Vengador Federer bate a Nadal
Federer gan¨® a Nadal sobre la hierba de Wimbledon poco m¨¢s de un mes despu¨¦s de su derrota contra el espa?ol en Roland Garros. Jugar¨¢ la final contra Djokovic.
El cap¨ªtulo 40 de la legendaria rivalidad entre dos de los mejores jugadores de la historia del tenis, Rafa Nadal y Roger Federer, termin¨® con venganza del segundo, que se tom¨® la revancha de la derrota en semifinales de Roland Garros hace poco m¨¢s de un mes y venci¨® en las de Wimbledon por 7-6 (3), 1-6, 6-3 y 6-4 en tres horas y dos minutos. El domingo (15:00, #Vamos) se enfrentar¨¢ a Novak Djokovic en busca de su noveno t¨ªtulo en el torneo en el que m¨¢s brilla, que ser¨ªa el 21? de Grand Slam para ¨¦l. Otro baile con casi 38 a?os.
No fue m¨¢s brillante este partido que el de hace once a?os en el mismo escenario, para muchos el mejor de la historia, aquella final ¨¦pica que gan¨® Nadal en 2008. Pero el disfrute de ver a estos dos astros en acci¨®n es siempre indiscutible. El balance particular sigue siendo favorable al balear (24-16, 1-3 en el All England Club), que pierde una gran oportunidad de acortar al m¨¢ximo la distancia que le separa del de Basilea en grandes trofeos (ahora est¨¢n 20-18). Serio, y tan rocoso como su adversario, Sir Roger permaneci¨® casi inmutable durante todo el encuentro para conseguir entrar por 31? vez en el partido por el t¨ªtulo de un major, duod¨¦cimo en la que se considera 'su casa'. Espa?a se levant¨® pensando en una so?ada final nacional en Wimbledon para acostarse despu¨¦s sabiendo que ni Nadal ni Bautista consiguieron estar en ella. Otra vez ser¨¢.
Federer gan¨® el primer punto del choque con un saque directo (sum¨® 14) y Nadal se apunt¨® el primer intercambio extenso, reflejo de dos maneras diferentes de ver el tenis. Al suizo no le interesa alargar los puntos, todo lo contrario que al espa?ol, que necesita ritmo para dominar. Al principio se impuso el estilo de Roger (51 golpes ganadores a la postre), con muchos juegos en blanco y puntos gratis, y no fue hasta el octavo cuando apareci¨® el de Nadal, que salv¨® la primera bola de quiebre que tuvo en contra. Se preve¨ªa un desempate por la seguridad con la que ambos se movieron al servicio y as¨ª fue. Nadal se adelant¨® dos veces con minibreaks y un puntazo tras una dejada, pero Federer reaccion¨® y se llev¨® la primera inyecci¨®n de moral del duelo.
Nadal necesitaba algo y le benefici¨® que bajara el porcentaje de primeros saques de su oponente. Los restos le llegaban muchas veces a los pies tras adelantarse despu¨¦s de servir y se los quitaba de encima con mucha habilidad. Avis¨® en el segundo juego del segundo set con su primera opci¨®n de rotura y tras salvar luego dos en contra por fin rompi¨® el turno del helv¨¦tico. No mejor¨® este sus prestaciones sacadoras y volvi¨® a ver c¨®mo Nadal le quebraba, directo a un 6-1 que era el sexto que le endosaba a su enemigo en 40 enfrentamientos.
La suerte del partido parec¨ªa favorecer al balear, quien sin embargo comprob¨® para su desgracia que Federer mejoraba sacando y le aguantaba muy bien desde el fondo, con un aplomo quiz¨¢ inesperado. En estas, con un grand¨ªsimo tanto, Roger tom¨® ventaja (3-1) y no la solt¨® ya hasta poner un dos en su casillero de sets.
Desenlace
Pintaban bastos para Rafa, m¨¢s a¨²n cuando perdi¨® de nuevo su servicio en el arranque del cuarto parcial (1-2). Adem¨¢s, no ve¨ªa la manera de volver a hacer da?o al resto ante un contrario que minimiz¨® los errores. Con 5-3 en contra, salv¨® dos puntos de partido por coraje y dignidad, acort¨® hasta el 5-4 y se fue corriendo a su silla, pensando en c¨®mo evitar lo que parec¨ªa inevitable. Puso todo su deseo en el intento de un modo sobrecogedor ("Estoy exhausto, Rafa ha hecho magn¨ªficos golpes para mantenerse en el partido", dijo el suizo) y estuvo cerca, con bola de break, pero no era su d¨ªa ni la hierba la mejor superficie para volver a ganar a su gran rival. Ya no pudo sortear la quinta bola de final. Env¨ªo un drive al fondo de la pista que se march¨® fuera y ah¨ª se acab¨® la historia. Puede que no haya m¨¢s entre ellos, pero llevamos mucho tiempo dici¨¦ndolo y ah¨ª siguen.