El Bar?a junt¨® al M¨¢gico con Maradona
El club azulgrana incorpor¨® a la estrella del C¨¢diz para una gira en 1984 y el argentino afirm¨® que el salvadore?o ten¨ªa mejor t¨¦cnica que ¨¦l.
En C¨¢diz a¨²n se habla y no se para del M¨¢gico Gonz¨¢lez, aquel delantero salvadore?o que pis¨® Espa?a con su selecci¨®n durante el Mundial 82. Dentro de un equipo menor, que encaj¨® un 10-1 ante Hungr¨ªa, emiti¨® inolvidables destellos. Le cayeron ofertas (Atl¨¦tico de Madrid, Los ?ngeles Aztecas y el PSG entre otros) pero ¨¦l eligi¨® el C¨¢diz por alg¨²n raro instinto. All¨ª deslumbr¨®. Habilidad inconcebible, f¨²tbol imaginativo... Un regalo ca¨ªdo del cielo para los ca¨ªstas, entre los que su informalidad no suscitaba el menor reproche. Vagaba de noche, dorm¨ªa de d¨ªa, desesperaba a su presidente, Irigoyen, pero llenaba el estadio y acaparaba las tertulias. En la 82-83 marc¨® 14 goles, en la siguiente repiti¨®. El C¨¢diz baj¨® ese a?o a Segunda, pero daba igual.
As¨ª que la ciudad sufri¨® un sobresalto cuando se anunci¨® que se ir¨ªa cedido a una gira por Estados Unidos con el Bar?a. Precisamente ante los azulgrana hab¨ªa hecho uno de sus mejores partidos. Est¨¢bamos en el segundo a?o (que ser¨ªa el ¨²ltimo) de Maradona con los cul¨¦s y el Bar?a hab¨ªa concertado una gira por EEUU y Canad¨¢ que se pisaba con la Copa de la Liga y hubo que repartir la plantilla. Migueli, Clos y Maradona estaban suspendidos despu¨¦s de la zaragata tremenda de la final de Copa contra el Athletic de Clemente, as¨ª que pod¨ªan ir de gira. Se les unieron otros buenos nombres de la primera plantilla sin debilitar demasiado al equipo de la Copa de la Liga y se a?adieron unos chicos del Bar?a B m¨¢s dos delanteros cedidos: Husillos, argentino, del Murcia (que lleg¨® a Espa?a por el Castilla y har¨ªa gran carrera en el M¨¢laga) y M¨¢gico Gonz¨¢lez.
Tras el primer entrenamiento, Maradona declar¨® que M¨¢gico ten¨ªa mejor t¨¦cnica que ¨¦l, que nunca hab¨ªa visto nada igual. Hac¨ªa milagros ni antes ni despu¨¦s vistos, como 'la culebrilla', algo as¨ª como la cola de vaca de Romario pero en el aire, o la forma con que de un solo toque hac¨ªa pasar el bal¨®n por encima de su propia cabeza y la del rival.
Al frente del grupo iba Nicolau Casaus y como entrenador, Poncini, el segundo de Menotti. El estreno fue ante el Cosmos de Nueva York, donde jugaba Neeskens. Se trataba de una llamada 'Transatlantic' Cup, cuyo cuadro completaban el Udinese, cuyo reclamo era Zico, y el Fluminense. Mucha lluvia, menos p¨²blico y derrota 5-3, los tres de Husillos. El Barcelona empez¨® muy bien, con excelentes combinaciones entre Maradona y M¨¢gico, pero la lluvia, el c¨¦sped artificial y el ¨¢rbitro, muy parcial, consiguieron desanimarles.
Antes de la final de vencidos, el Bar?a reh¨²sa un amistoso en Toronto, porque en lugar de los 60.000 d¨®lares que esperaba le quer¨ªan dar 20.000. Para entonces, Maradona y el Bar?a estaban hartos el uno del otro y se gestaba su traspaso al N¨¢poles. En el aburrimiento de la concentraci¨®n, a Maradona se le ocurri¨® una trastada: hacer saltar la alarma antiincendios del hotel en plena noche. Todos salieron a la calle menos M¨¢gico Gonz¨¢lez, que se qued¨® encamado en dulce compa?¨ªa ocasional. Casaus, ya extra?ado de la facilidad para quedarse dormido de aquel hombre (en principio lo atribuy¨® al 'jet lag') informar¨ªa de ello a la vuelta. El club, efectivamente, hab¨ªa manejado la tentadora idea de sustituir a Maradona por el M¨¢gico, pero aquella experiencia...
Y eso que marc¨® en el partido contra el Fluminense (en el que jugaba aquel Romerito al que luego Cruyff har¨ªa c¨¦lebre aqu¨ª), que acab¨® 2-2, con el otro gol a cargo de Estella. Tambi¨¦n marc¨® su penalti en la tanda que dar¨ªa el tercer puesto.
Pero para entonces ya hab¨ªa firmado Venables como entrenador y no quer¨ªa saber nada de sudamericanos. Ni del M¨¢gico ni de Hugo S¨¢nchez, a quien ten¨ªa convencido Gaspart. As¨ª que cuando a la vuelta el Bar?a devolvi¨® al M¨¢gico, los ca¨ªstas suspiraron tranquilos. El berrinche vino cuando Irigoyen, harto de sus indisciplinas, lo vendi¨® en el mercado de invierno al Valladolid. Ah¨ª jugar¨ªa la segunda mitad de la 84-85, mustio, aterido de fr¨ªo y con las mismas costumbres noct¨ªvagas de su a?orada Tacita de Plata. En verano el Valladolid lo devolvi¨® al C¨¢diz, donde Irigoyen asumi¨® que ni el jugador ni los aficionados soportaban ese divorcio. Aunque durante su ausencia el C¨¢diz hab¨ªa regresado a Primera, la afici¨®n no dej¨® de extra?arle ni un minuto. Con su definitivo regreso, todo volvi¨® a estar en su sitio.