Djokovic fulmina a Nadal y gana en Australia por s¨¦ptima vez
El serbio (31 a?os) derrota en tres sets al espa?ol y llega a los 15 Grand Slams, dejando a Nadal (32) en 17. El n¨²mero uno s¨®lo cometi¨® nueve errores no forzados.
Novak Djokovic subi¨® al s¨¦ptimo cielo en Australia y dej¨® a Rafa Nadal en la tierra, convertido en humano. Le derrot¨® por un brutal e inesperado 6-3, 6-2 y 6-3 en 2h:04. El duelo en Melbourne se presentaba entre dos tenistas, el n¨²mero uno y el dos, en plenitud. La tensi¨®n bull¨ªa en la Rod Laver Arena. Se anunciaba una final salvaje, pero acab¨® con una sensaci¨®n de decepci¨®n porque el guerrero balear no logr¨® plantear batalla. "No ha sido mi noche", reconoci¨® lac¨®nico al final, aunque tambi¨¦n dej¨® un mensaje: "Voy a seguir trabajando para tener m¨¢s oportunidades en el futuro, por mejorar cada d¨ªa". El reto es el serbio, que le hace tanto da?o (28-25 domina el balance) como ¨¦l le hac¨ªa a Federer.
El espa?ol, que no disputaba por lesiones un partido oficial desde el pasado 7 de septiembre, lleg¨® al abierto oce¨¢nico sin rodaje pero exhibi¨® un tenis mejorado y letal al saque por las modificaciones que se atrevi¨® a llevar a cabo. Su mejor versi¨®n en pista dura. El serbio, por su parte, se hab¨ªa reencontrado el a?o pasado con un final de campa?a excelso en el que se llev¨® Wimbledon y el US Open. De fondo, estaba tambi¨¦n la carrera por acosar a Roger Federer como tenista con m¨¢s 'grandes' de la historia (20). Pues bien, Nadal perdi¨® la oportunidad de recortar y seguir¨¢ con 17 y el balc¨¢nico se sit¨²a con 15, a dos del espa?ol y a cinco del helv¨¦tico. Djokovic, sin tacha, se convierte en el tenista con m¨¢s Abiertos de Australia de la historia con siete, desempatando con Roy Emerson y Federer.
Un dato resumi¨® el primer set: Nadal s¨®lo gan¨® un punto al resto. No consigui¨® incomodar al serbio, que en un parpadeo (en el segundo juego) consigui¨® una rotura y se dispar¨® hacia el 6-3 en 36 minutos. Mientras el n¨²mero uno sali¨® enchufado, el dos no compareci¨® y se vio abrumado por los golpes del de Belgrado, que parec¨ªa deslizarse sobre patines de lado a lado. Enfrente, el balear no supo encontrar el ritmo y se consumi¨® con 11 errores no forzados, desdibujado y romo. En 15 d¨ªas no hab¨ªa perdido una manga, llegaba limpio al partido decisivo, y en un plis-plas, como un directo a la mand¨ªbula, Djokovic le dej¨® aturdido. Se juntaron dos cosas, Nole sigui¨® con el nivel que exhibi¨® ante Pouille en la semifinal y Nadal, con sensaciones raras, no alcanz¨® ni de lejos el que ven¨ªa mostrando en Melbourne. Su principal problema fue ¨¦l, no domin¨® ni con su servicio ni le corri¨® el drive desde el fondo.
Djokovic, que el s¨¢bado mostr¨® un v¨ªdeo bromeando relajado en la playa, se present¨® en el episodio 53 de la rivalidad m¨¢s repetida del tenis en la Era Open con la credencial y el peso de haber logrado siete victorias en los ¨²ltimos enfrentamientos en pista dura frente a Nadal. Pero sobre la hierba de Wimbledon el a?o pasado, el espa?ol s¨®lo se hab¨ªa rendido con un 10-8 en el quinto set y las sensaciones hasta semifinales en Melbourne hab¨ªan sido inmejorables. Se esperaba un arranque de furia y de ¨¦pica de Nadal en la segunda manga, pero lo que se encontr¨® fueron dos breaks. S¨®lo arranc¨® cinco puntos al serbio al resto.
Carlos Moy¨¢, desde su box, jaleaba cada fogonazo de su pupilo en busca de una reacci¨®n. Hab¨ªa que resucitar el esp¨ªritu indomable que ha marcado toda la carrera de Nadal. Mas la ventaja para Djokovic era ya demasiado amplia, pr¨¢cticamente inalcanzable. A¨²n tuvo Rafa una bola de rotura en el tercer set cuando iba un break abajo. No la consolid¨® y todo se precipit¨®. Gan¨® Nole con 6-3. S¨®lo cometi¨® nueve errores no forzados por los 28 de Nadal, que apenas hizo 21 golpes ganadores y gan¨® un 51% de puntos con primeros saques cuando el servicio hab¨ªa sido la llave de su gran torneo. Nunca, en 25 finales de Grand Slam, se hab¨ªa marchado Nadal sin apuntarse un set?. En Melbourne fue otra historia. Djokovic sonri¨®, se arrodill¨® y rugi¨® al cielo de Melbourne, feroz. Con 31 a?os, uno menos que el balear, grit¨® que va a luchar por ser el m¨¢s grande de la historia.