Emotiva carta de una tenista a Thiem: "No te pedimos nada, s¨®lo respeto por nuestros sacrificios"
Ines Ibbou, argelina de 21 a?os y 620? del mundo, escribi¨® una carta abierta a Dominic Thiem, que no quiere contribuir al fondo de ayuda a "jugadores que no son muy profesionales".
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"Querido Dominic". As¨ª arranca la emotiva carta abierta que le dirige a Thiem, n¨²mero tres del mundo, la tenista argelina de 21 a?os y 620? del ranking, Ines Ibbou. Es su respuesta a la negativa del austriaco a contribuir al fondo de ayuda a los jugadores de clasificaciones m¨¢s bajas, que viven al d¨ªa en muchos casos y que se encuentran en riesgo de abandono prematuro ante la ausencia de competici¨®n a causa de la pandemia del COVID-19. Ibbou la lee en un v¨ªdeo con im¨¢genes de su carrera en el que le pide al finalista del ¨²ltimo Abierto de Australia "respeto" por los "sacrificios" que hacen estos tenistas que sobreviven entre los top y los j¨²niors y/o semiprofesionales, grupo al que pertenece la norteafricana y que depende en gran medida del programa de alivio que han puesto en marcha los ¨®rganos de gobierno del tenis (ATP, WTA, ITF y los cuatro Grand Slams). "Jugadores como t¨² me hacen aferrarme a mi sue?o. Por favor, no lo estropees", le ruega Ibbou.
Lo cierto es que Thiem fue duro al opinar sobre una iniciativa que parti¨® de sus propios compa?eros del top-100, encabezados por el Big Three que forman Federer, Nadal y Djokovic. "Ninguno de estos jugadores mal clasificados est¨¢ luchando por sobrevivir", replic¨® Dom en una entrevista del Kronen Zeitung. "Durante todo el a?o, veo muchos que no dan todo al tenis. Muchos no son muy profesionales. No veo por qu¨¦ deber¨ªa darles dinero", insisti¨®.
El v¨ªdeo de Ibbou, en el que narra las complicadas vicisitudes de su devenir en el deporte de la raqueta, resulta estremecedor. Por eso, por su profundidad e inter¨¦s, reproducimos aqu¨ª el contenido ¨ªntegro de sus palabras:
"Querido Dominic, despu¨¦s de leer tu ¨²ltima declaraci¨®n, me preguntaba cu¨¢l habr¨ªa sido mi carrera y, por lo tanto, mi vida, si hubiera estado en tu lugar. Me imagin¨¦ c¨®mo habr¨ªa sido tener padres que fueran maestros de tenis cuando toqu¨¦ una raqueta por primera vez, a la edad de 6 a?os, y de inmediato me enamor¨¦ de ella. Como crec¨ª en las afueras de Argel, en una familia muy modesta, con padres que no ten¨ªan absolutamente nada que ver con el mundo del tenis, no puedo evitar pensar que podr¨ªa haber tenido ayudar. Pero no te culpo.
Y dej¨¦ de pensar en eso, porque despu¨¦s de todo, no elegimos d¨®nde nacemos. Ahora me doy cuenta de la suerte que tengo de tener padres como los m¨ªos, que amo m¨¢s que nada y que no cambiar¨ªa por nada en el mundo. Ya sabes, en un pa¨ªs como el m¨ªo, no es f¨¢cil para una mujer ser una atleta de alto nivel. No puedo agradecer lo suficiente a mis padres por su apoyo y todos los sacrificios que han hecho para poder perseguir mi sue?o.
Si tan solo supieras, Dominic...
Al menos puedes contar con las instalaciones locales. ?Uy! ?Sab¨ªas que, en Argelia, los torneos juveniles de la ITF son muy, muy raros y que no existe el m¨¢s m¨ªnimo torneo de la ITF, ATP o WTA? ?Que no hay un solo entrenador en el circuito internacional? ?Que no hay la m¨¢s m¨ªnima cancha cubierta? No s¨¦ c¨®mo fue para ti, pero para nosotros, all¨ª, llueve durante una semana, trabajamos nuestro rev¨¦s... en el gimnasio. Y ni siquiera estoy hablando de la calidad de las instalaciones o las canchas... Ni siquiera sab¨ªamos en qu¨¦ superficie est¨¢bamos jugando. ?Es hierba? ?Es arcilla? "?frica", como dicen.
Pero no me malinterpretes. Eso no me impidi¨® construir mi propio camino y ser una de los mejores jugadores del mundo con 14 a?os. Gan¨¦ mis primeros puntos WTA al ganar un 10.000 a la misma edad. Bastante impresionante, ?verdad? Al igual que t¨², llegu¨¦ a la cima del ranking j¨²nior. No entre los 10 primeros, la 23? del mundo. No est¨¢ mal para una mujer africana, ?verdad? Era tan improbable que muchos periodistas me llamaron "el milagro del tenis". ?No es broma! Muy pocos j¨®venes africanos lo han hecho antes que yo, dijeron. Y ninguno en mi pa¨ªs. Si hubiera estado en su mundo m¨¢gico en ese momento, probablemente habr¨ªa atra¨ªdo la atenci¨®n de muchos patrocinadores y la federaci¨®n me habr¨ªa cuidado. Pero no sucedi¨® as¨ª. ?Patrocinadores, dices? ?Adidas? ?Nike? ?Wilson? ?Prince? ?Head? ?Ni siquiera existen en Argelia! Adem¨¢s de algunos equipos y apoyo de peque?as empresas locales, solo recib¨ª el m¨ªnimo para cubrir mi participaci¨®n en los Grand Slams j¨²nior. Y sabes, en ?frica, el presupuesto para un atleta rara vez termina en su cuenta bancaria, si sabes a lo que me refiero... Me preguntaba qu¨¦ podr¨ªa haber cambiado para m¨ª en ese momento si hubiera estado en tu c¨ªrculo inmediato.
Si hubiera compartido el mismo entorno, las mismas reglas. Como poder decidir cu¨¢ndo es el mejor momento para ingresar al circuito profesional. Nadie sabe nada al respecto en Argelia. Si hubiera tenido un presupuesto razonable, ?qu¨¦ impacto habr¨ªa tenido en mi carrera? ?Hubiera cambiado toda mi vida! Aprecio el d¨ªa en que puedo darles un regalo a mis padres. Sue?o con este d¨ªa... El mejor jugador del pa¨ªs, en la cima del ranking j¨²nior, pero ni un centavo en el bolsillo. Es ir¨®nico, ?no te parece? No estoy seguro de que hubiera sucedido as¨ª en su pa¨ªs o en cualquier otro europeo. Pero eso no me detuvo. Cuando todo se estaba desmoronando y empuj¨¢ndome hacia el final de mi carrera, tuve la suerte de recibir una mano amiga. Personas que me cuidaron, que me proporcionaron las necesidades b¨¢sicas: comida y un lugar para dormir. Algunos me ayudaron proporcionando equipos gratuitos, otros con trabajo f¨ªsico. Mi situaci¨®n era desesperada. Pero volv¨ª al camino correcto y logr¨¦ pasar a los profesionales. Lamentablemente, me lesion¨¦ en el peor momento posible. Para cuando la ITF cambi¨® sus reglas. No estoy seguro de que realmente te haya afectad... Los recursos financieros son la clave para ponerse en forma. Realmente pude verlo entonces. Pero, de nuevo, no me detuvo. A pesar de todas las dificultades, logr¨¦ volver al ranking de la WTA. Hoy tengo 21 a?os y estoy en el lugar n¨²mero 600 del mundo. ?Todav¨ªa espero hacer realidad el sue?o por el cual sacrifiqu¨¦ mi infancia, mi educaci¨®n, mi adolescencia, mi vida familiar, mis amigos, mi dinero, cumplea?os, vacaciones, toda mi vida!
Dominic, d¨¦jame preguntarte: ?C¨®mo es dar un regalo a tus padres? ?C¨®mo es verlos m¨¢s de una vez al a?o? ?Celebrar tu cumplea?os con ellos? Ni siquiera recuerdo el ¨²ltimo aniversario que celebr¨¦ con mis seres queridos... S¨ª, todos estos sacrificios son parte del juego, pero lo que pase en la pista debe decidir el resultado de mi carrera, no mis recursos financieros. Es totalmente injusto. Lo trato todos los d¨ªas, sin quejarme. Lucho constantemente, en silencio.
Querido Dominic, a diferencia de ti, muchos comparten mi realidad. Solo un recordatorio: no es gracias a su dinero que hayamos sobrevivido hasta ahora, y nadie le pidi¨® nada. La iniciativa vino de jugadores generosos que inmediatamente mostraron compasi¨®n, con clase. Jugadores que quieren difundir la solidaridad y encontrar soluciones para cambiar las cosas. Campeones en todas las circunstancias. Dominic, esta crisis inesperada nos sumerge en un per¨ªodo delicado y revela la verdadera naturaleza de las personas. Ayudar a los jugadores es ayudar al tenis a sobrevivir. Este juego es noble.
El significado del deporte es distinguir a los m¨¢s talentosos, los m¨¢s tenaces, los m¨¢s trabajadores, los m¨¢s valientes. ?A menos que quieras jugar solo en la cancha? Dominic, te lo dije, no te pedimos nada. Excepto por un poco de respeto por nuestros sacrificios. Jugadores como t¨² me hacen aferrarme a mi sue?o. Por favor, no lo estropees.
Ines Ibbou¡±.