?Qui¨¦n es Kyrgios, el 'bad boy' que ha dejado de hacer gracia?
Fue sancionado por la ATP tras ser descalificado en Roma. Con talento para ganar un 'grande', se ha dormido en pista, ha faltado el respeto a compa?eros...
Nick Kyrgios ha dejado de ser otro gracioso, y hasta atractivo, 'bad boy' para convertirse en un molesto grano para la ATP. El australiano (24 a?os y 36 del ranking) ha colmado el vaso en el Masters 1.000 de Roma. En su partido de segunda ronda ante Casper Ruud, y tras sufrir un break, que pon¨ªa el marcador en 3-6, 7-6 y 1-1, comenz¨® a discutir con el juez de silla, quien decret¨® un 'penalty game' que significaba el 2-1. Inmediatamente, estrell¨® la raqueta, la emprendi¨® a patadas con una botella de agua y, cuando parec¨ªa calmarse tras haberse enfrentado tambi¨¦n al supervisor, cogi¨® una silla de su banquillo y la lanz¨® al centro de la pista. Se colg¨® su raquetero, salud¨® a su rival y se fue. El juez lo descalific¨®.
"Le falta un poquito de respeto hacia el p¨²blico, hacia el rival y hacia s¨ª mismo tambi¨¦n", dijo Rafa Nadal tras perder contra ¨¦l en Acapulco y aguantar feos gestos del 'aussie'. "Es un jugador que tiene un talento descomunal, para ganar un Grand Slam y para estar luchando por las primeras posiciones del ranking... por algo est¨¢ donde est¨¢", sigui¨® el campe¨®n de 17 grandes. En 2014, se hab¨ªa atrevido a clavarle un 'tweener' (golpe entre las piernas y de frente) en la Central de Wimbledon.
"El problema que tiene es el miedo a competir, a fracasar", ha dicho de ¨¦l John McEnroe, el genuino 'bad boy', que a la edad actual de Kyrgios (24) ya hab¨ªa conquistado cinco de sus siete Grand Slams. "Puede vencer a cualquiera, pero debe querer hacerlo y ser consistente; desafortunadamente, no est¨¢ sucediendo", apunta.
Kyrgios lleg¨® a estar 13? del mundo en octubre de 2016, ha ganado cuatro t¨ªtulos y ha alcanzados cuartos en Australia y Wimbledon. Demasiado poco para el runr¨²n que tra¨ªa. Cay¨® muy bajo cuando se dej¨® ganar puntos por Mischa Zverev en Shangh¨¢i 2016, lo que le acarre¨® una suspensi¨®n de ocho semanas y la recomendaci¨®n de que visitara al psic¨®logo. No le sirvi¨® de mucho.
Se ha metido con Nadal, esta misma semana ha atizado a Djokovic ("quiere gustar tanto que no lo soporto"), a Verdasco ("es la persona m¨¢s arrogante de la historia") y ofreci¨® su trasero a Medvedev en un resto en primera ronda... Sus desplantes vienen de lejos: provoc¨® a Wawrinka en pista ("Kokkinakis se acost¨® con tu novia"), se enfrent¨® a su federaci¨®n, rompi¨® tres raquetas en diez segundos, se qued¨® dormido en un intercambio contra Murray, hizo el gesto de masturbarse con una botella en Queens... "No me gusta el tenis, prefiero el baloncesto", ha llegado a confesar. Quiz¨¢ sea ese su gran problema.
Demasiadas faltas ya para un tenista al que la ATP le tiene en 'libertad vigilada'. La sanci¨®n de 20.000 euros no ha sido ejemplar.