La WM de Guardiola y el miedo del Real Madrid
El t¨¦cnico del Manchester City trajo de vuelta el ofensivo sistema 3-2-2-3 para someter a un rival obsesionado con Haaland que se empaquet¨® todo el partido en una defensa de seis
Mi padre, que vivi¨® aquel f¨²tbol de antes de la guerra con dos defensas, tres medios y cinco delanteros, abominaba las t¨¢cticas defensivas que nos abrumaron en los sesenta, contagiadas desde Italia. Auguraba que llegar¨ªa el momento en que al pitar el ¨¢rbitro el saque los dos equipos se replegar¨ªan a toda prisa sin llegar siquiera a sacar de centro.
Lo evoqu¨¦ el otro d¨ªa. Sac¨® el City, si recuerdan, creo que por medio de G¨¹ndogan, con una patada hacia su portero (eso de sacar hacia atr¨¢s es uno de los absurdos del nuevo testamento) y el Madrid respondi¨® a la maniobra repleg¨¢ndose con rapidez. Desde ese instante me pareci¨® irreconocible. Siempre he tenido como una de las condiciones caracter¨ªsticas del Madrid aquella osad¨ªa distefanista, ¨²nico de lo que el genio argentino presum¨ªa, siempre citando el Mart¨ªn Fierro, su lectura favorita. ¡°Yo soy toro en mi rodeo y torazo en rodeo ajeno¡±.</p><p class=¡°¡±>
Obsesionado por Haaland, el Madrid se empaquet¨® todo el partido en una defensa de seis, con Valverde y Kroos intercalados entre los centrales y los laterales para cerrar espacio. Cuando quer¨ªan salir, ten¨ªan s¨®lo tres referencias posibles a Rodrygo, Modric y Vinicius (Benzema quedaba descolgado arriba) rodeados de cuatro medios y dos laterales citizens. Porque Guardiola ha redescubierto la WM, la t¨¢ctica que lanz¨® Chapman en 1928 para sustituir el viejo 2-3-5 para compensar el cambio de la norma del fuera de juego, que pas¨® de exigir tres hombres entre el atacante adelantado y la l¨ªnea de fondo a dos.
WM, 3-2-2-3, ya olvidada. Vicente Verd¨², en su genial F¨²tbol: mitos, ritos y s¨ªmbolos la defin¨ªa como la armon¨ªa perfecta, el orden sabio de las cadenas de montaje tayloristas de la era industrial en que naci¨®. Guardiola (ya lo hizo en el Bernab¨¦u) adelant¨® al central Stones para que formara media con Rodri, pr¨®ximos ambos los interiores De Bruyne y G¨¹ndogan, componiendo lo que en su d¨ªa se llam¨® el cuadrado m¨¢gico. Arriba, dos extremos muy abiertos y ese pedazo de delantero centro en medio. Aquella t¨¢ctica revolucion¨® el mundo. Aqu¨ª, entre nuestra guerra y despu¨¦s la de todos, no nos enteramos salvo por el sabio zorro Benito D¨ªaz, que pas¨® las dos guerras en Burdeos y trajo la novedad a la Real. Pero no se le hizo caso hasta que vino el San Lorenzo de Almagro en 1947 y, WM mediante, peg¨® tales ba?os por toda nuestra geograf¨ªa que la Federaci¨®n emiti¨® una circular obligando a todos los equipos a jugarla.
Ahora vuelve de la mano de Guardiola, bien que s¨®lo cuando su equipo ataca (no me gusta lo de ¡°en fase ofensiva¡±); cuando defiende, Stones ocupa su plaza de central. Ya Cruyff utiliz¨® el 3-4-3, tra¨ªdo del Ajax, pero en su caso con rombo: medio centro (Guardiola justamente), dos interiores y mediapunta, no con aquel viejo cuadrado m¨¢gico.
Me gust¨® este retorno al tiempo cl¨¢sico por lo que tiene de audacia y de recuperaci¨®n del viejo sabor del f¨²tbol de ataque, que tanto a?oraba mi padre. Su 2-3-5 se ha convertido con frecuencia en 5-3-2, y hasta vemos en ocasiones 5-4-1. El Madrid fue m¨¢s all¨¢ en el Etihad, donde lo que yo vi fue un 6-3-1 remol¨®n sin ganas de salir, declaradas desde el pitido inicial con ese repliegue que tuvo aires de <i>espant¨¢</i> de torero afligido. En el Bernab¨¦u, Guardiola tambi¨¦n atac¨® en 3-2-2-3 y el Madrid le esper¨® igual, pero al menos hubo audacia y acierto para salir, quiz¨¢ porque la imponente planta de Rudiger se tom¨® como ant¨ªdoto apropiado para frenar a Haaland. O porque el equipo no meti¨® tant¨ªsimo el culo en la porter¨ªa. Pero lo del Etihad fue otra cosa.
A los osados favorece la fortuna, reza un viejo proverbio. Osado fue y es Guardiola, que verdaderamente disfruta de buenas cartas pagadas a precio de oro, pero las aprovecha porque sabe jugarlas. El Madrid jug¨® a que no pasara nada, y eso no es. Respecto a Haaland, si no marc¨® fue gracias a Courtois. Pero aun sin marcar decidi¨®, porque fue la kriptonita que paraliz¨® al Madrid.