Ciclismo en tierra de olivos
La Cl¨¢sica de Ja¨¦n ha sido una apuesta valiente. No original. La idea de surcar rutas de tierra ya fue plasmada en Siena, entre vi?edos de la Toscana, por la Strade Bianche, Caminos Blancos, nacida en 2007, inauguralmente con el nombre de Eroica. La cita italiana ha calado tanto en la afici¨®n que ya comienza a compararse con las grandes cl¨¢sicas del calendario, hasta la irreverencia de calificarse como el sexto Monumento, a pesar de su juventud. Tan altos honores se ganan con a?os de ¨¦pica, pero es cierto que la competici¨®n en s¨ª es espectacular, un momentazo de la temporada, y demuestra que adentrados en el Siglo XXI se pueden crear nuevos atractivos, incluso en deportes de tanta solera y de leyendas en blanco y negro como el ciclismo¡ O precisamente inspirados en sus locos or¨ªgenes.
La cl¨¢sica andaluza arranc¨® este lunes basada en la misma filosof¨ªa y plasticidad. Los vi?edos se han sustituido por olivares. En lugar de Siena se llega a ?beda, que tambi¨¦n es Patrimonio de la Humanidad. Sin complejos. Y con una dureza similar: 196 km con siete sectores de sterrato que suman 40 km y 3.100 metros de desnivel. El dise?ador del trazado, el seleccionador Pascual Momparler, y la Diputaci¨®n han sido valientes, porque han apostado por un reto extremo y diferenciador. Y la competici¨®n no defraud¨®. Alexei Lutsenko es un vencedor que prestigia el estreno, igual que el segundo, Tim Wellens. Eran los grandes favoritos. El problema es que el elenco, una vez que Alejandro Valverde caus¨® baja, no destacaba mucho m¨¢s. La carrera tiene muchos ingredientes para asentarse y triunfar, pero uno de ellos no es la participaci¨®n. La ubicaci¨®n en v¨ªsperas de Andaluc¨ªa, y un d¨ªa despu¨¦s de Almer¨ªa, es la l¨®gica, pero un poco lejos de la mejor forma de los clasic¨®manos. Hay que seguir sembrando y regando, porque la tierra de olivos es f¨¦rtil. Pero a¨²n hay piedras en el camino...