Su apellido evoca a porter¨ªa y guantes. Su nombre completo es cloro y piscina. I?igo Llopis se sumergi¨® en la nataci¨®n por prescripci¨®n m¨¦dica con 10 a?os, despu¨¦s de una lesi¨®n en el f¨¦mur jugando al f¨²tbol, pero pronto le atrap¨®. Brazada a brazada ha ido salvando obst¨¢culos en su vida. Naci¨® con una malformaci¨®n en el brazo y la pierna, lo que le llev¨® al quir¨®fano hasta en quince ocasiones. Eso no le impidi¨® coquetear con el balonmano, el baloncesto y el f¨²tbol. Era guardameta. L¨®gico, teniendo en cuenta que su padre es Luis Llopis, el entrenador de porteros del Real Madrid. De ah¨ª que tenga un amuleto muy especial, un colgante en forma de tabla de surf, regalo de Keylor Navas. Siempre le acompa?a, como ese gesto de santiguarse antes de cada competici¨®n. Le trae suerte. Con una pizca de ella, por la sanci¨®n antidopaje a Rusia, lleg¨® a los Juegos de R¨ªo. Se vino de vac¨ªo, aunque Zidane estuvo pendiente de ¨¦l.

Despu¨¦s, una grave lesi¨®n casi le cuesta la pierna derecha y le dej¨® KO cerca de dos a?os. No se rindi¨®. Se aferr¨® a esa frase sobre la que pivota su vida: la fuerza del querer. Esa que le llev¨® a levantarse y colgarse una plata en Tokio. Ahora mira a Par¨ªs con la misma ilusi¨®n y ambici¨®n. No faltar¨¢ la canci¨®n de No hay tregua de Barricada para motivarse, ni alguna partida a la Play... Tampoco su amuleto, porque I?igo es Pura Vida.

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