Por las lesbianas invisibles
En el mundo existen miles de problemas y uno de tantos es la lesbofobia. El rechazo a las mujeres que no viven la vida como la mayor¨ªa. Sin embargo, es innegable la naturalidad que le dan las futbolistas lesbianas a este asunto. En el partido Suecia-Canad¨¢ del Mundial de Francia que clasificaba a las suecas a cuartos, la defensa Magdalena Eriksson, al terminar el partido, como cualquier otro futbolista, fue corriendo a la grada a encontrarse con su pareja, la tambi¨¦n futbolista Pernille Harder, d¨¢ndole un beso para celebrar el pase. Es como si el f¨²tbol se riera en la cara de todo tipo de discriminaci¨®n.
Tambi¨¦n en las olimpiadas, las deportistas lesbianas cada vez son m¨¢s visibles. Al menos 185 deportistas LGTBI compitieron en los pasados Juegos de Tokio, seg¨²n el recuento de Outsports. Un dato que demuestra el salto en visibilidad que ha dado el mundo del deporte en los ¨²ltimos a?os. A ello contribuyeron 42 mujeres futbolistas, 17 jugadoras de rugby y 13 de baloncesto. Y es que la visibilidad en el deporte sigue siendo cosa de mujeres, en una proporci¨®n de 9 a 1. Todav¨ªa hay muchas deportistas que les cuesta utilizar la palabra lesbiana para definirse a s¨ª mismas debido a la connotaci¨®n negativa que la sociedad le ha dado a esta palabra a lo largo de la historia. Lo podemos ver en cualquier campo de f¨²tbol amateur o profesional cuando el ¨¢rbitro es una mujer, el 90% de todos los insultos que recibe est¨¢n relacionados con su orientaci¨®n sexual. O cuando hace unos d¨ªas, el jugador de Osasuna Rub¨¦n Garc¨ªa, subi¨® una foto a sus redes con una pulsera con los colores LGTBI y lo acribillaron a insultos hom¨®fobos. Hasta hace bien poco, las lesbianas hemos sufrido uno de los peores prejuicios lesbof¨®bicos: la invisibilidad. No aparec¨ªamos en ninguna representaci¨®n cultural. Ahora las cosas son diferentes. Gracias a los medios de comunicaci¨®n, a las series de TV, a los libros y sobre todo al deporte, en concreto el f¨²tbol, la concepci¨®n social de ser lesbiana ha cambiado y mucho. Se conoce a las lesbianas por lo que son: mujeres, madres, campeonas¡ seres humanos.
Pero no siempre es as¨ª de bonito. Me contaba una amiga gallega que para esta semana de la visibilidad l¨¦sbica ha intentado organizar una mesa redonda en torno al deporte y no encontr¨® jugadoras que quisieran hablar de ello y est¨¢n en su derecho, pero hay que preguntarse qu¨¦ est¨¢ pasando para que no se sientan c¨®modas haci¨¦ndolo. Quiz¨¢s temen la p¨¦rdida de patrocinadores, el desprecio de entrenadores y junta directiva, el distanciamiento de compa?eras, la decepci¨®n familiar, despidos¡ Una situaci¨®n que les obliga a vivir en tensi¨®n constante y hace imposible la lucha por sus metas deportivas con todas las consecuencias que acarrea tanto personales, como econ¨®micas y sociales. Por eso, es muy importante que nos formemos en diversidad y en igualdad para que los clubes deportivos y las federaciones cuenten en su estructura con personas preparadas que enriquezcan al club para erradicar toda clase de discriminaci¨®n. Porque el racismo mata pero la lesbofobia tambi¨¦n.