Las chicas que dejan de jugar
Cuenta Marta San Miguel en el libro ¡®Una forma de permanencia¡¯ (Hooligans Ilustradas, Libros del KO) que un d¨ªa dej¨® de ser jugadora de f¨²tbol. Fue durante un partido cualquiera de esos que se jugaban en el recreo del colegio, rodeada de barbas repentinamente pobladas a cachos. Ese d¨ªa un bal¨®n le vino directo, lo control¨® y se pos¨® sobre su pecho como si fuese una almohada, con un sujetador sin aros reci¨¦n comprado debajo. El f¨²tbol cambi¨® ese d¨ªa para ella, se volvi¨® m¨¢s inc¨®modo. Hab¨ªa dejado de ser una ni?a con un bal¨®n.
Al leer este fragmento record¨¦ que una compa?era de clase se pon¨ªa un ba?ador debajo de la ropa de deporte para que no se le marcase el pecho al correr durante las clases de gimnasia. Un d¨ªa, cuando de deshac¨ªa de las capas en el vestuario, me cont¨® que los chicos se burlaban de ella reproduciendo el sonido de una pelota cada vez que pasaba trotando por la pista: ¡°Boing, boing, boing¡±.
El episodio de Marta sucedi¨® hace m¨¢s de 20 a?os, igual que el de mi compa?era de clase, pero la cosa no parece haber cambiado demasiado desde entonces. Recientemente se ha publicado un estudio de ¡®Women in Sport¡¯ que concluye que m¨¢s de un mill¨®n de ni?as en Reino Unido que se consideraban deportistas en primaria pierden inter¨¦s en la actividad f¨ªsica durante la adolescencia. El miedo a ser juzgadas y la falta de confianza son las principales razones de esa p¨¦rdida de inter¨¦s. En definitiva, las adolescentes no abandonan el deporte simplemente porque sus prioridades cambien, tambi¨¦n lo hacen por pudor o por falta de informaci¨®n sobre el manejo de la pubertad. Suele faltar informaci¨®n, por ejemplo, sobre si el ejercicio es beneficioso durante el dolor menstrual (con el que empiezas a convivir a esa edad) o qu¨¦ ejercicios se adaptan mejor a las diferentes etapas del ciclo. Y hay un ¨²ltimo factor: la confianza tambi¨¦n est¨¢ directamente relacionada con la representaci¨®n, y la representaci¨®n femenina contin¨²a siendo menor que la masculina.
Habr¨ªa que conseguir que las chicas j¨®venes quieran seguir compitiendo, aunque no tengan un talento natural para el deporte, sin miedo a ser juzgadas, sin ¨¦nfasis externo en la b¨²squeda de la excelencia, con informaci¨®n, est¨ªmulos y referentes. Sencillamente, que el patio siga siendo de todos cuando los cuerpos cambian.