Nadal es el m¨¢s grande
El balear protagoniza una de las gestas m¨¢s grandes de la historia del deporte para ganar su 21? Grand Slam y dejar atr¨¢s a Djokovic y Federer.
La de Rafa Nadal en el Open de Australia 2022 es de manera instant¨¢nea una de las mayores gestas de la historia del deporte. Hace cuatro meses caminaba con muletas y la pierna izquierda escayolada y este domingo ya es el m¨¢s grande de todos los tiempos en el tenis masculino, al menos en cuanto a t¨ªtulos de Grand Slam. El balear gan¨® el 21? con una remontada espectacular y memorable en la final contra Daniil Medvedev, que ganaba por dos sets antes de que su rival, imbuido por una asombrosa gracia divina, le diera la vuelta al marcador para vencerle por 2-6, 6-7 (5), 6-4, 6-4 y 7-5 en 5h24. Una duraci¨®n que queda en los registros s¨®lo por detr¨¢s del partido por el t¨ªtulo que el propio Nadal perdi¨® en el mismo escenario contra Djokovic en 2012 y que se extendi¨® por 5h53. Nadie remontaba un 0-2 en el torneo desde Roy Emerson, que lo hizo frente a Fred Stolle en la edici¨®n de 1965.
El p¨²blico de la Rod Laver Arena vibr¨® hasta la locura con Rafa, poco les import¨® que en Melbourne fueran m¨¢s de la una de la madrugada. Despu¨¦s de sumar el ¨²ltimo punto con una volea excepcional de rev¨¦s, el genio solt¨® la raqueta, mando una bola a la grada de una patada, sac¨® a pasear su famoso serrucho tres veces, levant¨® los brazos, se dej¨® caer de rodillas en la pista y luego se inclin¨® con las manos cubriendo su cara antes de ir a abrazar a su equipo, que no cab¨ªa en s¨ª de gozo. Esa fue la secuencia de la celebraci¨®n de un triunfo ¨¦pico que le pone por delante de Djokovic (ausente al haber sido deportado por su negativa a vacunarse) y Federer (recuper¨¢ndose de una lesi¨®n) en la pelea por la hegemon¨ªa y que le convierte en el cuarto jugador capaz de ganar al menos dos veces cada Slam despu¨¦s de Djokovic, Emerson y Laver.
Nadal jam¨¢s perdi¨® la esperanza de volver a saborear la gloria en Australia, una plaza a la que tiene un cari?o especial y donde se coron¨® por primera vea en 2009, y ha vuelto a triunfar all¨ª 13 a?os despu¨¦s. Una muestra m¨¢s de su grandeza. Con 35 a?os y 241 d¨ªas es el tercero m¨¢s mayor? que gana este campeonato en la Era Open (desde 1968), tras Federer y Rosewall, quienes lograron dos con m¨¢s de 36. Era su sexta final en la Laver, 29? en un major. Con este suma 90 trofeos en total. Impresionante.
Un encuentro inolvidable
Medvedev era una amenaza muy seria, ven¨ªa de ganarle a Djokovic la final del US Open el a?o pasado en tres sets y amag¨® con hacerle lo mismo a Nadal, que hab¨ªa podido con ¨¦l en otra final dram¨¢tica en Nueva York hace tres a?os. Podr¨ªa haber sido casi el fin de la ¨¦poca del Big Three y el principio de la suya. La conquista de Rusia es muy dura. Rafa atraves¨® la estepa helada. No pudieron con ella ni Napoleon ni Hitler, pero ¨¦l s¨ª. De salida se top¨® con un cyborg inmutable que le devolv¨ªa cada golpe con precisi¨®n milim¨¦trica. No se permiti¨® distracciones ni lujos y su comportamiento inicial fue bastante bueno. Gan¨® el primer set con facilidad y en el segundo hizo trizas el quiebre que hab¨ªa sumado Nadal, que sirvi¨® para empatar, y despu¨¦s le remat¨® en el tie-break. Hasta ah¨ª, el manacor¨ª hab¨ªa cometido demasiados errores no forzados (36), pero hab¨ªa rozado la igualada, una se?al esperanzadora para lo que vendr¨ªa despu¨¦s.?
Rafa empez¨® a sentir la bola como no hab¨ªa podido hacerlo hasta ese momento, elev¨® la intensidad de sus impactos, con una colocaci¨®n perfecta de sus pies sobre la pista. Cambi¨® direcciones y dej¨® de insistir tanto sobre el letal rev¨¦s del moscovita. Fue una labor de zapa, de desgaste, que dio sus frutos con el paso de los minutos. Medvedev acus¨® la carga de movimiento, las torsiones sobre todo hacia abajo desde sus imponentes 1,98 metros de estatura. De hecho, pidi¨® dos veces la presencia del fisio para que le masajeara los muslos. Nadal, sublime, recort¨® distancias tras levantar un 0-40 en el 2-3 y se acostumbr¨® a ponerle las cosas muy complicadas a su rival cuando sacaba, con restos incisivos, bolas a las l¨ªneas, con un juego, a fin de cuentas, de alt¨ªsimo riesgo. As¨ª lleg¨® a la paridad.
Le faltaba rematar la gesta. Y no fue f¨¢cil. Coloc¨® el 4-2 con puntos maravillosos, llegando a todas las dejadas para resolverlas con una tranquilidad inhumana. Pero cuando sacaba para vencer con 5-4, el n¨²mero dos del mundo, que tiene opciones de quitarle el uno a Djokovic el 21 de febrero, le rompi¨® y vuelta a empezar. Nadal contest¨® con otro break ante el delirio de los espectadores y resolvi¨® en blanco en el ¨²ltimo juego con un ace y esa volea incontestable que quedar¨¢ para siempre grabada en la historia del tenis. ?No es el m¨¢s grande?
Cuadro masculino del Open de Australia.