F¨²tbol global, f¨²tbol local
Cuando viajo, no pocas veces constato decepcionado que me es muy dif¨ªcil encontrar la camiseta del equipo de la ciudad que visito.

Empiezo a escribir este texto al tiempo que mis hijos se sientan frente al televisor para ver el Manchester City-Liverpool. Comentan excitados las alineaciones y pronostican resultados. El mayor va con los reds. El peque?o con los de Guardiola y Lillo, porque es pelirrojo y sospecho que se proyecta en De Bruyne. Es un momento normal, como el que se estar¨¢ dando en millones de hogares en todo el mundo, pero observ¨¢ndoles no puedo evitar pensar de pronto c¨®mo han cambiado las cosas del f¨²tbol en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Cuando yo ten¨ªa la edad del mayor, once a?os, los ni?os apenas conoc¨ªamos de nombre a los grandes clubes de las otras ligas. Como mucho, ve¨ªamos en televisi¨®n un par de partidos cada a?o de los equipos continentales, en las finales europeas o cuando se enfrentaban a los espa?oles en rondas eliminatorias. Ah¨ª nac¨ªan nuestras simpat¨ªas, que eran puramente accidentales. A m¨ª, por ejemplo, siempre me gust¨® el Rapid de Viena por la Recopa de 1985. Pero despu¨¦s de verlos una primera vez, nuestra relaci¨®n con esos equipos de otros pa¨ªses era a trav¨¦s de la evocaci¨®n.

Hoy d¨ªa, sin embargo, es casi m¨¢s sencillo seguir a esos megaclubes, que copan la informaci¨®n, que a los equipos locales. Cuando viajo, no pocas veces constato decepcionado que me es muy dif¨ªcil encontrar la camiseta del equipo de la ciudad que visito, mientras en las tiendas y en las calles abundan las de esas grandes corporaciones. Ni?os de todo el mundo juegan a videojuegos pidi¨¦ndose este pu?ado de equipos.
En este contexto, el resto de los clubes deben saber ubicarse. El secreto es no perder la perspectiva, no intentar ser una marca global, centrarse en cuidar a sus propios hinchas. A veces, por intentar que todo el mundo te escuche, no te oye nadie. Las claves para los clubes deben ser identidad y localidad: f¨²tbol de kil¨®metro cero. Que la Premier y los cl¨¢sicos y esos eventos sean el postre de un men¨² cuyo primer plato siempre sea cocinado en casa. No he contado un detalle: mis hijos ven el partido vestidos ambos con la camiseta del Athletic despu¨¦s de jugar un buen rato en la calle.