Mitolog¨ªa
Es dif¨ªcil para cualquiera opinar sobre la temporada del Bar?a sin caer en los excesos, se alternan luces y sombras con tanta intensidad y rapidez que parece una trama de telenovela. Mientras debat¨ªamos sobre si la brillante reconstrucci¨®n del Bar?a era por Xavi o por los fichajes, se cay¨® el invento. Ahora discutimos sobre las causas del fracaso, como en oto?o, con Koeman y el vac¨ªo por la marcha de Messi. Qu¨¦ confusi¨®n.
El hecho de que el doctor Pruna se lesione al salir del banquillo para atender a un jugador abunda en el absurdo no ya del an¨¢lisis, sino del devenir del club cul¨¦. Que el mejor momento de la temporada antecediera a este nuevo declive hace pensar que hay que pedir perd¨®n por aquel abuso en el Bernab¨¦u.
Podemos argumentar que reapareci¨® la complacencia, se sintieron buenos y dejaron de correr, que se justific¨® peligrosa y lamentablemente la temporada con aquel triunfo, como anta?o, o que la reconstrucci¨®n tardar¨¢ m¨¢s tiempo del pensado hace tan solo un mes. Pero la verdad la encontraremos cerca de las lecciones que ofrece la mitolog¨ªa de dioses antiguos, tan llenos de humanos defectos. Castigaron al Bar?a cuando vendi¨® el campo a los turistas con la suprema invasi¨®n de la hinchada alemana, demostrando que entregarse al dinero es perder el foco. Tampoco es que el Bar?a sea anticapitalista, pero cuando ha sacado la chequera le ha salido mal.
La ¨²ltima lecci¨®n la ha representado el Madrid, que ha desanimado al Bar?a mostrando lo que este carece: la determinaci¨®n, la resistencia a la derrota y, sobre todo, la calidad de las piezas maestras de su equipo. Es duro comparar una tarde fea en Frankfurt con remontadas gloriosas contra PSG o Chelsea. No nos enga?emos, el Bar?a no dispone de un jugador que llegue donde no lo hace el juego, como en el pasado reciente y como tiene el Madrid. No hay lucha m¨¢s ¨¦pica que la del h¨¦roe que desaf¨ªa a los dioses: normalmente pierde. Sobre todo cuando estos est¨¢n motivados porque no quieren salir en m¨¢s audios este verano.