abiertas frente al estadounidense John McEnroe en este mismo escenario, en su academia de Manacor.
En mitad del partido y cuando Nadal se dispon¨ªa a sacar, par¨® el partido ante los gritos de una madre que hab¨ªa perdido a su hija peque?a, de nombre Clara. R¨¢pidamente y con la colaboraci¨®n de todo el p¨²blico la peque?a apareci¨®. El reencuentro madre e hija llen¨® a las dos de l¨¢grimas entre una gran ovaci¨®n¡ Y el propio McEnroe, tampoco pudo evitar emocionarse.