Modric y la marmita de Ob¨¦lix
Modric no proviene de una peque?a aldea gala formada por guerreros irreductibles, pero lo parece. Desafiando todas las teor¨ªas que dictan que un tipo con su edad y jugando en un puesto de tanto desgaste ya no puede rendir al m¨¢ximo, est¨¢ demostrando que con empe?o, solidaridad y una mentalidad de juvenil que se quiere comer la hierba, todo es posible. Ante todos los agoreros que llevan pronosticando desde el pasado verano que su f¨ªsico no iba a aguantar, Luka sale casi a recital por partido.
Y no solo destaca por su enorme calidad, tambi¨¦n lo hace por kil¨®metros recorridos y por su capacidad de sufrimiento cuando toca remangarse y correr tras el bal¨®n. Los que mejor le conocen afirman que la devoci¨®n que siente por su profesi¨®n le lleva a cuidarse como un monje: no perdona un entrenamiento, lleva una dieta espartana y mide escrupulosamente su tiempo de recuperaci¨®n. El resto lo ponen su talento y una mentalidad privilegiada para saber dar un paso al frente cuando a los dem¨¢s les tiemblan las canillas.
Tener un tipo como Modric en tu plantilla es un seguro de vida en el c¨¦sped y el mejor ejemplo que pueden encontrar los nuevos del vestuario. No se ha criado en Valdebebas, pero lo parece. Representa como pocos los valores m¨¢s preciados por la afici¨®n m¨¢s exigente del mundo: talento, humildad, sacrificio, compa?erismo... Se ha ganado su renovaci¨®n y el club est¨¢ obligado a ser generoso con un futbolista irrepetible e intentar que acabe aqu¨ª su carrera. El Madrid se fija en los mejores y vendr¨¢n futbolistas muy buenos pr¨®ximamente, pero todos lo van a tener dif¨ªcil para superar el legado de un superdotado con pinta de tipo normal.