A vueltas con las cabras de Madrid

Desde 2016 venimos denunciando las graves consecuencias de la paralizaci¨®n del Plan de Gesti¨®n de la cabra mont¨¦s en el Parque Nacional de Guadarrama, aportando estudios cient¨ªficos que avalan la necesidad de reducir en un 50% las poblaciones de cabra en el parque, para recuperar las especies vegetales que hemos perdido y tambi¨¦n prevenir la posible aparici¨®n de enfermedades, fruto de la superpoblaci¨®n de esta especie caprina.

Ese mismo a?o, la Comunidad de Madrid decidi¨® reducir a la mitad la poblaci¨®n de cabras, encargando la matanza a guardas y cotos de caza de la zona. Un plan que tumbaron los tribunales tras la denuncia de Pacma.

Ahora, y despu¨¦s de seis a?os, el Gobierno regional ha elaborado un nuevo plan de gesti¨®n, que est¨¢ a punto de publicar, que pretende reducir en cinco a?os, a la mitad, las m¨¢s de 6.200 cabras que viven en Guadarrama. Tiempo han tenido para elaborarlo, desde luego.

Cabe recordar que apenas quedaban ejemplares de cabra montesa en Guadarrama cuando, en 1990, se reintrodujeron ejemplares procedentes de la Sierra de Gredos y de Las Batuecas. La repoblaci¨®n, a los hechos me remito, fue un ¨¦xito total. En pocos a?os se produjo lo contrario: la superpoblaci¨®n.

El nuevo plan priorizar¨¢ la ?extracci¨®n en vivo? de ejemplares para repoblar otras zonas. En este caso se contempla su caza pero no como actividad deportiva. Tiene ¡°guasa¡± la cosa.

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La poblaci¨®n actual es de 6.293 ejemplares (38 cabras por kil¨®metro cuadrado), cuando la cantidad ideal de cabras en esa superficie es de 11,57 ejemplares/km².

Como soy madre, voy a emplear una frase t¨ªpica y recurrente en nuestra condici¨®n: ¡°?Te lo dije!¡±. Donde comen 4 no comen 6. ?Que no! ?Y han tardado 6 a?os, 6, en pensar en una ¡°opci¨®n B¡±? Ahora, ?c¨®mo solucionamos este desastre ambiental que ha afectado a la flora protegida y a la propia fauna? Las superpoblaciones conllevan una autorregulaci¨®n de especies en forma de enfermedades como la sarna. ?Os lo dije!

Desde la Consejer¨ªa de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid adelantan que el modelo de ?extracci¨®n mixta contar¨¢ con el apoyo o colaboraci¨®n de sociedades locales, debido al gran conocimiento que tienen del territorio, y de asociaciones expertas en caza para que, bajo la direcci¨®n del equipo t¨¦cnico del Plan Nacional de la sierra de Guadarrama, formen parte del control de la especie?. Las capturas en vivo para repoblar se vienen haciendo desde 2010 con un total de 600 cabras extra¨ªdas del entorno protegido.

El Gobierno auton¨®mico pretende con este nuevo plan de gesti¨®n ?ir mitigando los da?os y lograr en la etapa final una pir¨¢mide poblacional m¨¢s racional?.

As¨ª, por encima, de verdad, ?de d¨®nde saldr¨¢n los gastos que genera la extracci¨®n? De tu bolsillo y del m¨ªo. Y estoy pensando en alto: ?si en vez de tener que gastar pudieran ingresar? Si, adem¨¢s, digo yo: ?permitieran que se practique la caza deportiva que genera centenares de miles de euros? Dinero que detraemos de necesidades b¨¢sicas, frente a dinero que generar¨ªamos para invertir en educaci¨®n o despoblaci¨®n, por ejemplo. Me reitero, es un desprop¨®sito.

La cabra montesa es un emblema cineg¨¦tico en nuestro pa¨ªs, que atrae a cazadores de otros pa¨ªses (lo que se traduce en ingresos). La caza de esta especie en nuestro pa¨ªs es m¨¢s que necesaria. La expansi¨®n de la cabra hisp¨¢nica ha evolucionado de forma excepcional, sin lugar a dudas, pero un control de sus poblaciones es justo y necesario.

Am¨¦n.