Un desempate hist¨®rico

Hay algo que ha chirriado en este Mundial de rugby desde su arranque, all¨¢ por el lejano 8 de septiembre, que ha sido enfrentar a las cuatro primeras selecciones del ranking en la fase de grupos y en los cuartos de final. El cruce diab¨®lico conden¨® a la eliminaci¨®n a dos de los principales favoritos. Ya saben: Irlanda y Francia. Y pintaron unas semifinales presumiblemente m¨¢s flojas y menos igualadas que los propios cuartos. El choque del viernes confirm¨® ese presagio: Nueva Zelanda pas¨® el rodillo sobre Argentina (44-6). Pero no ocurri¨® igual en el duelo de este s¨¢bado, en el que Inglaterra sac¨® el orgullo del ¨²nico equipo del Hemisferio Norte campe¨®n para poner contra las cuerdas a Sud¨¢frica, que sud¨® tinta para voltear el resultado con un golpe de castigo transformado por Pollard a falta de dos minutos (16-15), en una reedici¨®n de la final de 2019 que tambi¨¦n se anotaron los Springboks.

Es verdad que el sorteo del campeonato se celebr¨® hace tiempo, en diciembre de 2020, y que entonces la Rosa figuraba como el segundo equipo del planeta, pero eso no cambia demasiado la incoherencia del cuadro. Es un consuelo, al menos, que Inglaterra haya animado las semifinales con un Farrell disfrazado de Wilkinson. Y tambi¨¦n que se nos haya quedado un te¨®rico partidazo en la lucha por el t¨ªtulo, el pr¨®ximo s¨¢bado 28, un clasicazo que nos transporta, inevitablemente, a aquel legendario duelo de Johannesburgo en 1995, a las im¨¢genes de Nelson Mandela que algunos recordar¨¢n con su propio rostro y otros con la cara cinematogr¨¢fica de Morgan Freeman en Invictus. Los Springboks y los All Blacks no han vuelto a rivalizar por el dominio mundial desde entonces, pero cada uno ha seguido un camino fecundo hasta coronarse en la cima de esta competici¨®n, donde brillan igualadas a tres trofeos. Ser¨¢ un desempate hist¨®rico. Y s¨®lo quedar¨¢ un tetracampe¨®n.

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